Sábado, 9 de junio de 2012. 4:30 h de la mañana. ¡En pie! ¡Nos vamos a pasar el fin de semana a París!
Tras la típica y tediosa espera en el aeropuerto, con un escueto desayuno en el único bar abierto, y un cortito viaje en avión, a eso de las 9:30 h estábamos ya en Beauvais sacando los tickets del autobús lanzadera que nos acercaría a la capital francesa. Con una única mochila a la espalda (que acarrearíamos gran parte del día), conforme nos acercábamos crecía mi ilusión por redescubrir la ciudad. Yo parecía que había vuelto a la niñez…¡Mira Cintia! ¡Se ve la Torre Eiffel ! Aún recuerdo la ilusión que me hizo ver la silueta de la torre a lo lejos…
Alrededor de 11 h llegábamos a Porte Maillot, en las cercanías del palacio de Congresos, desde donde teníamos que tomar el metro para comenzar a ver las principales atracciones de la ciudad. Y, como no, la primera en la frente. Habíamos tardado mucho en sacar los tickets del autobús y, por ende, habíamos subido en uno de los últimos. Para cuando llegamos a la estación de metro las taquillas tenían una cola kilométrica en la que podíamos perder media hora más perfectamente. Así que decidimos no esperar y comprar los billetes en una máquina que habíamos visto anteriormente. ¿El problema? En las máquina no hay opción para comprar la Paris Visite de dos días que nosotras teníamos previsto coger y, además, nos hicimos un lío padre al intentar sacar un billete sencillo que nos permitiera ir tirando. No sé cómo, acabamos sacando 10 billetes y, además debieron ser los más caros que existían. En fín, después del primer error (del que después sacaríamos provecho ya que la Paris Visite no nos iba correctamente) continuamos con la escapada.
Nuestra primera parada iba a ser el Arco de Triunfo, pero antes de salir a superficie, aprovechamos para comprar en esas vacías taquillas la Paris Visite que anteriormente no habíamos podido comprar.
Recuerdo que cuando fui de pequeña con mi familia a París (cuando tenía 11 años), no llegamos a subir al Arco de Triunfo y ésta era una cosa que ahora me hacía ilusión. Así que, tras salir del metro, y ver los famosos Campos Eliseos presididos por el grandioso arco, tomamos el pasadizo que te permite acceder a la rotonda en la que se ubica. Pero antes de salir a la superficie, en las taquillas del monumento, nos hicimos con dos Paris Museum Pass a las que les sacaríamos bastante provecho.
Al llegar a la rotonda, impresiona. Últimamente habíamos visto algún que otro “arco de triunfo” como el de Bucarest, pero sinceramente, creo que ninguno es comparable a éste. Y no sólo por su descomunal tamaño, ya que en este legado de Napoleón tuvieron que trabajar durante 30 años, sino también por sus bonitos relieves, que conmemoran el triunfo en la batalla de Austerlitz y donde destaca la Marseillaise de François Rude. Bajo el arco se encuentra la “Tumba al soldado desconocido” situada allí desde 1920, con una llama siempre encendida de recuerdo.
Después de admirar el arco desde abajo, emprendimos la subida por unas estrechas escaleras de caracol. En la cima las vistas son impagables. 12 enormes y amplias avenidas (entre la que se incluyen los famosos Campos Eliseos) convergiendo justo en el lugar en el que nos encontrábamos, en la Place de l’Etoile. Estuvimos un buen rato, admirando la panorámica desde cada uno de los flancos del Arco de Triunfo, viendo si éramos capaces de distinguir alguno de los lugares a los que luego trataríamos de acercarnos. Y casi os diría, que fue uno de los lugares que más me gustó y sorprendió de la escapada.
Cuando dimos por finalizada la visita, nos acercamos de nuevo en metro a Trocadero, desde donde había leído que existe una de las mejores vistas de la Torre Eiffel.
A ambos lados del mirador de la Torre se levantan dos palacetes: a mano derecha (mirando hacia la torre) el Palais de Chaillot que acoge tres museos distintos y un teatro y a mano izquierda la Cité de l’Architecture et du Patrimonie, que a través de una exposición de reconstrucciones, fotos y dibujos pega un repaso a la historia arquitectónica francesa. Con más tiempo, quizás hubiera echado un vistazo a éste último, pero el hecho de ir sólo día y medio nos obligó a seleccionar y decidimos obviar esta visita. Las vistas de la Torre Eiffel son bonitas, pero a mí me gustaron más las que obtendríamos más adelante.
