Empezaba un nuevo día en Egilsstaðir, Islandia. Afortunadamente cuando
salimos de la tienda de campaña había parado de llover… Eso sí, había
descargado bastante agua por la noche (sorprendentemente yo había dormido la
mar de bien). Poco a poco, desayunamos, nos aseamos y recogimos todos los
bártulos, pues tocaba poner rumbo hacia el Parque Nacional de Jökulsárgljúfur.
No hacía un día espléndido y,
aunque temíamos que nos sucediera lo mismo que el día anterior, parecía que iba
aguantando. Lo malo, la tienda de campaña mojó todo el interior del coche… es
lo que tiene la lluvia cuando uno está de acampada, que deja el exterior de la
tienda mojada.
De Egilsstaðir al el Parque Nacional de Jökulsárgljúfur
Entramos en el coche y nos
encaminamos, de nuevo por la Ring Road , en
dirección hacia la zona del lago Myvatn. En primer lugar atravesamos la zona de
colinas Lágheiði, con tierras de pastos hasta llegar al valle del río Jökulsá á
Brú, cuyo margen recorrimos unos cuantos kilómetros. Continuamos por la carretera
nº1 ascendiendo hacia la zona conocida como Jökuldalsheiði, formada por
pequeñas colinas completamente áridas y, poco después el desierto de
Geitasandur, de negras tierras y en las que se podían ver antiguas villas
abandonadas. Al parecer, toda esta zona quedó desocupada hace relativamente
poco, cuando la tierra dejó de ser fértil tras una lluvia de ceniza y piedra
pómez (al más puro estilo Pompeyano) procedente del volcán Askja (que
visitaríamos el día siguiente), concretamente en el año 1875.
Íbamos haciendo kilómetros en dirección hacia el primer hito del día, la catarata Dettifoss, situada ya dentro del P.N. de Jökulsárgljúfur.
Íbamos haciendo kilómetros en dirección hacia el primer hito del día, la catarata Dettifoss, situada ya dentro del P.N. de Jökulsárgljúfur.
¿Cómo acceder y qué rutas de trekking se pueden hacer en Jökulsárgljúfur?
Existen dos formas de recorrer
este Parque, a través de la orilla occidental del río Jökulsá mediante la
carretera 864, que permite ver las cataratas de Detifoss, Selfoss y
Hafragilsfoss, o a través de la carretera 862 por la parte oriental del río que
además permite visitar Vesturdalur, Klapir y Ásbyrgi… así que decidimos saltarnos
el primer desvío y tras pasar el río Jökulsá (el río glacial) tomamos el desvío
por la 862. Unos kilómetros después habíamos llegado al parking de las
cataratas, desde donde emprendimos el camino a pie.
En cualquier caso, a continuación os dejo un folleto en el que podéis ver todas las rutas y puntos de interés del Parque Nacional.
En cualquier caso, a continuación os dejo un folleto en el que podéis ver todas las rutas y puntos de interés del Parque Nacional.
Nota: Pensándolo retrospectivamente ahora de vuelta, creo que deberíamos habernos acercado a ver Dettifoss desde ambos flancos. Hubiera accedido primero por el este (a ver Dettifoss y Hafragilsfoss, pues Selfoss no tiene un fácil acceso desde allí) y hubiera regresado de nuevo a
Las cataratas Dettifoss, Selfoss y Hafragilsfoss
Desde ese punto se accede mediante
una red de senderos correctamente señalizados tanto a Dettifoss como a Selfoss.
Nosotras decidimos empezar a lo grande, pusimos rumbo a la primera para ver la
cascada más caudalosa de Europa.
Al llegar a ella el ruido era
ensordecedor. ¡La de agua que cae por allí! La cascada salva un desnivel de 40 m y, si por algo llama la
atención, además de por la cantidad de agua es por el color plomizo o grisáceo
de sus aguas y es que, observando el área circundante, es evidente que contiene
muchos sedimentos glaciares y volcánicos.
Parece además que únicamente han
acondicionado la visita por el lado oeste (por el que nosotras íbamos) pues por
lo menos había alguna barandilla con zonas acordonadas y un camino que indicaba
por dónde ir. Yo, con mi miedo a las alturas, no me acerqué en exceso y, desde
esa perspectiva no llegué a ver la catarata completa (siempre había una porción
de terreno que me lo impedía).
