Recorriendo Minerve, en el sur de Francia


Otro de los lugares por los que pasamos en nuestro viaje de camino hacia Ginebra fue Minerva, una ciudad que nos habíamos dejado en el tintero en nuestro anterior viaje por el sur de Francia y que en esta ocasión sí que queríamos ver.

Minerve, Francia

Situada en las cercanías del “Canal du Midi”, en la región de Languedoc-Roussillon, está construida en lo alto de un espolón rocoso a una altitud de 193 m dominando las gargantas de los ríos Cesse y Brian. Un entorno, que gozaba de una importante connotación estratégica en el pasado (que hoy en día ha perdido) pero que resulta simplemente espectacular. Es más, se pueden ver diversos puentes naturales creados por la fuerza del río sobre las gargantas del Cesse.

Plano de Minerve, Francia

Regida por la Cámara de los vizcondes, la cruzada albigense convocada por el Papa Inocencio III en 1208 para luchar contra la herejía cátara, alteraría para siempre la organización de las autoridades locales y el curso de la historia en la región, que acabaría con la anexión de las provincias del Languedoc a la corona de Francia. 

En aquel tiempo Minerva se había convertido en un refugio de Cátaros y de caballeros Faidits hasta que en el año 1210, Simon de Montfort (el líder militar de la cruzada y principal protagonista de la misma) se lanzó a asaltar la población que, debido a su enclave, murallas y castillo, estaba considerada por aquel momento como inexpugnable y no era tarea sencilla. 

En Minerve, FranciaMinerve, Francia

Tras analizar la situación efectuó un asedio a la población que se prolongó durante 7 semanas, instalando 4 catapultas en el curso del río Brian: 3 de ellas apuntando directamente a la puerta de la ciudad y una última, que fue denominada “La Malvoisine, o mala vecina” apuntando al otro extremo de la ciudad, hacia el pozo que la abastecía de agua. Para su funcionamiento eran necesarios 10 caballos, 100 hombres y lanzaba 1 proyectil cada media hora que llegaba a tener hasta 150 kg. 

El asaltó finalizó con la rendición del vizconde Guilhem de Minerve, al haber sido destruida la única fuente de agua de la ciudad y comenzar a escasear los alimentos. Unos 150 cátaros, no quisieron abandonar su fe y fueron quemados en la primera hoguera colectiva de la cruzada (la última se llevó a cabo en Montsegur). 

Minerva, con sus calles medievales adoquinadas y sus jardines en terrazas, sigue recordando hoy en día aquella epopeya cátara.

Minerve, Francia

Pero volviendo a nuestros días, en la actualidad Minerve está incluido como uno de “Les Plus Beaux Villages de France” (no le faltan motivos) y es una de las puertas de entrada al Parque Natural Regional del Alto Languedoc. 

La estampa que nos encontramos de la población, dominando ambas gargantas, al acercarnos a ella desde la carretera es preciosa y, aunque no se puede acceder al pueblo con coche, han habilitado un parking en las cercanías para dejarlo. Hay una cuota fija para dejar el coche desde las 8:00h hasta las 18:00h de 3€ mientras que a partir de las 18:00h es gratis.

Además de disfrutar del paisaje natural y rocoso de esta aldea, en la que viven poco más de una centena de personas, lo bonito es recorrer sus empedradas calles que evocan a tiempos pasados (por ejemplo, encontraremos la calle de los Mártires, que supuestamente fue el último recorrido que realizaron los Cátaros hasta la hoguera que les llevó a la muerte), o ver los restos de la muralla medieval y los vestigios del castillo, del que apenas queda una torre medieval en la entrada al pueblo. 

Minerve, Francia

Podemos acercarnos a la iglesia de Saint-Étienne, situada en la principal plaza del pueblo y en la que también se ha instalado una escultura de piedra con una paloma alzándose al vuelo (llamada “Paloma de Luz”) en recuerdo a los Cátaros, hasta el puente o visitar el Museo de Heurepel dedicado al catarismo. Existe también otro museo dedicado a los descubrimientos paleontológicos realizados en la cercana cueva Aldene. 

La ruta por la población tiene que acabar con la visita a la reproducción de la catapulta que desató el fin de la resistencia de Minerve, la Malvoisine, situada en el otro margen del río. 

Se trata de un pequeño pueblo muy bonito, que se recorre rápidamente, repleto de pequeñas tiendecitas de souvenirs y artesanía en la que encontraremos también los vinos de la región que tienen bastante fama.

Minerve, Francia

Con esto, nosotras dimos por zanjada nuestra visita y continuaríamos la ruta hacia el norte.
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Helena - Mimaletayyo

Ingeniero de caminos de profesión, la pasión por viajar y su curiosidad por conocer mundo ha hecho que dedique parte de su tiempo a ello. Entusiasta por conocer vestigios de antiguas culturas y civilizaciones, pero también naturaleza y modo de vida actual.

2 comentarios:

  1. Tiene buena pinta! Tendría que haber leído este post cuando estuve por la zona durante el puente de diciembre! jejejeje
    Un abrazo y feliz año!

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    1. Últimamente me estoy haciendo experta en pequeños pueblecitos de Francia, jejejeje...
      Un saludo y muy feliz año nuevo!!

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