Amanecía en el camping del Parque
Nacional de Skaftafell. Y para ese día teníamos arreglada una excursión que yo
tenía muchas ganas de realizar… un trekking por el glaciar Fallsjökull, una de
las lenguas del Vatnajökull, el glaciar más grande de Europa (que se dice
pronto).
Para alguien como yo, que nunca
había visto un glaciar hasta llegar a Islandia, el mero hecho de caminar sobre
un glaciar ya era un aliciente más que suficiente como para levantarse
emocionada y, como no, tratándose de mí, bastante temprano, esa mañana… Aunque
éste no era el caso de Cintia que, aunque en parte le hacía ilusión la
excursión, estaba asustada por si íbamos a poder seguir el ritmo o no.
Siempre soy yo la que planea los
viajes y contrata las excursiones y con ésta me había lanzado a la piscina y
había contratado la excursión “Glacier Slam” con Glacier Guides que combinaba
un trekking por el glaciar Fallsjökull con la visita y paseo en un bote anfibio
por la laguna Jokulsarlon, por 95 euros/persona que, para el precio de las
excursiones (y en general de las cosas) en Islandia, me pareció muy razonable.
En su página web indicaban una dificultad de 2-3 sobre 5 y consideré que lo
podríamos llevar a cabo sin problemas… En qué hora…
Antes de la hora pactada, que
creo recordar que era a las 8:45 h, llegábamos a las oficinas que esta empresa tiene frente al
centro de visitantes de Skaftafell. Al rato comenzaron a llegar los monitores…
todos atléticos, en forma, con unos cuerpazos,… tanto, que cuando uno de ellos
se puso a escalar al tejado de la caseta (pues les había gastado una broma la
empresa de la competencia y les había subido hasta allí sus bancos)… Cintia y
yo nos miramos y tragamos saliva… aunque en fondo yo me decía: ¡mantén la
calma!, ¡no puede ser para tanto!
Tras confirmar la reserva, nos equiparon
con todo el material necesario: un par de crampones que enganchamos en un
piolet, un casco y un arnés. Conforme nos medían y ajustaban a nuestro número
de pie los crampones, la cara de Cintia era un clamor… Nos dieron también un
bocata, zumo y una especie de galleta islandesa que comeríamos en el glaciar y
cuando todos los participantes en esta aventura estuvieron listos, nos subieron
en un autobús escolar de los típicos americanos para acercarnos al glaciar.
Hicieron varias paradas por
hoteles y campings de la zona para recoger a gente… Cintia y yo les
examinábamos… Esa señora tiene pinta de tener nuestro nivel físico. Sí. No la
perdamos de vista… jejejeje. Vamos a pegarnos a su culo…
Lamentablemente, cuando llegamos
al parking desde el que comenzaba la excursión nos dividieron por grupos de no
más de 8 personas y a cada uno se le asignó un guía. Nooooooo…. La señora va en
otro grupo. ¡Claro! En el nivel sencillo. Definitivamente somos las que peor
forma física tenemos de todo nuestro grupo…
¡Va! ¡Cintia! ¡Madura! Seguro que
se nos da bien y es una experiencia muy chula…
Nuestros primeros pasos en el glaciar Fallsjökull:
Después de dejar una distancia de
seguridad frente a otro grupo que había salido en primer lugar, comenzó la
aventura. Tras unos 20 minutos de caminata en llano, en los que fuimos atravesando
una zona arenosa y de mezcla hielo-arena llamada hielo muerto, que al parecer
son fragmentos que antiguamente pertenecían al glaciar pero que, dado el
retroceso del mismo, han quedado desconectados y ya no tienen movimiento por lo
que generalmente se funden y desintegran en el lugar (es conveniente no
pisarlos pues pueden ser inestables), llegamos a la base del glaciar. Nuestro
guía, Jacob, nos explicó cómo ponernos los crampones y empezamos la andadura
por el hielo.
Era una sensación extraña comenzar
a andar con crampones, pero no era difícil. Sentías cómo te ibas clavando en el
hielo permitiéndote avanzar sin resbalones. Jacob, nos fue comentando algunos
tips de seguridad a tener en cuenta (como por ejemplo, que si se nos caía
alguna cámara la dejáramos correr y no nos lanzáramos detrás de ella, ya que
eso era bastante más peligroso; ya volveríamos a por ella) aunque,
afortunadamente, no nos ocurrió nada a nadie del grupo.
