El día se presumía ambicioso en lo que se refiere a visitas y a
kilómetros a recorrer, así que nos levantamos relativamente pronto de nuestras
camas del Hotel Hekla y, tras desayunar y recogerlo todo, nos metimos en el
coche y empezamos nuestra ruta, que nos llevaría hasta el P.N. de Skaftafell.
La climatología había cambiado. No llegaba a hacer malo,
pero ya no eran los soleados días de los que habíamos disfrutado anteriormente.
Aún así, cubierto de nubes, el paisaje que íbamos pasando era precioso.
Las cataratas Seljalandsfoss y Gljúfurárfoss
A unos 65 km de nuestra salida nos esperaba nuestra primera
parada. Ya desde la ring road se divisaba la montaña con diversas cascaditas
formando una bonita estampa, pero nos acercamos a la primera de ellas tomando
la carretera 249, y allí estaba: la catarata Seljalandsfoss.
El salto de agua de esta cascada no es espectacular, no hay
una gran corriente de agua, pero llama la atención porque puedes darle la
vuelta por detrás a través de un sendero en la roca desde la que salta unos 60
m. Y, todo hay que decirlo, aunque el volumen de agua no sea cosa del otro
mundo, inevitablemente sales de allí con la cabeza (y las partes que no lleves
cubiertas) mojadas.
Habíamos leído que más adelante (en la misma carretera 249) había otra cascada curiosa, la Gljúfurárfoss. Esta pequeña catarata es especial porque queda encajonada en un pequeño cañón que forma la montaña y decían que era una verdadera preciosidad, así que había que ir a verla.
Ambas cataratas (Seljalandsfoss y Gljúfurárfoss) están separadas
por un trayecto de unos 30 minutos a pie, así que decidimos acercarnos en
coche… A vagas no nos gana nadie, jejeje.
No se encuentra señalizada, pero desde fuera se reconocía sin problemas
cuál era… Intentamos acceder por uno de sus flancos, pues en el otro había un
camping, pero el acceso al río desde
allí estaba complicado, así que nos metimos con el coche en el camping,
aparcamos y nos dispusimos a entrar…
Al ver el panorama, pues hay que caminar un trecho a través
de las aguas del riachuelo, Cintia se rajó y me dejó sola ante el peligro… Pero
yo, que soy más valiente que un ocho (¡!), allí me metí.
El agua estaba helada. Al principio comienzas metiendo sólo
los pies pero conforme vas avanzando el agua llega hasta casi las rodillas… Y,
parece mentira, porque la cantidad de agua por el riachuelo de forma visual no
parece excesiva, pero la corriente era más fuerte de lo que esperaba. Hubo un
momento en el que ésta me arrancó la chancla de los pies y tuve que retroceder,
corriendo unos metros para recogerla. Por ese tiempo, ya llevaba unos minutos
en el agua y ya casi ni me sentía los pies… terminé mi incursión sin la
zapatilla (pues ni siquiera notaba las rocas del fondo del lecho del río) y me
la puse de nuevo al llegar a la meta.
Eso sí, la sensación al llegar y vislumbrar la catarata es
indescriptible. Una estampa digna de postal. Yo, sola, allí, en medio de la
naturaleza, frente a una de las cataratas más hermosas que he visto… Y, como
una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo un vídeo del lugar para que
os podáis hacer una idea de lo que sentí:
Tras esta pequeña parada, vuelta al coche… Me había calado.
No sólo el agua había ascendido más allá de mis rodillas, mojando algo mis
pantalones, sino que el vapor de agua que expulsaba la catarata me había dado
un baño de los buenos… Pero, como no soy muy pudorosa y esa parte del camping
estaba vacía, me cambié los pantalones, sequé un poco mis ropas, las cámaras y
continuamos el trayecto.
