¡Toda la noche lloviendo! Gracias a Dios que habíamos encontrado libre esa habitación con una cama de cuerpo y medio en Litla-Hof II, a los pies del Vatnajökull, porque después del día que habíamos tenido con el trekking en el Fallsjökull y la visita a las lagunas
glaciares, no quiero ni pensar cómo hubiéramos acabado si llegamos a dormir en
el suelo otra vez…
Tras subir al piso de arriba a
desayunar, asearnos y recoger lo poco que habíamos sacado del megamaletero de
nuestro coche… estábamos dispuestas a iniciar una nueva jornada en Islandia.
Pero el clima no tenía visos de
mejorar y, aunque ese día, yo tenía pensado hacer el pequeño trekking que desde
el camping del PN de Skaftafell sale hacia la cascada Svartifoss, cuando
salimos a la calle y vimos las condiciones meteorológicas, desistimos. Teníamos
por delante bastantes kilómetros hasta Egilsstaðir y, llamadlo pereza, pero no
teníamos ganas de empezar la mañana calándonos como nos había sucedido el día
anterior, así que decidimos comenzar la ruta hacia el norte, donde pensábamos
que encontraríamos mejor clima (¡qué ilusas!).
Nueva parada en Fjarsárlón y Jökursarlón:
Cuando llevábamos unos 40 km de ruta, nos topamos
con el desvío hacia Fjarsárlón y decidimos acercarnos a ver si, aunque llovía,
hacía menos niebla que el día anterior y podíamos tener una mejor
panorámica.
Pero tras acceder por una pista
infernal, llena de baches (hay que ver lo bien que se iba en ese bus escolar
americano en el que nos habían llevado Glacier Guides el día anterior), las
vistas eran incluso peores. Las nubes estaban más bajas y el glaciar ni se
intuía al fondo… Así que, hicimos un par de fotos y volvimos al coche.
Desandamos el camino hecho por esa horrible carretera y nos incorporamos de
nuevo a la nº 1.
No muy lejos de allí, donde ya intuíamos
que debía estar el lago Jökursarlón (oculto por unas pequeñas colinas), vimos
que había unos pequeños apartaderos para dejar los coches y, decidimos indagar
a dónde llevaban. Desde allí salía un senderito que conducía a la cima de esa
pequeña colina desde la que se podía divisar la laguna. En ese momento y en esa
zona concreta la niebla no era excesiva y se veía montones de pequeños icebergs
salpicando sus aguas. Fue una bonita imagen.
Retornamos al coche y continuamos
hasta otro mirador situado justo antes del puente que cruza la parte final de
la laguna donde, precisamente, se toman los paseos en zodiac que Xavi (nuestro
guía en Landmannalaugar) nos había recomendado y que quizás con otras
condiciones meteorológicas hubiéramos hecho. Sin embargo en ese momento sólo
queríamos tener diversas perspectivas del lago y de sus icebergs.
Al final el lugar más
impresionante resultó ser desde donde se toma el barco anfibio. Los icebergs que
llegan hasta allí son enormes y están prácticamente al lado de la playa; a tu
lado. Si la imagen desde allí en un día de tanta lluvia y niebla, es
sorprendente, no quiero pensar en días despejados; debe ser de postal.
Rumbo al norte
Con estas preciosas instantáneas
grabadas en nuestras retinas, tocaba decir adiós al grandioso Vatnajökull y a
sus diversas lenguas y continuar la ruta hacia el norte por la
Ring Road.
Recorríamos kilómetros, con la
esperanza de que el tiempo mejorara, pero no, no lo hacía. De camino, salían a
nuestro paso curiosos paisajes y animales: lagos envueltos en una neblina un tanto
fantasmagórica y comenzamos a ver unas aves capaces de doblar el cuello en
forma de S (que ahora creo que eran cisnes), hasta que finalmente llegamos a
Höfn.