Poco a poco íbamos ascendiendo
por el glaciar. El primer tramo no era difícil e íbamos realizando paradas cada
cierto tiempo para que Jacob nos explicara alguna de las cosas que íbamos
viendo. Y ya, muy cerquita de la base del glaciar comenzaron a aparecer grietas
y pozas en el hielo: los “moulins” o “molinos glaciares”.
Pero ¿Qué es un “moulin” de un glaciar o “molino glaciar”?
Pues no son más que cuevas y
pozos generados en el hielo glaciar, análogas a las cavidades kársticas de los
terrenos calizos pero que, a diferencia de éstas que se forman por la disolución del carbonato cálcico, en el
hielo glaciar se generan por fusión friccional, es decir, por la fusión del
hielo provocada por el calor que genera el agua al circular por el mismo, que
va creando cavidades y haciendo éstas cada vez más grandes…
|
Jacob nos comentó que el paisaje
de un glaciar cambia mucho a lo largo de los meses, va avanzando, se van
creando nuevas cavidades, grietas, fisuras, etc. Y es que los glaciares están
en constante movimiento (básicamente debido a la fuerza de la gravedad),
buscando un equilibrio entre el espesor del hielo y la inclinación de su fondo.
Así, en función de las condiciones de contorno que tenga en cada lugar, esta gran
masa de hielo va variando su velocidad y se va adaptando. Sin embargo en
ocasiones no le es posible o no le da tiempo a adaptarse a esas variaciones y se
producen desgarramientos en su superficie que provocan la aparición de diferentes
tipos de grietas o fisuras (que responden a cambios en esas condiciones de
contorno, como pueden ser obstáculos en la base del glaciar, estrechamientos
del cauce, cambios de temperatura etc.).
Nosotras tuvimos ocasión de
entrar en alguna de esas cavidades y observar otras desde su cima… y son
impresionantes. Es inevitable pensar que si te caes ahí, no lo cuentas.
En una zona del glaciar nos
encontramos con unas piedras cubiertas de musgo. Al parecer, éstas llegaron
allí en alguna erupción volcánica pasada y la combinación de agua-sol, durante
años, hizo aparecer sobre su superficie ese musgo; eso sí, a base de tiempo y
paciencia (nos comentó que para el caso de unas piedras pequeñitas de 4-5 cm2 llegan
a cubrirse de musgo por completo en 15 años o incluso más).
Trekking en el Fallsjökull. El gran repecho:
Hasta el momento todo había ido
sobre ruedas. Habíamos ido caminando y haciendo pequeñas paradas en las que
íbamos descubriendo curiosidades de los glaciares, pero aún quedada bastante
por subir y en este tramo comenzaba lo duro…
Jacob puso la directa y empezó a
andar. Las paradas que hasta ese momento eran periódicas, dejaron de serlo y
Cintia y yo comenzamos a quedarnos descolgadas (estaba claro que éramos el
eslabón débil del grupo). Para colmo de males, se nos puso a llover. La cara de
mi compañera de viaje comenzó a cambiar, maldecía el momento en el que contraté
esa excursión sin hacerle consulta alguna y por un momento llegué a pensar que
acabaría con mi vida allí mismo clavándome el piolet en la cabeza… pero poquito
a poco llegamos a la cima. De hecho, luego nos dimos cuenta de que alguna de
nuestras compañeras de grupo también estaban en las últimas… Mal de muchos…
Eso sí, el esfuerzo había
merecido la pena. Estábamos rodeadas de las grandes agujas de hielo y pináculos
que conformaban el glaciar Fallsjökull. Las vistas eran espectaculares. Te
sentías diminuto ante tanta grandiosidad y eso que esta lengua del Vatnajökul no
es de las más grandes…
Allí, en mitad de semejante
paisaje, hicimos una parada para reponer fuerzas y comernos el bocata y zumo
que nos habían dado al principio de la mañana. ¡Menos mal! Porque yo creo que si no me llego a tomar el
zumo me hubiera dado la pájara y no hubiera sido capaz de terminar la
excursión…
Al poco (tras unos 10 minutos de
parada) continuamos nuestro camino. Ascendimos un poquito más para tener otra
perspectiva de esa zona y emprendimos el regreso.