Es curioso, cómo se me habían quedado la parte de las
piernas que había metido en esas gélidas aguas. Tenía una sensación muy
extraña…
En fin, retornamos a la Ring Road para continuar con nuestro
viaje. A nuestra izquierda seguíamos viendo montañas con diversas cascadas,
cosa que en ese momento nos llamaba mucho la atención, pero que después
veríamos que es una tónica general en Islandia…
Divisando el volcán Eyjafjallajökull y visita de Skógar
Al ratito, llegamos al famoso Eyjafjallajökull, el glaciar bajo
el que se esconde el volcán cuyas
cenizas paralizaron la navegación aérea en marzo del 2010. Han hecho allí un
centro de interpretación (con entrada de pago) al que no accedimos, para
conocer algo más de este volcán y frente a éste, un poco más adelante en la
carretera un mirador con fotos de la famosa erupción volcánica. Al parecer, los
islandeses lo vivieron como una erupción volcánica más, no les causó demasiado
alboroto, pero las cenizas que este volcán expulsó y sus consecuencias para el
tráfico aéreo de todo el mundo pusieron el nombre de Islandia en boca de medio
mundo.
Tras una pequeña parada en este mirador, pusimos rumbo hacia
la tercera catarata del día, una especialmente bonita, Skógafoss (curiosamente
con otro camping a sus pies; no se puede decir que los campings en Islandia no
estén en lugares privilegiados…).
Sobre un vacío de 62 m se precipita una enorme cantidad de
agua, haciendo de ésta una catarata realmente impresionante. La arena a los
pies de la cascada, totalmente negra, contrasta con el verde de las laderas de la
montaña desde la que el agua cae. Te sientes tan pequeño bajo semejante caída
de agua…
¡Otra vez! ¡Nooo! Acababa de limpiar el objetivo de la
cámara… ¡Ya se nos ha vuelto a mojar!
Desde el lateral se puede ascender a la cima de la montaña
para ver la caída desde diversas perspectivas. Se puede subir por un sendero
que ha conformado el paso de gente en la propia montaña o también a través de
unas escaleras de madera, que tras unos 200 escalones llevan a un primer
mirador desde el que hay unas vistas impresionantes. Mi miedo a las alturas no
me permitió asomarme en exceso, pero un bonito arcoiris adornaba la cascada
haciendo del sitio un lugar de postal.
Continuamos la ascensión hasta la cima pero tan sólo se
obtienen buenas vistas de los alrededores (que ya se veían desde la primera
parada), ya que la caída del agua apenas se ve. Si no os encontráis con ganas
de subir esta segunda parte, a mi modo de ver, no os perdéis gran cosa…
Aquí os dejo un vídeo resumen de nuestro paso por esta
catarata:
Después de una mañana llena de naturaleza, tocaba cambiar de
tercio y tirar a por algo más cultural. Allí, en Skógar se encuentra el
Skógasafn, un pequeño museo de historia y cultura popular compuesto de tres
áreas diferenciadas.
La primera de ellas se encuentra en el edificio principal,
donde hay una sección dedicada a la pesca, con una impresionante barca
presidiendo la sala que construida en el siglo XIX, y diversos materiales y
utensilios, otra sección dedicada a la agricultura tradicional y hasta un museo
de historia natural, con esqueletos y animales disecados por un tal Þórður
Tómasson.
En el exterior del edificio (pero en el interior del museo)
hay recreaciones de los edificios típicos islandeses, con los tejados cubiertos
de turba y hierbas. Riete tú de las cubiertas ecológicas que se hacen por aquí…
En cierta manera me recordaba al museo de la aldea que vimos en nuestra
escapada a Rumanía, ya que podías acceder a las habitaciones, subir por las
escaleras y ver todos los objetos típicos. Una zona muy curiosa.
Por último, para finalizar la visita al museo, tras el edificio principal se encuentra el Museo del Transporte, que recrea mediante diversas maquetas e instalaciones cuál ha sido la evolución de los medios de transporte y telecomunicaciones en Islandia. Un museo curioso cuanto menos.
Divisando nuestra primera lengua glacial: el Sólheimajökull (Mýrdalsjökull y Katla)
Salimos de allí alrededor de las 13:00 h y continuamos
nuestra ruta con el coche. Habíamos leído que a pocos kilómetros de Skógar se
podía tomar una pista (la carretera 221) que te conducía al Sólheimajökull, la
lengua glacial más accesible del Mýrdalsjökull. Iba a ser el primer glaciar que
viéramos de cerca y, aunque ya tendríamos tiempo de ver glaciares y caminar por
ellos, yo tenía ganas, así que decidimos acercarnos y si había algún merendero,
comer allí…
¡Madre! En que mala hora… ¡Menuda pista más infernal! Creo
que estuvimos alrededor de 20 – 30 minutos para recorrer los 5 km que tiene. ¡Qué
cachondeo llevaba Cintia conmigo y me extrema precaución al volante! También es
cierto que era la primera carretera de estas características (de las tantas que
hay en Islandia) por las que me adentraba e hice de la cautela todo mi ser… Los
4x4 nos adelantaban sin miramientos. ¡Ahora! Yo cuando veía uno me apartaba,
paraba y les dejaba pasar… porque seguro que pensaban: ¿dónde van estas locas?
