Para conocer Münich, la oficina
de turismo de la ciudad nos ofreció unirnos a una visita guiada que hacían en
inglés a partir de las 10.30 h. Precisamente, nos habían citado en la puerta de
la propia oficina de turismo, en pleno centro de la ciudad, en Marienplatz.
Así que tras desayunar en nuestro
apartamento, cogimos el metro para acercarnos al centro. Llegamos con algo de
antelación así que estuvimos dando un paseo por allí e incluso nos sentamos a
redesayunar en una cafetería de la zona...
Llegada la hora, nos reunimos con
nuestra guía para comenzar a descubrir los principales lugares de su centro
histórico.
Nuestra visita empezó viendo el carrillón
del ayuntamiento o Glockenspiel, a las 11:00 h (a las 12 h hay un segundo turno
y en temporada de verano, hacen un último a las 17.00 h), todo un espectáculo
que congrega a gran multitud de gente a los pies del Ayuntamiento, en la Marienplatz.
Los ayuntamientos que podemos ver
en la plaza, tanto el neogótico Neues Rathaus como su antecesor, el Altes Rathaus,
son reconstrucciones de los originales que quedaron destruidos en la II Guerra
Mundial. En el centro de la plaza, podemos ver también la Columna de María, una
escultura de la Virgen María bañada en oro.
Cuando acabó el carrillón, nuestra guía nos habló de la iglesia de San Pedro, Alter Peter. Nos comentó que desde la torre existe un mirador con unas vistas espectaculares de toda la ciudad y nos recomendó que, si teníamos oportunidad, más tarde intentáramos subir.
Nosotros debíamos seguir con la
ruta y así, callejeando, llegamos a la plaza de la catedral: la Frauenkirche. Construida
en ladrillo rojo, la iglesia es uno de los principales puntos turísticos de Munich.
Sus dos torres (junto a la del Nuevo Ayuntamiento), rematadas por una cúpulas
de color turquesa y con 99 metros de altura, dominan el cielo de la ciudad y
pueden ser vistas desde cualquier punto gracias a una orden que prohíbe edificaciones
mayores de 100 metros.
En el interior
de la iglesia podemos encontrar la que se dice que es la huella del diablo. Nuestra
guía nos explicó que cuando se construyó la catedral, el constructor prometió al
diablo que el edificio no tendría ventanas. Una vez hubo acabado, el diablo
entró para comprobar el cumplimiento de la promesa… y en efecto, desde ese
punto, no se ven ventanas ya que quedan tapadas por las columnas del templo.
Al salir de
allí nos dirigimos hacia Odeonsplatz. La Plaza del Odeón debe su nombre a una
gran sala de conciertos que existía en aquel lugar en el momento de su
construcción. Hoy en día está dotada de majestuosos edificios ya que en su
principio fue concebida como una entrada triunfal a la ciudad.
Así, allí nos
encontramos con la Feldherrnhalle o Pórtico de los Mariscales, una imponente
construcción de 1841 que vanagloria el honor del ejército bávaro. También fue
allí donde inició el tiroteo que puso fin al Putsch de Múnich,
un intento de golpe de estado por parte del partido nacional-socialista que
terminó con el propio Hitler encarcelado.
La Iglesia de
los Teatinos (Theatinerkirche), dedicada a San Cayetano, también se encuentra
en esta plaza; con una fachada amarilla en estilo Rococó, alberga en su
interior las tumbas de algunos antiguos reyes de Baviera.
Al lado de
éstos se encuentra el Hofgarten o Jardín de la Corte, un bonito jardín de
estilo italiano, construido en las cercanías de la Residencia durante el siglo
XVII. En su interior se halla el Templo de Diana (Hofgartentemple), un pabellón
diseñado en 1615 desde el que salen diferentes caminos que recorren el jardín.
Rodeando el jardín se hallan importantes construcciones como la Cancillería del
Estado de Baviera, una galería de arte o el Salón de Banquetes de la
Residencia.
Desde allí nos dirigimos al
Englischer Garten, el pulmón verde de la ciudad que, con más de 400 has, es uno
de los parques urbanos más grandes del mundo. En su interior existen
numerosos caminos por los que pasear
pero también edificios singulares como una pagoda china o un templete de estilo
griego del año 1836. Además, un gran canal, conocido como Eisbach, recorre el
jardín. En él, hay una zona en la que crean olas de forma artificial y a la que
la gente acude para hacer surf. Algo curioso de ver sin duda.
Desde allí, regresamos al centro
de la ciudad, a la Residenz,
la que fue la residencia de la familia real bávara y que es uno de los mayores
palacios de Alemania. El guía nos dio una breve introducción desde el exterior,
en la que nos comentó, entre otras cosas, que es típico tocar la cabeza de las
estatuas de los leones que hay en su puerta para que nos den suerte, salud,
dinero y amor y nos recomendó que lo visitáramos más tarde por nuestra cuenta,
como hicimos.
Seguimos hacia la plaza de Maximiliano José donde encontramos la sede de la Ópera y dimos por finalizada la visita guiada en la puerta de la cervecería Hofbräuhaus (HB), donde decidimos sentarnos a comer. El origen de esta cervecería se remonta a 1589 cuando era la fábrica de cerveza que abastecía a la familia Wittelsbach pero también ha sido testigo mudo de importantes acontecimientos como la proclamación de la "República Soviética de Múnich”.