Bajando el glaciar Fallsjökull:
El camino de bajada era
igualmente espectacular. A nuestra espalda, dejábamos esos enormes pináculos de
hielo entre los que habíamos estado minutos antes, obteniendo unas panorámicas
que dejaban sin habla y, hacia delante, íbamos esquivando enormes y
espectaculares fisuras en el hielo.
Con el cuerpo más relajado, pues ya
íbamos cuesta abajo, disfrutamos de las distintas perspectivas que a nuestra
espalda íbamos teniendo del glaciar que habíamos ascendido.
Parábamos por aquí y por allá para hacer fotos y grabar en vídeo… Nuestras caras, más relajadas. Cada vez quedaba menos por recorrer… y casi sin darnos cuenta, estábamos de nuevo a los pies del glaciar. Nos quitamos los crampones y con ellos en la mano recorrimos el camino de vuelta hasta el aparcamiento del glaciar donde debíamos tomar de nuevo el autobús.
Estábamos hechas un cirio.
Habíamos sudado bastante, nos había hecho sol, nos había llovido, yo tenía los
pies hechos polvo, notaba que ya me habían salido varias ampollas (cuya marca
he conservado en mis pies hasta hace bien poquito)… y aún quedaba mucho día por
delante.
Eso sí, para mí fue una
experiencia única y 100% recomendable. A ver si Cintia se anima a dejar su
opinión, porque aunque en ese momento, por el esfuerzo físico realizado y el
mosqueo que llevaba conmigo, no fue buena, creo que con el paso del tiempo ha
ido borrando lo malo y se ha quedado con lo positivo de la experiencia.
Continuamos la ruta. Visita de Jökulsárlón y Fjarsárlón
Pero nuestra ruta continuaba. Jacob
nos dejó para hacer de nuevo la ruta con otro grupo. (¡Señor! ¡Qué resistencia
tiene este hombre!) Nosotras por nuestra parte montamos de nuevo en el autobús
y un nuevo guía nos acercó hasta la famosa laguna glaciar Jökulsárlón.
Nos sacó
los tickets del barco anfibio y en menos de 5 minutos (en los que apenas nos dio tiempo de ir al baño) nos tuvimos que
montar rápidamente en él.
La laguna Jökulsárlón se formó
hace unos 75 años, cuando retrocedió el glaciar Breiðamerkurjökull, otra de las
lenguas de Vatnajökull, que hasta ese momento llegaba hasta la ring road. Es un
gran lago, repleto de icebergs que provienen de las fracturas de hielo del citado
glaciar.
Nos subimos en el barco anfibio y
realizamos el paseo de media hora por la laguna. Tras circular por tierra un
par de minutos y bordear una pequeña montaña en la orilla del lago, el barco
llegó al agua y se sumergió en ella.
Mientras que la barca recorría la
laguna e iba pasando entre enormes icebergs, un guía nos iba contando cómo se
formó ésta, el por qué de los icebergs y de sus distintos colores y
curiosidades diversas. Había bastante niebla y, aunque podíamos divisar los
icebergs, el frente del glaciar ni se intuía…
A mitad de trayecto le pasaron un
trozo de hielo de la laguna desde una zodiac y mientras nos comentaba la
antigüedad de estos grandes bloques de hielo de la laguna nos dio la
oportunidad de probarlo alegando que posiblemente ese pequeño trozo de hielo
fuera lo más antiguo que hayamos o vayamos a comer jamás.
El tiempo terminó de torcerse a
mitad de paseo, empezó a llover bastante más fuerte y tuvimos que guardar las
cámaras pues iban a acabar empapadas. Pero esto nos permitió tener la vista
centrada en el lago y yo llegué a distinguir una foca en su interior. ¡Lo que
me gustan esos animales! Imaginaos la ilusión que me hizo… Me puse a gritar
como una loca: a seal! a seal!
Ya de vuelta decidimos pasar por
la tienda para resguardarnos de la lluvia y entrar en calor tomándonos un café
calentito, pues no habíamos oído que la gente de Glacier Guides nos iba a
comprar un chocolate y un pastel… que después nos tomamos en el autobús ya de
vuelta.
Cuando ya pensábamos que la excursión
se había acabado y nos llevaban de vuelta al punto de partida, nos
sorprendieron con una parada extra en Fjarsárlón, otro lago glacial con icebergs
provenientes del glaciar Fjarjökull. Había leído que este lago era incluso más
bonito que el Jökulsárlón, ya que por su menor tamaño se ve el frente del
glaciar del que se desprenden los trozos de hielo y en días de buen clima
llegan a oirse sus crujidos. Lamentablemente el tiempo no nos estaba
acompañando y de crujidos nada de nada. Eso sí, las vistas, pese a la lluvia,
sí que eran bonitas.