Cuando llegamos allí, hacía un viento infernal. El glaciar
quedaba a unos cuantos cientos de metros del parking y, desde allí, salían
excursiones para hacer trekkings por él, pero nosotras nos conformamos con
verlo a lo lejos. Tenía un aspecto negruzco, como si estuviera cubierto por
cenizas.
Como dato de interés quería mencionaros que bajo el Mýrdalsjökull
se encuentra el Katla, uno de los volcanes islandeses más famosos por su alta peligrosidad.
El problema con éste, y otros muchos volcanes de Islandia, es que al
encontrarse bajo grandes masas de hielo (glaciares) cuando erupcionan, no se suelen
formar coladas de lava y ceniza, sino que derriten el hielo bajo el que se
encuentran comprimidos y producen enormes aluviones torrenciales de agua, que
suelen destrozar todo a su paso.
En el caso del Katla, dada la situación y orografía del
volcán, lo normal es que los aluviones se precipiten hacia el sudeste, por lo
que si se produjera una erupción en la actualidad, la población de Vík í Mýrdal
quedaría arrasada.
Camino a Vík í Mýrdal para ver los acantilados Dyrhólaey, playa Reynisfjara y pináculos de Reynisdrangur
Cuando terminamos de hacernos las fotos de rigor, iba siendo
hora de comer, pero hacía un frío y un viento que pelaba así que decidimos
hacer marcha con el coche hacia nuestro próximo destino y comer en algún
merendero de los muchos que se encuentran en los márgenes de las carreteras
islandesas.
Pero no sólo el tiempo no mejoraba, sino que se puso
bastante peor y además del viento, empezó a llover… pero comer, había que
comer. Así que paramos en un merendero, sacamos el pan, nuestro kilo de
mortadela, nuestra bola de queso y nos preparamos los bocatas, eso sí, dentro
del coche. De hecho, viendo que tras esta comida rústica el tiempo no mejoraba,
decidimos parar a tomar un café en Vík í Mýrdal. Al parecer esta población
contaba con un puerto muy activo hasta los años 20, pero hoy en día se encuentra
sepultado bajo la arena…
Afortunadamente, tal y como reza el dicho acerca del clima
islandés: “Si no te gusta el tiempo que hace… espera 5 minutos”, al salir del
hostel en el que durante un ratillo nos resguardamos, había parado de llover.
Seguía haciendo mucho viento, pero por lo menos podíamos continuar viendo
cosillas… Así que pusimos rumbo a uno de los sitios que yo tenía más anhelo de
ver.
Pese a que me hubiera gustado ir al faro para ver los
acantilados desde allí, los días de tanto viento no soy muy amiga de visitar
faros, que todos sabemos que están en lo alto de acantilados y más, cuando
vimos que la carretera de acceso al mismo era similar a la que habíamos tomado
para acceder al glaciar; así que fuimos directamente a la parte de los acantilados
en la que se asienta una famosa colonia de frailecillos (con una carretera
recién asfaltada, bastante buena).
Yo pensaba que con tanto viento no íbamos a ver ningún
frailecillo y mira que me hacía ilusión… pero no, cuando llegamos y afinamos la
vista, observamos que había muchísimos en las paredes de los cortados… Fue difícil pillarlos con la cámara, ya que
el viento que hacia no nos permitía tenerla quieta y debíamos emplear mucho
zoom para verlos de cerca.
Bajo los acantilados, la playa de Reynisfjara, con sus negras arenas volcánicas y a lo lejos se veían los pináculos de Reynisdrangur.
Después de estar un ratillo por allí, de acercarnos a un
segundo mirador que había en la cima de los acantilados donde descubrimos los
frailecillos, y ver que detrás de éste había un segundo (bastante más alejado e
inaccesible, pues había una especie de albufera entre medias) repleto de
frailecillos, continuamos nuestra ruta.