Seguimos nuestra ruta caminando por los jardines de Trocadero, atravesando el Pont d’Iléna hasta llegar a la base de la Torre Eiffel. Ahí sí que imponen los 320 metros de altura que tiene este mamotreto metálico de 7.000 toneladas. Ante nuestros ojos se erguía el símbolo de la ciudad, que fue construido con motivo de la Expo de 1889. Nos hubiera gustado subir, pero como ya os comenté en el capítulo de preparativos no quedaban entradas por Internet y no estábamos dispuestas a perder el tiempo en colas (yo en mi anterior viaje a París sí que había subido pero Cintia tendrá que esperar a otra ocasión).
Eran ya cerca de las 13:00 h, así que decidimos alejarnos un pelín de la Torre y buscar un sitio donde comer. Nos acercamos a la Avenue Bosquet y nos sentamos en un restaurante que parecía medianamente económico (dentro de lo que cabe).
Con las pilas recargadas, regresamos a los Campos de Marte, para ver la otra cara de la Torre Eiffel y la Escuela Militar , la escuela de oficiales de Francia, donde se licenció Napoleón. Antaño los Campos de Marte era una plaza de armas pero hoy en día, y más con el buen tiempo que nos estaba haciendo, la gente se tiraba en el césped y dejaba pasar el tiempo…
Continuamos nuestra ruta por la Avenue de Tourville en dirección hacia la enorme cúpula dorada del Hôtel des Invalides. Este actual museo militar fue levantado en 1670 por orden de Luis XIV como hospital para acoger a los soldados mayores y a los heridos de guerra. Finalmente acabó cobijando el sepulcro de Napoleón, cuyo enorme sarcófago de cuarcita se halla bajo la gran cúpula dorada que se divisa desde medio París. Hoy en día, aunque aún se sigue utilizando como hospital y tiene hasta una capilla (la Église du Dôme), gran parte de él está ocupado por un museo de historia militar.
Muy cerca de los Inválidos, en el Hôtel de Biron, se encuentra otro museo que estaba incluido en la Museum Pass y que visitamos a continuación: el museo de Rodin. Al parecer, el propio Rodin estuvo viviendo en este palacete del siglo XVIII y legó sus obras al Estado a cambio de que las expusieran en el jardín de esa casa. Y allí se muestran. Algunas me resultaban conocidas, como El Pensador o el Beso, otras no tanto… En el interior del palacete, además, hay varios cuadros de pintores importantes como Renoir, Van Gogh y Monet.
Seguimos la marcha acercándonos a otro de los grandes museos de la ciudad: el D’Orsay. Cuando llegamos y vimos la cola, pensamos, ¡no puede ser! Nos tiene que servir de algo la Pass... y efectivamente, la cola era para la gente que no tenía entrada. Por el otro lado del edificio entramos rápidamente sin problemas. Este museo ocupa una antigua estación de tren que fue construida para la Exposición Universal de 1900. Más tarde fue un centro de detención de prisioneros de la II Guerra Mundial e incluso casa de subastas, pero actualmente acoge obras de primer nivel de autores como Delacroix, Monet, Renoir, Van Gogh o Toulouse-Lautrec. Nosotras dimos un paseo viendo las zonas que más nos interesaban pero, si os gusta el arte, este museo tiene para estar allí horas y horas.
A lo tonto, llevábamos ya bastante tiempo despiertas y un buen rato andando y, aunque no llevábamos mucho peso a cuestas, las mochilas comenzaban a notarse en la espalda, así que decidimos acercarnos al estudio que habíamos alquilado en la zona del barrio latino para descargar y comprobar si, efectivamente, teníamos lugar donde dormir. La dueña del apartamento no iba a estar pero nos había indicado dónde teníamos que ir a recoger las llaves y cómo entrar a la casa y la verdad es que no tuvimos ningún problema.
Aún nos quedaba tiempo por delante y decidimos pasar el resto de la tarde en Montmartre viendo el Sacre Coeur y dando una vueltecita por aquel barrio bohemio. Según se dice, en aquel lugar fue martirizado Saint Denis, y de ahí proviene su nombre (de Mons Martyrium), aunque hoy en día su nombre se asocia a algo más desenfadado… e inevitablemente viene a la mente el Moulin Rouge y alguno de esos cuadros de Toulouse-Lautrec con cabareteras levantando las piernas a ritmo de baile.