Y ésta sí que fue la última
parada del día. Nos acercaron de nuevo al centro de visitantes de Skaftafell
donde dimos por finalizada la visita. A mí fue una de las excursiones que más
me gustaron de todas las que hicimos en el viaje, aunque imagino que esto en
otros glaciares como el Perito Moreno de Argentina tiene que ser espectacular…
o quizás sea justo lo contrario y al ser más pequeñito este glaciar tenga más
encanto… espero en un futuro poder hacer yo misma la comparación.
Pensando en ello ahora,
retrospectivamente, creo que hubiera optado por hacer por la mañana el trekking
en glaciar con ellos, pero la visita a las lagunas las hubiera hecho por mi
cuenta. Quizás hubiera contratado el paseo en lancha motora por la laguna…
aunque con el tiempo que nos hizo puede que ni eso.
Al llegar al camping, decidimos
darnos una ducha (que, en ese camping, había que pagar aparte) y hacer ronda
por los albergues y hoteles de la zona a ver si encontrábamos alguna habitación
disponible, pues después del día que nos habíamos echado a la espalda
necesitábamos descansar en una cama y algo guarecidas de la incesante lluvia…
Yo no tenía mucha esperanza de
encontrar una habitación, pues había leído que suelen estar completas en esa
época del año, pero finalmente en Litla-Hof II encontramos una habitación libre
con una cama de cuerpo y medio con la que nos quedamos sin dudar, a razón de
unos 100 euros.
Con el alojamiento ya cerrado, después
del duro día que llevábamos andado, decidimos pegarnos un homenaje e ir a cenar
a un hotel que habíamos pasado cuyo restaurante tenía buena pinta, pero cuando
entramos a preguntar nos dijeron que sólo atendían a gente que estuviera
alojada allí… Finalmente vimos que la única gasolinera de la zona donde paramos
a repostar, tenía un bar/restaurante que hacía hamburguesas bastante económicas
y la verdad es que cenamos de maravilla allí.
Así, regresamos a nuestro
alojamiento a descansar del intenso día de habíamos vivido. Soñamos con
glaciares, lagos e icebergs.
Nota: Según leí en el blog de
David y Neus, hay otra empresa que realiza trekkings en glaciares en la zona:
Icelandic Mountain Guides. Al parecer lo hacen en el glaciar Svínafellsjökull que
tiene mayor tamaño que el Fallsjökull. No sé cuál será mejor, pero desde luego,
yo quedé muy contenta con la excursión realizada con Glacier Guides y su trato
y desde aquí los recomiendo.
Uff! no me extraña que quedarais extasiadas, pero si el resultado mereció la pena, eso es lo que cuenta. Las fotos son espectaculares!
ResponderEliminarUn abrazo
Magnífico relato, Helena. Tuvo que ser una experiencia única. A mí me encantaría hacer trekking en un glaciar pero con mi forma física creo que lo pasaría aún peor que vosotras. Enhorabuena por las fotos y los vídeos. Son chulísimos. Un abrazo!
ResponderEliminarque maravilla de excursión Helena, aunque veo que durilla... Me quedé con las ganas de andar por los glaciares pero los precios son tan altos.....que faena el tiempo en la laguna no?? Islandia tiene estas cosas, cada 5 minutos cambia el tiempo... Felicidades por la experiencia y gracias por compartirla con nosotros!!! Un abrazo
ResponderEliminarVaya día completo! andar por un glaciar es una experiencia inolvidable, yo hice el minitrekking por el Perito Moreno y fue increible, aunque fue menos duro que vuestra experiencia, a nosotros paseito y no recuerdo haberme cansado (y yo tengo fondo físico cero). El paseo por el lago espectacular...lo de que os lloviera un poco rollo, pero bueno. Yo también hubiese buscado una buena cama para descansar después de ese día tan intenso. Un besote y me ha encantado el vídeo, eres toda una profesional.
ResponderEliminarA Cintia la incorporaba YA a mi equipo de expedición que me parece que haríamos buenas migas ;) Ni le cuentes que en Nueva Zelanda las excursiones a los glaciares se pueden hacer en helicóptero ahorrandote tanto sufrimiento a la subida! Y otro metodo para ahorrar esfuerzos son unos bastones...siempre los llevamos con nosotros para esos trekkings nivel bajo pero que a mi me pare en la maratón de NY.