Atravesando el campo Eldhraun y entendiendo qué pasó en Laki
Retornamos a la Ring Road y, aunque hicimos una breve parada
en la playa, para caminar por sus negras arenas y tener una perspectiva de ella
in situ, continuamos con nuestra ruta hacia Skaftafell. Aún quedaba mucho
trayecto por recorrer con el coche.
Cruzamos el Myrdalssandur, una zona desértica formada por
los detritos de las riadas provocadas por las erupciones del Katla y
posteriormente atravesamos la gran extensión de lava conocida como Eldhraun,
los vestigios de la gran erupción en fisura de Laki.
Y es que Laki ha sido uno de las erupciones más mortíferas
que se recuerdan en Islandia. Tras una serie de terremotos, el 8 junio de 1783,
se abrió una gran erupción de fisura que lo largo de 27 km de longitud expulsó
lava y gases durante más de 8 meses (a razón de 5.000 m3/s) y que, tal y como
se sigue apreciando hoy en día en los márgenes de la carretera, llegó hasta el
mar y cubrió con 200 m de espesor el valle del río Skaftá.
Vista aérea de Laki (imagen extraída de oneeyeland) |
Ahora, pasas por allí y sólo ves lava… pero menuda historia
hay bajo ese musgo y esas piedras que ahora recubren esa zona del país.
Como ya os dije en el capítulo de preparativos, se pueden
hacer excursiones para ver los cráteres de Laki y me hubiera gustado hacer una,
pero pensé en ello cuando ya tenía cerrada una excursión posterior y no me fue
posible hacer cambios…
Una pequeña parada en la garganta de Fjaðrárglúfur
En fin, nuestra ruta continuaba y no teníamos muy claro si
sabríamos dar con la salida para ver la garganta de Fjaðrárglúfur (según la
guía ésta se encontraba tras 17 km del desvío a Landmannalaugar). Precisamente
ésta se encontraba en el inicio del desvío hacia los cráteres de Laki. No nos
fue difícil llegar y se trata de un cañón bastante bonito donde hacer una
parada rápida.
Visita de Kirkjubæjarklaustur y su Kikjugólf
Continuamos la ruta hasta la siguiente población Kirkjubæjarklaustur,
donde queríamos ver el Kikjugólf, una formación basáltica de columnas
hexagonales, que dicen se parece al pavimento de una iglesia… Otra vez, veíamos
estas formaciones basálticas hexagonales que cubren la isla…
Parada en Núpsstaður y llegada al PN Skaftafell
Tomamos de nuevo en coche y retomamos la ruta, haciendo una
parada para ver Núpsstaður, un conjunto de granjas de tejado de turba del siglo
XIX muy bien conservadas. Sin embargo, se ve que se trata de una granja privada
y, a raíz de la afluencia de gente por su inclusión en diversas guías, han
cortado el acceso. Así pues simplemente las pudimos divisar a lo lejos. Eran
construcciones similares a las que poco antes habíamos visto en el museo de
Skógar.
El día estaba llegando a su fin, recorrimos los 34 km que la
ring road atraviesa sobre el desierto de Skeiðararsandur, con los tres largos
puentes sobre el Núpsvötn, el Sandgygjukvísl y el Skeiðará, los tres ríos que
se alimentan del gran glaciar Skeiðarárjökull…
Y es que, si yo tenía mono de glaciares, a lo lejos ya
comenzaba a verlos… Nos aproximábamos al PN de Skaftafell, situado casi a los
pies del gran Vatnajökull, el glaciar más grande de Europa.
Sin problemas llegamos finalmente al camping de Skaftafell. Montamos la tienda, nos preparamos algo de cena y nos fuimos a dormir. El día siguiente tendríamos el esperado y temido trekking en glaciar.
Lo que me he reído con tu incursión a Glujafros! Perder la chancla era lo de menos que por poco pierdes los pies del frió! Y Cintia fue mas valiente que nosotros que mucho antes decidimos no mojarnos! Pero ese video y esas fotos merecen la pena! Luego tus frailecillos aunque ya se el pequeño truco son alucinantes! Menuda foto!
