Tras haber dormido a pierna suelta por la noche y haber disfrutado de un buen desayuno en nuestro hotel, nos levantamos en Mérida dispuestas a realizar un breve recorrido a pie para ver sus principales lugares de interés. Habíamos previsto dedicarle únicamente una mañana a la ciudad, por lo que nuestra visita no sería muy exhaustiva… Así que, aunque dejaríamos de lado entradas a museos y similares, nos llevaríamos una idea bastante buena de la ciudad. En esta entrada os relataré el itinerario a pie (y en parte, en coche) que llevamos a cabo para descubrir en una mañana lo mejor de Mérida (México).
Al parecer, la ciudad de Mérida, que inicialmente era conocida como “Toh” o “cinco cerros”, se encontraba prácticamente deshabitada cuando en el año 1542 fue colonizada por el español Francisco de Montejo. Este decidió rebautizarla como Mérida ya que las edificaciones de la ciudad maya, le recordaban a las ruinas romanas de la capital extremeña.
En la actualidad, Mérida es una de las ciudades más ricas y modernas de la península. Cuenta con un amplio patrimonio histórico y, aunque mantiene sus raíces, nos muestra otra cara mucho más contemporánea y moderna.
Plaza Principal de Mérida
No muy lejos de
nuestro hotel, el Art 57 Hotel - Adults Only, se encontraba la Plaza Principal
de Mérida, también conocida como la «Plaza Grande» y centro neurálgico de la
ciudad. Nuestra visita empezó allí.
Alrededor de la plaza se encuentran los de los edificios más importantes de Mérida: la Catedral de San Ildefonso, el Pasaje de la Revolución, el Palacio del Gobierno, el Palacio Municipal de Mérida y el Museo Casa Montejo.
La Catedral de San Ildefonso
Al llegar a la
plaza lo primero que llama la atención es la catedral. Erigida por el rey
Felipe II tras la fundación de Mérida, es la catedral más antigua de México (y
de América latina) y, según dicen, la primera construida en América continental.
Su fachada es de estilo renacentista (muy sobria) y destaca en ella la puerta
del perdón, con arco de medio punto, enmarcada por columnas con dos imágenes:
la de San Pedro y la de San Pablo. Como curiosidad, un poco más arriba podemos
ver un escudo de piedra de la primera bandera de México.
Su interior
consta de tres naves y aún conserva tres de las cinco capillas que tenía
originariamente. La entrada es gratuita.
Frente a ella, nos encontramos con las letras de colores de Mérida. El típico lugar en el que hacer la foto de rigor.
Pasaje de la Revolución
Al lado de la
Iglesia de San Ildefonso se encuentra el Pasaje de la Revolución, una especie
de museo al aire libre donde diversos artistas exponen sus obras de arte.
A través de él podremos
acceder al Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (MACAY) al que nosotras
no entramos, pero que cuenta con obras de tres grandes artistas yucatecos
(Fernando Castro Pacheco, Fernando García Ponce y Gabriel Ramírez Aznar).
Palacio del Gobierno
En el lado norte
de la Plaza Principal se encuentra el Palacio del Gobierno, levantado donde se
ubicaban antiguamente las Casas Reales, las oficinas de los altos mandos. En la
actualidad acoge las oficinas del Gobierno del Estado.
En la planta alta
se encuentra el Salón de Actos, donde 27 murales realizados por Fernando Castro
Pacheco, cuentan la historia de Yucatán. Este, junto al patio de su interior,
es su mayor atractivo. Se puede entrar de forma gratuita.
Palacio Municipal de Mérida
En el lado oeste
de plaza nos encontramos con el Palacio Municipal, la actual sede del
ayuntamiento de Mérida.
Fue construido en
el año 1735 sobre los vestigios de una antigua pirámide maya. Antiguamente fue
utilizado como cárcel. Con el paso de los años el edificio fue restaurado y se
le añadió una segunda planta, así como la torre del reloj. En este edificio se
concretó la independencia de Yucatán de la Corona Española, así como su anexión
a México.
Antes se podía
subir al segundo piso de manera gratuita y disfrutar de unas bonitas vistas de
la plaza, pero al parecer ya no es posible.
Museo Casa Montejo
En el lado sur de
la plaza podemos ver la antigua casa de la familia Montejo, conquistadores
españoles de Yucatán.