En el camping nos hicimos por fin
con el camping-gas que llevábamos buscando desde que aterrizamos en el país y
nos adentramos en la ciudad. Una pequeña población pesquera por la que dimos un
pequeño paseo para después continuar con nuestra ruta.
Recorriendo los fiordos del este islandeses
Finalmente llegamos a la zona de
los fiordos del este. El cruce con la ciudad Djúpivogur nos introdujo de pleno
en el primero de los fiordos que veríamos, Berufjörður, que con paciencia
bordeamos.
Por la carretera nos cruzamos con
una manada de caballos islandeses… Apenas podemos disfrutar del paisaje porque
lluvia y niebla cubrían prácticamente todo lo que nuestra vista alcanzaba.
Cuando llegamos a Breiðdalsvík,
encontramos una pequeña tienda-restaurante abierta y no muy cara en la que paramos
a tomar algo para comer.
Las pocas poblaciones con las que
nos íbamos cruzando eran pequeñas y centradas en la industria pesquera.
Continuamos la marcha. Dejamos
atrás Stöðvarfjörður y llegamos a las cercanías de Fáskrúðsfjörður… Para
entonces yo ya estaba hasta la coronilla de recorrer fiordos, de conducir sin
parar y no ver absolutamente nada, así que decidimos tomar el túnel que hay
cerca de la ciudad y evitarnos el último fiordo de camino a Egilsstaðir.
La niebla, iba y venía y hubo un
momento en el que apenas se veía la carretera. En una de esas, ¡3 ovejas en
mitad de la carretera! Menos mal que estaba siendo muy prudente al volante y
frené sin comérmelas… Y es que la gente lleva razón cuando te dice que uno de
los mayores peligros de las carreteras islandesas son las ovejas, las reinas de
la carretera.
Despacito y con buena letra (más
después de aquel susto), llegamos al camping de Egilsstaðir. No había un alma y
aprovechando un momento sin lluvia, montamos a toda pastilla la tienda de
campaña (cosa fácil ya que era una de esas de montar en 2 segundos).
Sin embargo era bastante pronto;
las 18:30h de la tarde. Con el tiempo así no nos apetecía hacer nada así que aprovechamos
para poner una lavadora en las instalaciones del camping y pasar la tarde
tomando unas cervezas en el bar. De
hecho, tan tranquilas estábamos allí, resguardadas de la lluvia que otra vez
volvía a caer, que cuando se hicieron las 21:00 h decidimos cenar en ese
restaurante una pizza y una hamburguesa, que nos dejaron la mar de contentas.
Con la ropa limpia y el maletero
reorganizado nos fuimos a dormir. Sólo nos quedaba esperar que el día siguiente
mejorara un poco el clima… porque vaya full de día.
Jope que miedo las ovejas... Menos mal que pudistéis esquivarlas a tiempo!
ResponderEliminarNos han encantado las fotos con hielo... ¡Queremos ir a Islandia!
vaya tela con el tiempo!! Qué rabia que estuviera todo el día lloviendo!! Menudos reflejos con la ovejas!!!! Menos mal que pudiste frenar a tiempo!
ResponderEliminarUn abrazo
Menudo tiempo pillasteis. veo que tuve mucha mucha suerte!!! Me hubiera encantado ver los fiordos pero con tan poco tiempo nos fue imposible. Las ovejitas islandesas pasan de todo, es cierto...Incluso con mal tiempo las fotos me encantan!!! Un abrazo
ResponderEliminar¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Edu y Eri, sí... la foto que he puesto de las ovejas no corresponde a ese momento al que hago mención, sino al principio de la mañana en Skaftafell, pero es que son las reinas de la carrtera y si hay niebla hay que llevar mucho cuidado.
En un día de buen tiempo la laguna tiene que ser impresionante.
- MC, sí... está claro que es Islandia y ya era finales de verano... la cosa cambió, aunque afortunadamente no volvimos a tener un día tan malo. Es que no se veía nada, miráramos donde miráramos...