ResponderEliminarNosotros buscamos la garganta de Fjaðrárglúfur y no la encontramos!! problemas de no llevar el gps.
Nos paso lo mismo en Nupsstadur, que nos llevamos un chasco al ver la vaya y encima lo complicado de aparcar cerca. Joan que es muy intrépido si se colo y alguna fotito mas cercana tenemos.
Bueno pedazo de entrada con impagables vídeos!! Que no se como tuviste valor de meterte con las cámaras de fotos y vídeo en ese agua helada!! A arriesgada no hay quien te gane!
Un abrazo
Verónica, ¡no veas lo que dio de sí el día!
EliminarLa verdad es que habitualmente el agua fría la llevo muy bien (aunque soy de Alicante, siempre digo que parte de mí es del norte). Ya te digo, después la sensación de mis piernas era muy extraña, me hubiera gustado meterme más (por lo menos hasta los muslos).
Para que no haya truco, más adelante pondré el link en facebook de un pequeño extracto de nuestra visión de los frailecillos pero, aunque se veían, se movía mucho la cámara.
Nosotras tampoco llevábamos gps. Para llegar a la garganta de Fjaðrárglúfur, simplemente nos fijamos y localizamos el desvío hacia Landmannalaugar (del que sí que había señales en la ring road) y desde allí miramos en el cuentakilómetros que pasaran 17 km. Exacto, a esa distancia salía un desvío a la izquierda desde la ring road que llevaba a ellos y hacia los cráteres de Laki. Lo podéis ver en la siguiente imagen:
[img]https://lh5.googleusercontent.com/-6UQ1OFmtzZk/US3gd5E-WOI/AAAAAAAACrA/0DgON8X7uyQ/s976/Fja%C3%B0r%C3%A1rgl%C3%BAfur+Localizaci%C3%B3n.jpg[/img]
Nupsstadur, se ve que desde que lo han incluido en las guías han cerrado el paso, pero pintaba bien desde lejos.
Me alegro de que te haya gustado la entrada. Ya os haré un extracto de mi vídeo de la zona de los acantilados...
Un saludo ;)
Pensaba decirte al leer que esas cascadas me habían dado ya suficientes motivos para visitar Islandia, aunque tengan tan mala leche y te mojen hasta los huesos, pero es que después veo esos frailecillo y poco después esos paisajes tan diversos, si es que parece que en un momento parece que estás visitando varios países a la vez, menuda pasada :D
ResponderEliminarSaludotes!
A ver, mujer de mundos, te cuento: tú junto con Verónica Corrales vais a ser las reponsables de mi divorcio, pues con posts como los vuestros de Islandia animan a poner cualquier excusa para escaquearse del hogar un mes al menos, jejejeje...
ResponderEliminarEstar en esos parajes debe ser muy muy emocionante: las cataratas Seljalandsfoss y Gljúfurárfoss, el volcán Eyjafjallajökull y vuestra visita de Skógar, el glaciar con ese otro nombre también raro y que me duele ya la mano de copiar los nombres (jeje..),... son imágenes tremendas y que se anteponen emocionalemnte a cualquier otro destino que tengo en mente.
Jo!!! He de esperar unos años, pues ahora como sabes es imposible...
Un abrazote gordo!!!
¡Qué pasada! Siempre nos ha llamado la atención Islandia, pero te estás encargando de que se convierta en una obsesión. Nos encantaría hacer un viaje como este, y con la envidia (insana XD) que nos están dando estos post, no vamos a tardar mucho en decidirnos :-P
ResponderEliminarHace muchísimo que quiero conocer Islandia por sus paisajes y siempre he creído que no me decepcionará cuando lo haga. Pero viendo que en un sólo día y recorriendo unos quilómetros se pueden ver tantas y tan magníficas cosas ya flipo. Si en un día se puede ver esto, en un par o tres de semana ya podría ser alucinante.
ResponderEliminarUn placer conocer un poco más de Islandia a través de tu artículo ;)
Un saludo!
Jooooooder cada vez me pones los dientes más largos con Islandia... Que país!! Me ha molado mucho el vídeo entrando en la catarata jejeje, ole que valiente! Y que majetes los frailecillos :)
ResponderEliminarImpresionantes las visitas del día, yo quiero ir, yo quiero ir!!