Una de las características
más importantes de este edificio es que conserva casi intacta la fachada de la
entrada principal, que data del año 1549. En ella se puede observar, en la
parte superior de la entrada, el escudo de armas de los Montejo y dos guerreros
españoles sobre las cabezas de indios. Además, es uno de los pocos ejemplos de
arquitectura plateresca en América.
Hoy en día la Casa Montejo alberga el Banco Nacional de México y la Casa de Cultura y el Museo Casa Montejo donde hay tres salas de exposiciones temporales y cuatro salas permanentes donde se muestra el estilo de vida de la época colonial. La entrada es gratuita y, aunque dicen que la visita es bastante rápida, como había cola para entrar, nosotras la omitimos.
Calle 62 y Calle 60
Desde la Plaza
Principal salen dos de las vías principales de Mérida, la Calle 62 y la Calle
60. Paralelas una a la otra, recorren gran parte del centro histórico de la
ciudad.
Nosotras nos dedicamos a caminar por la calle 62 hasta que llegamos al Parque de San Juan. En nuestro paseo nos fuimos encontrando con algunos lugares de interés, como:
- El Arco de San Juan. Uno de los tres arcos coloniales (de los ocho que se construyeron en total) que aún se conservan en Mérida y que fueron erigidos para proteger la ciudad.
- La iglesia de San Juan, que fue construida por los vecinos del barrio (de San Juan), en honor a San Juan Bautista cuando éste les ayudó a proteger las cosechas de plagas de langostas que atacaron los cultivos de los yucatecos. Al poco tiempo, una fuerte hambruna golpeó a la ciudad, y llevó a los habitantes a reafirmar su fe en el santo para que también les ayudara a recuperar su alimento, así lo que en principio era una pequeña capilla se convirtió en el templo que hoy en día podemos ver.
- La Fuente de la Negrita, situada en medio del parque, fue trasladada desde París a principios del siglo XX.
Desde allí callejeamos de vuelta hasta toparnos con el Mercado de Lucas Gálvez un mercado tradicional, con todo tipo de artículos: desde productos locales o ropa regional, hasta souvenirs o incluso comida callejera.
Templo San Juan de Dios
La vuelta la
hicimos a través de la Calle 60, donde pudimos ver este templo inicialmente
dedicado a la Señora del Rosario.
Universidad Autónoma de Yucatán
Un poco más
adelante nos topamos con la Universidad Autónoma de Yucatán, considerada la
mejor universidad del sureste de México. Se trata además de un bonito edificio
del siglo XVI.
Parque e Iglesia de Santa Lucía
Antes de regresar
al hotel, nos acercamos al Parque de Santa Lucía de los Héroes. Recibe su
nombre de la Iglesia de Santa Lucía (la patrona de los músicos) situada frente
al parque. El parque está dedicado a honrar a todos los músicos de trova
yucateca. De hecho, cada jueves, este poético rincón colonial se transforma en
el escenario de la tradicional serenata yucateca.
Allí pudimos
observar de nuevo las Sillas confidentes, Sillas de los enamorados o Sillas
binarias, pero las de esta plaza son de un tamaño más grande de lo habitual (se
las conoce como “los Confidentes Gigantes”). La leyenda narra que fueron
creadas por un hombre para permitir a su hija quedar con un chico que intentaba
conquistarla asegurando que no llegaran a tener ningún contacto físico.
El Paseo de Montejo
Solo nos quedaba
ver el paseo Montejo. Con más de 5 kilómetros de longitud, está considerada la
avenida más larga de la ciudad. Recibe su nombre en honor a Francisco de
Montejo, conquistador de Yucatán y fundador de Mérida. Dada su longitud,
decidimos acercarnos a verla ya con el coche antes de dejar atrás la ciudad.
La avenida está
inspirada en los Campos Elíseos de París y cuenta con algunos edificios notorios,
tal que mansiones, bancos, museos, hoteles y edificios de gobierno. De todos
ellos destacan:
- Las Casas Gemelas. Dos mansiones idénticas.
- El Palacio Cantón. La antigua residencia de la familia Cantón, que hoy en día acoge el Museo Regional de Antropología de Yucatán.
- Y, al final del Paseo, el Monumento a la Patria, una de las construcciones icónicas de la ciudad. Construido por el escultor colombiano Rómulo Rozo a mediados del siglo XX, cuenta con más de 300 figuras talladas a mano sobre la roca. Al parecer, le llevó más de 10 años construirlo. Es un monumento que representa la historia del país, desde la fundación de Tenochtitlán hasta mediados del siglo XX.
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