Pero allí en lo alto de la colina sobre la que se halla el barrio se encuentra el Sacre Coeur, una bonita iglesia que preside gran parte de París. Y pese a que dicen que no es de las más bonitas de la ciudad, a mí me resulta encantadora. Para acceder a ella puedes subir un buen tramo de escalones o utilizar un funicular que hay a mano izquierda. Para cuando nosotras llegamos sólo se podía visitar la basílica ya que cripta y cúpula se encontraban cerradas. Alrededor de ella se concentra muchísima gente para escuchar los cánticos de artistas callejeros o para observar las piruetas de algún que otro prodigio del balón.
Desde allí nos acercamos al mítico Moulin Rouge y pusimos rumbo de vuelta al barrio latino donde nos alojábamos.
Tras cenar en un restaurante justo debajo de nuestra casa, nos subimos a dormir. Había sido un día muy largo y Cintia no se terminaba de encontrar bien, aunque eso sólo era el preludio de lo mal que, muy a nuestro pesar, se pondría el día posterior…
Tras cenar en un restaurante justo debajo de nuestra casa, nos subimos a dormir. Había sido un día muy largo y Cintia no se terminaba de encontrar bien, aunque eso sólo era el preludio de lo mal que, muy a nuestro pesar, se pondría el día posterior…
Que buenos recuerdos me ha traido de mi viaje de hace 4 años... Volveremos en Enero, si todo va bien. Seguiré pendiente de la crónica. Un abrazo
ResponderEliminar2 veces en Paris, en invierno de 2005 y en verano de 2009...ambas experiencias diferentes, tb diferentes visitas y sensaciones. por suerte uno de los pocos destinos cercanos que no te aburres de visitar!
ResponderEliminarJunio s un mes precioso para ir a París, aunque no descartes visitarla en invierno porque tiene un encanto más que destacable ;)
ResponderEliminarEstuve en octubre del 94 y en febrero del 2011. Y volvería a ir tantas veces como mi economía me lo permitiera pues, no en vano es cierto el refrán: "París bien vale una misa".
ResponderEliminarUn saludo!
Vaya, qué pena que se pusiera Cintia enferma, por lo que veo aprovechasteis de lo lindo el primer día en París a pesar de pelearon con la máquina expende billetes al principio, jejejeje. Yo también he estado varias veces en París pero me gusta tanto que vuelvo de nuevo al mes que viene y me viene de perlas tus relatos, jejejeje. Un besote. ;-)
ResponderEliminarJolines, qué os pasó el segundo día? Qué pena!! De todas formas, aprovechasteis bastante bien este primer día. Ains, hace 3 meses que conocimos París y ya nos gustaría volver!!!!
ResponderEliminarYo también estuve de pequeña, así que tendré que volver para recordar como está todo. :)
ResponderEliminarNo sabía que se podía subir al arco del triunfo, las vistas desde allí son espectaculares!!
Saludos!!
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Mafi, no había visto tu crónica de París. Le pegasteis un buen repaso a la ciudad, pero siempre quedan ganas para volver. Así que en enero seguiré yo tus pasos (de forma virtual), jejeje
- Diego, yo creo que habrá también una tercera vez para mí. Se me quedaron algunas cosas en el tintero y, llevas razón, es un lugar que no te aburres de visitar
- Arol, pues no me había planteado ir en invierno, aunque tiene que tener mucho encanto también. Todo será cuestión de mirarlo...
- Mil Camins, sí, da para unas cuantas misas, porque a lo tonto, se nos fue un pico en la escapada (y eso que el vuelo fue prácticamente un regalo)
- Babyboom, bueno, ya sabes que tus relatos fueron una referencia para nuestra escapada, aunque luego allí se improvisa en función de las ganas. A Cintia creo que le sentó bastante mal el steak tartare que se pidió para comer porque el día siguiente se puso fatal (aunque aguantó el ritmo bastante más de lo que yo hubiera hecho). En fín cosas del directo...
- Artabria, la verdad es que es una ciudad para volver, ¿eh? Lo de Cintia no fue nada del otro mundo, se puso con mucha angustia y tal... pero más o menos aguantó la mañana por lo que aún dio algo de sí la escapada
- Claro Anna, a mí me pasaba eso. De pequeña mi máxima ilusión era ver Eurodisney y ahora se ve con distintos ojos... Me impresionó mucho el arco de triunfo así que si tienes ocasión sube porque las vistas son espectaculares
Un saludo a todos y muchas gracias por vuestros comentarios ;)
Buen recorrido no?? París es una delicia y no me cansaré nunca de pasear por sus calles!! Sabes que la rotonda del arco de triunfo le llaman del 50% ?? En los accidentes que hay allí las aseguradores ni discuten ya. Cada una paga una parte. Fíjate si hay accidentes en esa gran rotonda...