- Fran, este día casi lo he borrado de mi mente. Hicimos cosas logísticas como poner lavadora y demás, pero vamos, a nivel paisajístico nulo. Eso sí, la zona de Myvatn (los siguientes días) espectacular... Ya os iré contando.
Un saludo a todos y gracias por pasar por aquí :D
Bueno Helena, que te vamos a decir. A veces llueve y no hay manera pero las fotos de los témpanos lo compensan. Saludos.
ResponderEliminarQué rabia la lluvia, es lo peor de los viajes, cuando llueve, arggg, pero bueno, es lo que hay. Lo de las ovejas fue un buen susto, me he pasado dos años trabajando en un pueblo de montaña y el peor recuerdo es el de encontrarme de vez en cuando cabras en la carretera, iba con mil ojos y con un susto que no veas, así que te entiendo. Los icebergs ahi tan cerca con una pasada, preciosas las fotos. Un besote!
ResponderEliminarLas fotos del iceberg son realmente impresionantes, lástima que no hiciese mejor tiempo para disfrutar del paisaje como se merecía.
ResponderEliminar"una cama de cuerpo y medio en Litla-Hof II, a los pies del Vatnajökull, porque después del día que habíamos tenido con el trekking en el Fallsjökull" jajajajaja... Madre mía con los nombrecitos!!!!!
ResponderEliminarEs una putada que en un lugar así te haga ese tiempo, pero bueno... no queda otra. Me ha recordado a la zona de Cabo Norte en Noruega. Pero allí no había icebergs... Me encantaría ver esa imagen en persona!
¡Hola a todos!
ResponderEliminar- Viajero Impresionista, hay días que salen así... qué le vamos a hacer!
- Calíope, en todo viaje tiene que salir un día malo. De todas formas lo aprovechamos bastante organizando el maletero y poniendo lavadora que ya nos estábamos quedando sin ropa limpia...
Los icebergs espectaculares, ¿eh? con y sin lluvia
- Verónica, en un día de sol tiene que ser alucinante estar por allí...si a nosotras nos pareció espectacular tal y como lo vimos!!
- Víctor, ya sabes como son los nombres en Islandia y eso que ese no es el impronunciable...
No volvimos a tener un día así de malo así que dentro de lo que cabe nos podemos dar con un canto en los dientes.
Y vosotros en Cabo Norte, visteis unas auroras espectaculares, con esa recompensa no hay contratiempo que valga!!
Un saludo a todos y gracias por pasaros por aquí ;)
Vaya mala suerte con el tiempo pero a pesar de las inclemencias aprovechasteis bien el día. Qué gracia las ovejas en medio de la carretera, menudo susto os debisteis pegar con los animalitos, jejejeje. Un abrazo!!! ;-)
ResponderEliminarHelena que te voy a decir!! si menudo tiempo que nos hizo el año pasado!! Lo de Fjallsarlon es un autentica pena. Jokulsarlon lo vimos igual que tu e incluso nos atrevimos con el anfibio!
ResponderEliminarLo que me tiene asombrada es como con esas condiciones climatologícas podíais dormir en una tienda de campaña!! con el tute del día y luego al suelo! me quito el sombrero.
Un abrazo
¡Hola chicas!
ResponderEliminar- Babyboom, la verdad es que hubo un momento que no se veía absolutamente nada en la carretera. Era un peligro. Pero bueno, afortunadamente sólo tuvimos un día así de malo en todo el viaje...
- Verónica, desde luego lo vuestro tiene narices (de valor, me refiero). Pero claro, no te vas a ir de allí sin ver la laguna por dentro...
Lo de la tienda lo llevamos muy bien. Mucho mejor de lo que yo esperaba. Debía llegar tan cansada, que caía rendida como un tronco sin problemas.
Un saludo chicas ;)