ResponderEliminarEstupendo y muy ameno relato!
Un abrazo
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- M. Teresa, para mí fue una experiencia única. Una de las cosas que volvería a hacer. Eso sí, necesito ir al gimnasio antes, jejeje
- Alicia, créeme, si yo he podido, tú puedes... jajaja. Diría que fue el día del viaje que más me gustó. Yo, que nunca había visto un glaciar, y ahí estaba, de escalada...
- Fran, pues esta excursión era de las más baratas y, si tienes en cuenta que el paseo en la barca anfibia creo que eran 35 euros, sale a cuenta. Las que te llevan al interior de la isla sí que son un ojo de la cara...
A nosotras aquí ya se nos torció el tiempo. El día siguiente fue horrible. No paró de llover, pero bueno, cosas que pasan!
- Calíope, no veas cómo acabamos el día... entre lo que sudamos (porque a ratos hacía calor), lo que nos llovió, lo que andamos,... bueno, estábamos hechas un Cristo. Pero valió la pena. Yo repetiría.
Imagino que escalar el Perito Moreno tiene que ser brutal.
- Verónica, mejor no se lo decimos, jajaja... Casi me mata. En serio, no se había enfadado así conmigo en la vida. Iba por ahí diciendo ¡grado medio! ¿a quién se le ocurre? ¿es que no nos conoces? ¿no sabes cuál es nuestro estado físico? Y eso que ella, a lo tonto, tiene bastante más resistencia que yo...
En fin, a mí me gustó mucho pese al esfuerzo.
Un saludo a todos y muchas gracias por vuestros comentarios y por compartir el post en redes sociales ;)
Pero qué campeonas!! Yo creo que me habría plantado en el medio del camino, jeje. Luismi siempre me dice que me vengo abajo a la mínima :-O. Sin duda el paisaje mereció la pena el esfuerzo.
ResponderEliminarHola Helena,
ResponderEliminarQué chulo el trekking por el glaciar,el gran esfuerzo mereció la pena. Me ha recordado mucho a la visita que hice al glaciar briksdalsbreen en Noruega.
Saludos
Muy interesante todo lo que cuentas sobre los glaciares. Menuda experiencia, yo no me veo capaz, tendría que madurar mucho la idea. Desde luego se ve que pese al esfuerzo vale la pena porque tanto las fotos como los videos son impresionantes, pero impone. Agujetas por un tubo, ¿no? Jeje, yo es que tampoco soy muy atlética, la verdad.
ResponderEliminar¡Saludos!
Me parto cuando te leía diciendo que no sabíais si aguantaríais el ritmo jejejeje... Yo muchas veces pienso lo mismo jejeje.
ResponderEliminarDesde luego que es impresionante la excursión, y las grietas todo un acojone, de verdad... Yo vi mi primer glaciar en Noruega y quedé maravillado. No hicimos la excursión por él porque tampoco teníamos nada preparado, pero llegamos hasta su punta y Eva se metió por algunas de sus grietas...
Impresionante, de verdad.
Hola,
ResponderEliminarAhora repetiría el trekking pero ¡En aquel momento! ¡El pobre guía llegó a preguntarme si era feliz!
El camino hasta la lengua del glaciar no fue de 20 minutos... ¡Una hora! Encima, en el único momento que nos sentamos a comer, el agua que circulaba por el glaciar terminó dentro de mi pantalón!
No quiero pensar en lo que me habría quejado con las ampollas de Helen.
Y para terminar, en el lago la lluvia hizo que yo no pudiera ver ¡Ni una foca ni nada!
Aún así, con el tiempo, le agradezco que organizara ese día... ¡Aún se lo debo! :F
Besos a todos
Hola Helena!
ResponderEliminarQue recuerdos que nos trae la excursion con crampones por el Fjallsjokull! Al reservar la excursion temimos no haber elegido "el glaciar correcto", ya que Icelandic Mountain Guides iba a otro mas grande. Pero despues no nos arrepentimos, fue una excursion increible, es uno de los recuerdos que mas nos quedaran de nuestro viaje a Islandia!
Saludos
PD: Felicidades por tu blog! :)
Menuda experiencia "trekinera". Estás hecha toda una campeona, Helena, llegaste viva!!! Me he reido mucho con tu relato, sobre todo al principio. Y claro que es una experiencia que recomiendas al 100%, pues las sensaciones deben de ser maravillosas.