ResponderEliminarPor cierto, estás llegando a un nivel de profesionalidad con los vídeos que ya me gustaría a mí! Estás hecha una campeona! :D
¡Naturaleza en estado puro!, una pasada. Y los frailecillos, ohhhh, me encantan.
ResponderEliminarTambién me gustaría visitar Skógasafn, ese tipo de museos etnográficos no me los pierdo porqué son los que más me acercan al lugar.
Un abrazo
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- José Carlos, qué razón, y ¡todo en un día! Es que la zona del sureste tiene mucho atractivos, muy cerca unos de otros... En el norte ya es distinto y tienes que hacer más kilómetros entre puntos de interés. Pero vamos, la zona sureste es para no parar de asombrarte...
- Antonio, Verónica también me está poniendo a mi los dientes largos con sus posts de Nueva Zelanda, jajaja... ¡Vamos a dejar de leerla! jejeje. Aunque lo cierto es que ella mejor que nadie te podrá explicar cómo viajar a Islandia con niños, ya que ellos lo hicieron así...
Es un país precioso, pero muy caro (hay que prepararse económicamente antes de ir)
- Edu y Eri, es un país en el que la naturaleza es espectacular y yo creo que eso nos llama la atención a todos... A ver si pronto leo de vuestras aventuras por allí
- Blai, es que el sureste del país es muy llamativo. Cada pocos kilómetros tienes algún punto de interés, o lugares que te dejan con la boca abierta... Naturaleza en estado puro. Desde luego, es un lugar para ir una vez en la vida.
- Dany, no te creas que era fácil entrar en la catarata, que en el vídeo no se aprecia pero el agua estaba helada... pero, como siempre digo, es que soy del norte ;)
Y los frailecillos son tan monos... Luego en Reykjavík vi que en algunos restaurantes incluían el frailecillo en su menú, snif! Como lo majetes que son...
- Artabria, impresionante es una buena palabra para describir Islandia. Si llego a contar todas las veces que salió de mi boca seguro que me asombraría del resultado.
En cuanto a los vídeos, desde que hicimos el viaje a Nueva York me llevo una cámara de vídeo y siempre me hago un vídeo a nivel personal... Ahora simplemente estoy extrayendo algunos cachos (quitando alguna parte para no hacerlos muy largos) porque creo que así os lleváis una mejor idea de lo que yo vi. Creo que complementan bien la entrada. Me alegro de que te gusten
- María Teresa, la naturaleza de Islandia es espectacular.
Nosotras sólo visitamos este museo (el de Skogar), pero hay otro en el norte de la isla que tiene más fama que éste: la granja de Glaumbær.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y por pasar por aquí :D
Estoy impresionada! tengo que ir a Islandia sí o sí, qué maravilla de paisajes, las cataratas increibles y bueno, todo. Qué valiente eres, yo eso del agua fría como que no, jeje. Qué felicidad dan los días tan bien aprovechados, esa foto final es un perfecto colofón. Enhorabuena por los vídeos, te han quedado geniales. Un beso guapa y a ver que os depara ese trekking por el glacias :)
ResponderEliminarEso es lo que yo llamo aprovechar un día... Qué completo todo, veo que entre cascadas , acantilados y volcanes hicisteis un buen contacto con la naturaleza!! Que bonita es Islandia, ojalá tenga alguna vez la oportunidad de ir allí!! Por cierto, me ha encantado la garganta de Fjaðrárglúfur
ResponderEliminarSaludos!
Me ha dado frío solo de leerte!!! Pufff!!!! Yo me habría rajado igual que Cintia y no me habría atrevido a meter los pies en esa agua tan gélida!!
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, bueno, bueno...veo que eres de las mías, cuando hay que andar siempre busco la manera de escaquearme aunque fuistes muy valiente atravesando el riachuelo congelado, seguramente yo me hubiera rajado igual que Cintia, jejejeje. Menudos paisajes, a simple vista el volcán ese de nombre raro que paralizó los aviones no parece tan chungo como lo pintaban aunque no me gustaría estar allí si se vuelve a despertar, al igual que el que hay debajo del glacial, jejejeje. Menudos paisajes, Islandia es espectacular!!! ;-)
ResponderEliminarNosotros hace mucho tiempo que soñamos con ir a Islandia, que ganas de conocerlo.