Después de comer regresamos a la Residenz para visitarla por dentro (ya que la entrada estaba incluida en la tarjeta de los palacios bávaros que habíamos sacado el primer día de viaje). Este Palacio acogió a algunos miembros de la dinastía de los Wittelsbach, que lo fueron ampliando y modificando a su gusto, llegando a construir un complejo concatenado de siete palacios con sus respectivos patios. En su interior se pueden ver muchas de las antigüedades que fueron propiedad de la familia así como una sala dedicada a los tesoros reales, alguno de ellos realmente impresionante.
Desde allí nos dirigimos a la
zona en la que se concentran algunos de los museos más importantes de la
ciudad: la Antigua Pinacoteca (Alte Pinakothek) que muestra una importante
colección de pinturas clásicas, la Nueva Pinacoteca (Neue Pinakothek) que da continuación
a la anterior y recoge cuadros de los siglos XIX y XX y la Galería de Arte
Moderno (Pinakothek der Moderne). Me hubiera gustado entrar a ver la primera de
ellas pero, para cuando llegamos ya estaba a punto de cerrar.
Cerca de allí se encontraba la Königsplatz,
una bonita plaza presidida por tres edificios de estilo neoclásico: la
Gliptoteca (que expone piezas de arte grecorromano), los Propíleos y la
Staatliche Antikensammlungen (con una colección estatal de antigüedades). Esta
plaza tiene además importancia histórica por haber recibido varias marchas y
celebraciones durante la época nazi; de hecho, en su día acogió algunos
edificios que conmemoraban la muerte de los caídos en el "Putsch de
Múnich" (al que llegaron a trasladar los féretros de los caídos para que
fueran visitados), y que durante la II Guerra Mundial fueron destruidos por
Estados Unidos.
Con estas visitas realizadas
regresamos al centro de la ciudad, pero de camino vimos que en Odeonsplatz
estaban preparando un entarimado para un discurso político al que iba a acudir la
mismísima Angela Merkel… ¡eso lo teníamos que ver! Pero yo estaba cansadísima.
No habíamos parado de caminar en todo el día (salvo para comer) y creo que aún
arrastraba el cansancio de las Cuevas de Hielo (que me mataron)… así que, pese
a que queríamos subir a la torre de la iglesia de San Pedro pudo más mi
cansancio y decidimos irnos a tomarnos unas cañas para hacer tiempo para ver a
la Merkel (que no todos los días uno la tiene delante).
Así, después de ver a la Canciller
alemana, regresamos a nuestro apartamento. Cenamos en un restaurante italiano
cercano y nos fuimos a dormir. El día siguiente volveríamos a España, pero
antes veríamos aún algunos lugares interesantes como el Campo de Concentración
de Dachau.
Hicistéis una visita muy parecida a la que hicimos nosotros! Y qué casualidad que la Merkel diera un discurso ese mismo día!! jejeje
ResponderEliminarUn saludo
Pues por lo que cuentas, Munich bien merece una escapada. La Residenz debe ser impresionante y lo de encontrarte con la Merkel de traca ;) Un abrazo
ResponderEliminarVaya traca final para el día de turismo!!!
ResponderEliminarYa sabes mi espina clavada con Munich, tengo muchas ganas de volver a Alemania
Besos
Qué buenos recuerdos de Munich. Tengo muchas ganas de volver a Alemania, aunque tuvimos algún problemilla con el idioma XD
ResponderEliminarQué bien me lo pasé en las cervecerías de Munich!, la Hofbräuhaus es una pasada, ambientazo que hay siempre.
ResponderEliminar¡Hola a todos!
ResponderEliminar- M. Carmen, yo creo que al final todas estas visitas guiadas van a los mismos lugares. Eso sí, al final sales con una impresión global de toda la ciudad
- Alicia, no veas... cuando vimos que era la Merkel, dijimos: hay que verla!!
- Libreta Viajera, tengo claro que volverás por allí a acabar ese viaje incompleto.
- Artabria, con el alemán no hay quien se aclare... Recuerdo que queríamos pedir codillo en la cervecería esta famosa y no fuimos capaces (ni siquiera nos salía el nombre en inglés), así que acabamos comiendo salchichas (a saber de qué)
- Calíope, siii, la verdad es que había muchísimo ambiente, hasta músicos encima de una tarima tocando canciones típicas... y la cervecería es enorme! Hay que pasar por allí sí o sí ;)
Un saludote a todos y gracias por vuestros comments :hello:
Que guai! Nosotros hicimos una visita similar, un freetour con
ResponderEliminarTour Gratis y la verdad que estuvo genial , nosotros sin duda repetiríamos de nuevo, las historias que se cuentan son muy interesantes, pero más lo son los monumentos.
También fuimos al Campo de Concentración de Dachau, la verdad fue espeluznante(pero es una visita obligatoria que hay que conocer), hasta que punto el ser humano puede llegar...Esperemos que tales acontecimientos no se repitan en la historia.
Gracias por el post, es muy útil.
Un saludo.