ResponderEliminarYo no me animé a hacer el treking por el Perito Moreno, en Argentina, y la verad es que estoy arrepentido pues no sé si tendré una nueva oportuinidad en la vida, aunque bueno, como entre unas pocas me estáis poniendo los dientes largos, lo mismo me animo a conocer Islandia, que te confieso que era nuestra idea inicial de viaje de novios. Tenemos el gusanillo y tal vez vayamos, pero cuándo?
Un abrazo enorme!
Los glaciares son impresionantes. Nosotros, los más chulos los hemos visto en Alpes, y por las fotos el Fallsjökull es una maravilla. Me resulta curioso que cualquiera pueda ir y contratar sin más una excursión por el glaciar, porque es una actividad que tiene, además de como dices exigencia física, un alto nivel de riesgo. Imagino que será una zona muy controlada, si no, no lo entiendo.
ResponderEliminarEn cualquier caso, seguro que lo habéis disfrutado a tope. ¡Mucha envidia! :-)
Saludos!
¡Qué pasada! :-D Venimos a sumar un granito de arena a las toneladas de envidia sana que has generado con este post :-P ¡Un saludo!
ResponderEliminar¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Artabria, no te creas que Cintia decía que se plantaba a mitad... pero luego volvían por otro lado... esa no era una opción. Pero mereció la pena. Yo recomiendo la excursión
- Víctor (el mundo a tus pies) imagino que luego todos los glaciares tienen que ser similares. Para mí era el primero al que me acercaba y me dejó impresionada... Recordaba cuando los estudiaba en clase de pequeña y pensaba: esto es... ¡Muy chulo!
- Carol, nosotras tampoco somos muy atléticas (no hay más que vernos), pero era una cosa que cuando lo vi en el blog de David y Neus dije: ¡lo tengo que hacer! y para nada me arrepiento. De hecho, lo recomiendo. Eso sí, es durete. Ahora ya me he apuntado al gimnasio, no digo más, jejeje
- Víctor, cuando leí tu relato de Noruega pensé: estos chicos no tienen cabeza. La verdad es que los glaciares son muy peligrosos... fíjate en el final del primer vídeo (creo que sobre el minuto 3) el "moulin" con el que nos encontramos... si te caes ahí no lo cuentas.
El guía nos decía que había gente que se había metido sola por allí y había muerto perdida y agotada. Hay que llevar mucho cuidado.
Eso sí, son impresionantes, ¿eh?
- Cintia, ¡que calladito te lo tenías! Con el tiempo se ve todo de otra forma.
Y lo monas que estamos con el casco y el arnés, jejeje. Eso si que no tiene precio... jajaja
- David y Neus, vuestro blog fue una referencia clave para la preparación de mi viaje (y así lo señalo a lo largo de los relatos). Cuando leí que vosotros habíais hecho un trekking por este glaciar y vi las fotos no lo pensé...
Bueno, matizaré, no sabía si coger la excursión fácil o ésta de nivel medio, pero pensé: ¡chica! ¡tampoco tenemos tan mala forma!... Al final me resultó durilla, pero merece mucho la pena y no me arrepiento de haber cogida ésta, así que ¡gracias chicos!
- Antonio, claro que sí... quién sabe por dónde irán vuestros pasos en el futuro. Los vuelos a Islandia cada vez tienen mejores precios con las líneas de bajo coste...
Es un país que os encantará y no me quiero imaginar, conociéndote, las fotos que puedes traer de allí, jejeje ;)
La verdad es que sería un buen viaje de novios... ¿dónde fue al final? ¿Argentina?
- Guisante Verde, imagino que lo tienen altamente controlado, porque llevas mucha razón al decir que los glaciares son muy peligrosos. Al final del primer vídeo (sobre el minuto 3) nos enseñaron un "moulin" de esos que si te caes, no lo cuentas... es flipante. Toda una experiencia
- Edu y Eri, la verdad es que es brutal esta excursión. Sin duda, muy recomendable
Un saludo a todos y muchas gracias por pasar por aquí y animaros a comentar :D
Hola Helena, hicimos dos viajes de novio, un previaje a la Isla de La Palma, en Canarias, a hacer treking y tres meses después a ver las ballenas y media Patagonia a Argentina. El previaje de novios lo hicimos por hacer algo, pues nos daba cosa no hacer un viaje de novios hasta 3-4 meses después, y claro, hacerlo por hacerlo tras la boda y no ver ballenas lobos y elefantes marinos... como que no.