ResponderEliminarTienes una sorpresa, has sido nominada con un premio en nuestro blog http://misviajesysensaciones.blogspot.com.es/
cuando quieras puedes pasarte.
Un saludo de mis viajes y sensaciones
Islandia es otro de mis sueños viajeros, aunque no sé cuando podré hacerlo realidad… Tiene que ser increíble. Un saludo
ResponderEliminarQue puedo decir ante tremenda entrada y fotos? pues casi nada que no hayas dicho de estos maravillosos lugares. Cualquiera puede enamorarse de ellos con sólo leer tu post. Y oestoy enamorado de Islandia. Por cierto, el día os cundió muchísimo Helena!! enhorabuena por el post! Un saludo
ResponderEliminar¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Calíope, el día dio mucho de sí. Ahora leído, parece todavía más, pero es que había bastante distancia entre el punto inicial y final del día, pero lo hicimos a la marcha sin problemas.
Yo con el agua fría no tengo muchos problemas... No lo suelo pensar y me lanzo.
Ya verás el tema del glaciar. Cintia casi me mata por contratar esa excursión.
- Xipo, pues la garganta no es de lo más conocido del país y la verdad es que es muy bonita. Se veían a lo lejos, en el fondo, ovejas (las reinas de Islandia) y era un paraje de lo más bonito... En el primer comentario que he respondido he puesto cómo se llega porque no está muy señalizado. ¡Exprimimos el día a tope!
- Mari Carmen, ¡cobardes! jajaja. La cascada desde dentro es espectacular. Te deja sin habla. Y eso... ¡había que verlo!
- Babyboom, nos comentó el guía de Landmannalaugar que mucha gente va a Islandia con la ilusión de que un volcán erupcione y poder verlo in situ... Nosotras somos de las tuyas, que nos pille bien lejos. Aunque allí están acostumbrados e imagino que saben cómo actuar en estos casos
- Mis viajes y sensaciones, ¡muchas gracias! No he tenido tiempo casi ni de pasar. Ahora os dejo un comentario como Dios manda
- Alicia, es un viaje para hacer una vez en la vida, pero caro de narices... así que, ¡a ahorrar! Es naturaleza en estado puro
- Fran, la verdad es que hicimos muchísimas cosas. Imagino que es lo que tiene madrugar tanto y que haya tantas horas de luz en verano. Como no hay horarios, porque todo es al aire libre, y te guías por las horas de luz, en verano los días dan mucho de sí... A ver cuál fue tu visión de esta zona...
¡Un saludo a todos y muchas gracias por vuestros comentarios! :D
Hola! A lo mejor no llego a tiempo para ser la primera en dártelo, pero que sepas que tienes mi premio a mejor blog. Si quieres pasarte por Dos de viaje, verás en qué consiste. Gracias!! ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
http://dosdeviaje.blogspot.com
Pues muchísimas gracias Dos de Viaje. Ahora paso a verlo.
EliminarUn saludo :D
Je, je! El Eyjafjallajökull, me acuerdo que nadie en la tele/radio era capaz de pronunciarlo... Las fotos son alucinantes, la naturaleza una pasada :D
ResponderEliminarYa ves... y yo, pese a oirlo nombrar allí unas cuantas veces también me vine sin saber pronunciarlo.
EliminarVendían una camiseta muy chula (y cara) que decía: "pronunciar Eyjafjallajökull es fácil" y lo ponían por sílabas, jejeje. ¡Ni con esas!
Un saludo Isabel
Estupenda crónica! esos días viajeros con el coche me encantan!! Un clásico en Islandia es la cascada Skógafoss, que tengo mogollón de ganas de ver... pero la que está encerrada es una pasada! estar allí abajo te tiene que dar una sensación de libertad asombrosa!
ResponderEliminarLo que he dicho siempre... Islandia parece el corazón del planeta...
Hola, estoy planeando un viaje a Islandia para este verano y me está siendo de mucha ayuda tu blog. Islandia es preciosa y tus explicaciones y rutas muy interesantes.
ResponderEliminarMuchas gracias por la ayuda!
Desde luego que lo es!! Muchas gracias por animarte a comentar.
EliminarSi te puedo ayudar con algo, por aquí estamos!
Un saludo :)