ResponderEliminarAbrazos
Vaya vistas desde lo alto del Arco del Triunfo, la próxima vez subo. A mí París, como a todo el mundo, también me encanta; estuve en el 95 ocho días y mucho después hice una escapada, tengo ganas de ir con buen tiwmpo, las veces anteriores he ido en invierno. Lástima lo de Cintia, ya leeremos lo que le pasó, en todo caso un día muy bien aorovechado. Un besote y sigo pendiente de la escapada parisina.
ResponderEliminar¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Fran, algo había leído de los accidentes en la rotonda... Debe ser mortal pasar por ahí entre semana a hora punta, jejeje. No estuvo mal el recorrido, pero a lo tonto acabamos molidas. En París parece que está todo cerca, te pones, te pones y acabas hecho trizas
- Calíope, a mí me gustaron mucho las vistas desde el arco. No me lo esperaba así.
Acabo de comprobar la fecha de nuestro primer viaje, para ver si podíamos haber coincidido, y fue en abril del 94 (es decir, tenía 12 añitos). Ya era hora de volver...
Un saludo chicos y gracias por pasar por aquí ;)
¡¡¡Fue un día muy bien aprovechado!!!
ResponderEliminarParís tiene tanto que ver, que es inevitable dejarse cosas en el tintero. En mi caso, nosotros nos dejamos los museos que comentas.
Saludos
Me encanta París. Sí que es cierto eso que dicen de que tiene cierto encanto romántico. Montmartre es una pasada, uno de mis rincones favoritos. Del Arco del Triunfo lo que más me gusta son las vistas desde arriba. La subida es pesada, pero merece la pena.
ResponderEliminarLo que sí que no me dio tiempo a visitar es el museo d'Orsay. Por falta de tiempo sólo pude ir al Louvre, pero mira, ahí tengo la excusa para volver a París, porque me encanta Van Gogh y sus pinturas es lo que más me interesa de Orsay. Bueno, y de Toulouse-Lautrec.
Une pena que no subierais a la Torre Eiffel, pero ahí está vuestra excusa para volver. Y una pena también que Cintia se pusiera enferma. ¿Qué le ocurre a París? Cuando estuve fui con mi novio y él también se puso malo los dos primeros días (y luego me lo pegó).
¡Saludos!
Hace unos meses estuve también por París, y realmente deberías de haber esperado la cola kilométrica para la Torre Eiffel. Es un lujazo ver la ciudad de París desde esas alturas. Yo tuve la suerte de subir al atardecer (pena que no tenga fotos por la calidad de ellas). Pero bueno.... fueron 3 horas en la cola que se me hicieron eternas.
ResponderEliminarPor cierto, desde el Trocadero, como bien dices, la foto para la torre es espectacular. Te dejo la que hice y puse en el blog.
http://farm8.staticflickr.com/7071/7172590330_f2c4ec933f_z.jpg
Saludos !!
Estuve en París de peque, y me encantaría volver para disfrutar de sus elegantes avenidas y por supuesto subir a la Torre Eiffel. Aunque menudas vistas desde el Arco del Triunfo!! :)
ResponderEliminarSaludos!
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- M.C. en París podrías estar una semana dejándote las piernas allí y aún quedarían rincones por ver, jejeje. Al final toca seleccionar un poco en función e los gustos... y siempre está abierta la opción de la vuelta
- Carol, sí que es verdad que mucha gente se pone mala allí. Esas casualidades de la vida, jejeje.
Veo que a ti también te gustó mucho la capital francesa y veo que no sólo a mí me pareció dura las escaleritas del arco de triunfo!!
Tenemos muchas cosas pendientes así que estoy prácticamente convencida de que habrá un tercer regreso a París
- Carlos, no te creas que no se me quedó la espinita de subir a la Torre, pero cuando se va con tan poco tiempo hay que seleccionar y tampoco lo vimos algo prioritario. Otra vez será.
Cuando fuimos nosotras los jardines de Trocadero estaban cortados, ya que estaban preparando unas casetas enormes o stands... No sé, pero no me terminaron de convencer las vistas porque aquello estorbaba bastante, pero desde tu foto se ve precioso.
- Dany, pues entonces te pasa como a mí, que tenía un vago recuerdo de la ciudad... Lo de la Torre Eiffel mirátelo con tiempo y reserva entrada, que sino es insufrible
Un saludo y muchas gracias a todos por pasar por aquí y dejar un comentario :)
Habrá infinidad de monumentos mejores que los "cuatro hierros" que forman la Torre Eiffel, pero por muchas veces que se vaya a París, creo que cuando se ve la torre de nuevo, este sentimiento que tú defines es bastante generalizado.