ResponderEliminarVuela Ryanair a Islandia? Es que hemso heblado esta misma tarde del próximo viaje y estamos entre Suecia, Noruega o Islandia.
Un abrazo.
Antonio, ¿dos viajes por una boda?, jejeje. ¡Me apunto a eso! ;)
EliminarEn lo de los vuelos, Ryanair no... pero Wow-air, con la que nosotros fuimos es de bajo coste y creo que ahora Vueling ha abierto rutas también desde España.
Luego están las típicas Icelandair o Lufthansa.
Ya me dirás dónde acabáis.
Un saludo
Aunque fuera duro el trekking, veo que la experiencia mereció la pena, no??? Aunque en ese momento a Cintia no se lo pareciera...
ResponderEliminarQué risa me he pegado leyendo tu relato, el culmen de la risa ha sido cuando he leído que Cintia estuvo a punto de clavarte el piolet en la cabeza, como me he sentido identificada con ella, jejejeje. Si voy yo fijo que os hubierais pegado a mí porque yo soy de las vuestras!!! A pesar de las penúrias veo que el trekking mereció mucho la pena, qué chulada!!! Un abrazo para las dos!!! ;-)
ResponderEliminarMuy bueno el relato, yo que llevo tantas rutas de senderismo a mis espaldas, se cuando el cuerpo te dice basta y maldices haber salido a "disfrutar de la naturaleza", lo principal es mantener la calma, ir a un ritmo propio y no intentar dar de más y disfrutar, como se comience a pensar en los kilómetros que quedan, peor aún xDDDD
ResponderEliminarMuy buena pinta esta excursión, la verdad que con esos paísajes cualquiera se apunta, menuda maravila :D
Un abrazo fuerte! Estáis hechas unas campeonas :D
Que experiencia más guapa! Ya sabéis, a practicar senderismo que es muy sano para no terminar axfisiado.
ResponderEliminarMuy buenas las fotografías. Dan ganas de estar allí.
Un abrazo.
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- MC, ya te digo que a mí fue de lo que más me gustó del viaje pese al sufrimiento y dolor de pies...
- Babyboom, no veas lo que me acordé de ti. Pensaba, ¿qué haría ella aquí? Pero veo que te ves reflejada en Cintia. Tú ríete, pero hubo un momento que temí por mi vida... Digo, ésta me mata aquí, tira mi cuerpo a un moulin y aquí paz y después gloria... jejeje
Ahora se ve de otra forma y para mí mereció mucho la pena. Es espectacular estar ahí en medio y tú tan pequeño
- José Carlos, conociéndoos, para vosotros habría sido un paseíto. Yo no digo más que ahora voy al gimnasio por lo que pueda venir... Porque cosas así uno no se puede perder
- Con autocaravana y sin ella, sí... hay que coger de nuevo forma física que sino nos perderemos muchas cosas bonitas en la vida
Un saludo chicos y gracias por vuestros comentarios ;)
Hola! voy a Islandia en agosto y me gustaría hacer varios trekkings, y uno de ellos el del glaciar. Me gustaría saber si lo contratasteis desde aquí o allí, sobre la marcha, y a parte de crampones y piolets dejan bastones y casco?
ResponderEliminarUn saludo, me encanta vuestro blog, me resulta muy útil
Hola!! Creo recordar que lo llevamos contratado desde España ( yo no quería que nos quedáramos sin plaza).
EliminarAllí daban todo lo necesario: los crampones, piolet, casco e incluso comida (bastones no nos dieron). De todas formas, no sé si ahora será distinto; en caso de duda escríbeles un e-mail y pregúntales.
Un saludo y que vaya genial el viaje!!
Hola, Helena! Eso es lo que pensaba, porque no quiero perdérmelo (aunque dudo entre cojer el combo o hacer glaciar y ver lo de las zodiac o el barco anfibio aparte)...eso, y unas cuantas cosas más...me da que, por ejemplo: Askja, va a ser que no porque toma mucho tiempo, en fíns...
ResponderEliminarOye, lo de la pasta cómo hicisteis, cambiasteis aquí o allí?
Gracias, guapa, y reitero lo dicho, el blog está muy bién y me está resultando muy útil!