Día de lagos en los montes Dolomitas y Bresanona


Pues vamos al lío… Nuestra escapada de 5 días para ver lo principal o los imprescindibles de las Dolomitas comenzaba. 

El día anterior lo habíamos pasado por completo de ruta en coche para trasladarnos a la zona (estuvimos paradas un buen rato en el túnel de Montblanc y la ruta se hizo algo más larga de lo esperada). Pero como acabábamos de comenzar el viaje, veníamos con ganas, así que decidimos comenzar con alguno de los imprescindibles de la región, recorriendo algunos de los lagos más bellos de la zona. 

Lago di Braies, Montes Dolomitas


Así, tras desayunar en el apartamento, sacar a dar un pequeño paseo a los perretes (que iban a venir con nosotras) y preparar los bártulos pusimos rumbo al Lago di Braies, probablemente el más conocido y bello de los lagos de los Dolomitas. 

Había leído que el Lago di Braies o Pragser See se ponía a tope de gente (llegando a limitar incluso el acceso en coche en temporada alta, siendo el bus la única forma de llegar) y que era recomendable visitarlo o bien a primera hora o bien a última. Sin embargo, en las fechas que fuimos nosotras tampoco la afluencia de gente era masiva. Al llegar, dejamos el coche en el parking (de pago) y pusimos marcha al lago… pero ¡ohh, sorpresa! ¡el lago estaba helado! 

Lago di Braies, Montes Dolomitas

La verdad es que nos tomamos la visita con calma (entre otras cosas porque el líder de la manada no podía andar del todo bien), comimos en el restaurante que allí había y decidimos hacer el sendero circular que bordea el lago. La caminata, de 3,5 km, supuestamente se hace en alrededor de una hora, pero entre que el pobre de Unno no estaba en su mejor momento y que realmente el sendero estaba cortado pero nosotras decidimos saltarnos los carteles y seguir ahí a la brava… cuando en verdad había trocillos algos complicados con el hielo… pues eso, le dedicaríamos como 2 horas. 

Lago di Braies, Montes Dolomitas

Eso sí, merece la pena, porque las vistas son muy diferentes desde las distintas perspectivas del lago. 

Lago di Braies, Montes Dolomitas

Es uno de los lagos más bonitos y famosos de los Dolomitas, pero el hecho de verlo completamente helado le restaba algo de encanto… y al parecer esto ocurre cada año entre Noviembre y Abril aproximadamente. 


Cuando terminamos nuestra caminata, nos metimos de nuevo en el coche y nos dirigimos hasta otro de los lagos de la zona para hacer una breve parada. Se trataba del Lago di Dobbiaco. Quizás por el hecho de haber visto el anterior completamente congelado y porque éste no lo estaba, nos resultó muy bonito. 

Lago di Dobbiaco, Montes Dolomitas

Al llegar ya vimos que la visita no iba a llevar mucho tiempo, ya que sólo había montañas hacia uno de los lados y, aunque también se puede darle la vuelta, decidimos visitarlo sólo desde la zona en la que se encuentra en restaurante. 

Lago di Dobbiaco, Montes Dolomitas

Y así hicimos. Dejamos el coche en un parking que encontramos arriba y descendimos a pie. Anduvimos un rato por su orilla, hicimos las fotos de rigor y vuelta al coche. 


Algo más adelante dimos con el Lago di Landro. Este lago se encuentra junto a la carretera que va de Dobbiaco a Misurina y, aunque el enclave era muy bonito con esos característicos picos de esta región alpina, el lago prácticamente no tenía agua. De hecho, nos adentramos un poco por su cuenca, hasta el nivel de barro en nuestros pies comenzaba a ser peligroso y regresamos al coche. 

Lago di Landro, Montes Dolomitas

Justo antes del lago habíamos visto un mirador a las famosas Tres Cimas de Lavaredo, así que decidimos volver para llevarnos la panorámica… Precisamente de allí parte una de las rutas que asciende hasta las cimas. 

Mirador Tres cimas de Lavaredo, Montes Dolomitas

Mirador Tres cimas de Lavaredo, Montes Dolomitas

Nuestra idea era, en uno de los días del viaje, subir arriba y hacer la ruta circular alrededor de los picos (en concreto el sendero 101) … ¡Ayyy, qué ilusas! Para ello debíamos subir en coche al Refugio de Auronzo y comenzar nuestra caminata desde allí. Y, como realmente teníamos todavía tiempo, decidimos acercarnos al citado refugio en coche para ver cómo se encontraba el acceso a los picos. Gracias a que se nos ocurrió la genial idea de hacerlo, pues la carretera llegaba únicamente hasta el Lago d’Antorno y a partir de allí un muro de nieve de prácticamente un metro de altura impedía el paso. Vamos, habían limpiado la nieve únicamente hasta el restaurante y el resto estaba impracticable. En propio lago d’Antorno también se encontraba congelado, de hecho, no se distinguía del resto de panorama… 

Lago d'Antorno, Montes Dolomitas

En ese momento llegaban unas motos de nieve con algunos turistas, que imaginamos que sería la única forma de acercarte algo más a las famosas montañas. Así que, nuestro gozo en un pozo… 

Tras la fallida incursión decidimos acercarnos al Lago di Misurina que, como tantos otros estaba congelado y decidimos poner rumbo de vuelta hacia el apartamento. Eso sí, todavía haríamos un par de paradas más. 

La primera, una parada rápida, en un castillito que habíamos visto desde la carretera, la fortaleza de Muhlbach. Al parecer se erigió allí en el valle de Puster en el siglo XV por miedo a un ataque turco y para frenar a las tropas venecianas. 

Fortaleza de Muhlbach, Montes Dolomitas

La segunda fue en la ciudad de Bresanona o Bressanone (en italiano) aunque su nombre original es Brixen (en alemán). Una ciudad tranquila y bonita, repleta de palacios de arquitectura germánica, convertidos en hoteles de lujo o centros culturales, que bien merece una visita con calma. En su centro histórico destacan la catedral con su precioso claustro, el palacio del obispo y la iglesia de San Michelle. 

Bresanona, Montes Dolomitas

Si se va con algo más de tiempo hay también dos museos que pueden resultar interesantes como el museo de la farmacia o el museo diocesano. 

Bresanona, Montes DolomitasBresanona, Montes DolomitasBresanona, Montes Dolomitas

Y hasta ahí pudimos exprimir nuestro primer día en las Dolomitas. Tocaba poner rumbo de vuelta a nuestro apartamento… El passo de la Mendola nos esperaba. 

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Helena - Mimaletayyo

Ingeniero de caminos de profesión, la pasión por viajar y su curiosidad por conocer mundo ha hecho que dedique parte de su tiempo a ello. Entusiasta por conocer vestigios de antiguas culturas y civilizaciones, pero también naturaleza y modo de vida actual.

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