ResponderEliminarTengo ganas de volverrrr!
Un abrazo
Un recorrido estupendo!!!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminar- María Teresa, me hizo una ilusión tremenda ver la torre a lo lejos desde el autobús. Ya ves, que tontería, pero así lo sentí. Parecía una chiquilla con zapatos nuevos, jejeje
- Pedro Álvarez Fotografía, muchas gracias. Para estar un día y medio allí creo que le sacamos mucho provecho, aunque siempre nos gustaría poder dedicarle más tiempo
Un saludo y gracias por pasar por aquí y hacer un comentario :)
Jo Helena! que buen comienzo de viaje. París nos encanta, no importa las veces que vayamos, siempre nos quedamos con ganas. Una vista que nos parece genial es la que cuentas, desde el Arco del Triunfo, y, sorprendentemente, hay mucha gente que no sube. No se por qué. Y la que se tiene desde el Trocadero..., fue hace muuuucho nuestra primera parada en París. ¡No se olvida!
ResponderEliminarSaludos!
- Por cierto, te vamos a enlazar en "Mas Gente Viajer", que es hora... ¿no? :)
Veo que aprovechaste bien el tiempo, Paris, que recuedos al leer esta entrada, ciudad magnífica para visitar. Por cierto coincido contigo, yo he visto muchos arcos del triunfo, pero ninguno como el de la capital parisina.
ResponderEliminarJesús Martínez
Vero4travel
Hola Helena, lo de las indisposiciones viajeras da para varias entradas en cada blog. Sobre lo que dice Fran, es un espectáculo ver cruzar los coches y motos en la rotonda del arco del triunfo. No hay semáforos ni carriles y encima turistas en medio de la calzada en los Campos Elíseos para tomar la mejor foto. Buen mes para la visita y en la próxima ocasión la Torre Eiffel al atardecer, sin duda. Saludos.
ResponderEliminarLo de la foto en mitad de los campos elíseos del arco del triunfo es un clásico. Quién ha visitado París y no ha intentado hacer una foto desde ahí ? :))
ResponderEliminar¡Hola a todos!
ResponderEliminar- Guisante Verde, la verdad es que sí, ya va siendo hora de ponernos en el blogroll... que yo os seguía sólo desde el reader.
En mi primer viaje a París tampoco subí al Arco de Triunfo, imagino que puestos a hacer colas la gente se decanta más por esperar para subir a la Torre Eiffel, pero la verdad es que en el Arco las vistas son preciosas y apenas se pierde tiempo en taquillas
- Sí Jesús, parece que cada ciudad tiene su arco y todas intentan compararlo con el de París, pero yo personalmente aún no he visto uno tan monumental como éste
- Viajero Impresionista, llevas más razón que un santo... tanto en el 95 como este año no faltó la foto en mitad de los Campos Elíseos hacia el Arco... Me anoto para la próxima lo de la Torre
- Viajar a Polonia, pues sí y creo que si volviera la volvería a sacar en el mismo lugar, jejeje
Un saludo a todos y gracias por vuestros comentarios ;)
Qué recuerdos...
ResponderEliminarEso es aprovechar bien el día y lo demás son tonterías, menuda caminata os metísteis. Pero como se dice, sarna con gusto no pica.
Un abrazo
Notas de un viajero, acabamos realmente cansadas y viéndolo en el mapa no parece tanto... pero sí que es verdad, cuando haces lo que te gusta parece que no hay dolor, jejeje ;)
EliminarMuy buena jornada, muchos de los lugares que visitasteis, yo lo hice pero por la noche, así con las imágenes me puedo hacer una idea de como luces por el día.
ResponderEliminarMe voy a ver que pasó en el segundo día, que me he quedado en ascuas :D
José Carlos, fue un no parar y de noche tiene que ser precioso. Me hubiera gustado acercarme a ver la Torre Eiffel iluminada, pero con el madrugón que nos habíamos pegado estábamos reventadicas y caímos en la cama como bebés, jejeje
EliminarUn saludo ;)
osé Carlos, fue un no parar y de noche tiene que ser precioso. Me hubiera gustado acercarme a ver la Torre Eiffel iluminada, pero con el madrugón que nos habíamos pegado estábamos reventa https://la-voz.net/organizacion-economica-en-el-imperio-inca/
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