Por el contrario, al otro margen del cañón, parecía que la zona no estaba acordonada y que la gente llegaba a jugarse la vida por obtener una foto… Cosa que yo no llego a comprender.
Siguiendo el camino, llegamos a
un mirador algo elevado sobre la catarata… Desde ahí aún se veía mejor el
enorme caudal de agua que cae por la catarata y a nuestra espalda divisábamos a
su hermana menor, Selfoss.
Continuamos por el camino
acercándonos a Selfoss. Cada vez la veíamos más cerca y, aunque en un principio
parecía que caía agua sólo desde un lado del valle, conforme nos acercábamos, descubrimos
que tenía forma de gran herradura, desbordando agua por ambos lados del cañón,
a lo largo de una gran extensión y en diversas caídas, una preciosa imagen.
A lo largo del cañón desde Detifoss a Selfoss, las
medidas de protección son inexistentes; aunque hay un camino marcado, nada te impide salirte de él; allá cada uno y su aprecio por su vida.
Se podía ver perfectamente como muchas de esas rocas que ahora se veían en el
fondo del cauce algún día estuvieron al nivel en el que nosotras estábamos y
cómo había otras apunto de volcar.
Llegamos hasta el lugar en el que
se producía el primer salto y emprendimos el regreso.
La verdad es que ambas cataratas
me sorprendieron mucho. Aquí os dejo un vídeo resumen de nuestro paso por allí:
De vuelta al parking, volvimos a
montarnos en el coche y emprendimos la marcha. Mientras conducía, iba pensando
qué íbamos a hacer después y, en mi divagar, me salté el desvío de la carretera
886 (sin asfaltar) que conducía hacia Hafragilsfoss la tercera de las cataratas
del cañón desde la que, al parecer hay unas vistas muy bonitas del curso del
Jökulsá á Fjöllum. Intenté encontrar un sitio en el que dar la vuelta, pero lo
encontré ya en la carretera 862, por la que pensábamos continuar y, como
tampoco sabía el estado en el que estaba la 886, desistimos y continuamos el
rumbo a través de la 862.
Vesturdalur, entre curiosas formas basálticas y montañas rojizas
La siguiente parada era Vesturdalur.
Habíamos leído que a partir de ese punto la carretera dejaba de ser tal y se
transformaba en una pista de grava. En principio, el mapa de carreteras que
habíamos comprado en el camping de Reykjavík, no la señalaba como carretera de
tipo “F” y habiendo leído que poco
tiempo atrás, David y Neus, se habían lanzado a la aventura por esta carretera,
decidimos asumir el riesgo también.
Fue de las peores carreteras por
las que conduje en todo el viaje, por no decir la peor. Tenía algunos tramos complicados
y, a esas velocidades parecía que no avanzábamos kilómetros. Además en alguna
ocasión el coche me derrapó... Inevitablemente estuve todo el rato en tensión y
acabé con los hombros hechos polvo. De todas formas, despacito y con buena
letra, se puede ir por esta carretera con un turismo normal.
No sé cuánto tiempo después (a mí
se me hizo eterno), llegábamos a nuestro destino, Vesturdalur, donde dejamos de
nuevo el coche en un parking. Todos los coches allí aparcados eran de tipo 4x4, menos nuestro pequeño gran campeón, el Peugeot
508 SW (que me dejó enamorada). A lo tonto, eran ya cerca de las 14:00 h, así que
decidimos comer en el aparcamiento antes de empezar a hacer un trekking que nos
llevaría a conocer la zona. Nos preparamos unos bocatas de atún que nos sentaron de maravilla
y así, con el buche lleno y las pilas cargadas, empezamos a andar.
Desde el aparcamiento se puede
optar por hacer dos recorridos: ir hacia el norte, dejando el curso del río a
la derecha, para visitar las áreas de Hljóðaklettar y Raudhólar, o bien ir
hacia el sur para llegar a los peñascos de Karl og Kerling y hasta la meseta de
Eyjan y las ruinas de la granja Svínadalur.
Nosotras habíamos leído acerca
del camino del norte así que allá fuimos. Al poco de comenzar la caminata te
topas de frente con la zona conocida como Hljóðaklettar (las rocas del eco), un
área muy curiosa repleta de formaciones y columnas basálticas, similares a las
que habíamos visto anteriormente en otras zonas de la isla y que se forman por
el rápido enfriamiento del basalto. Lo que llama la atención es que allí esas
columnas aparecen casi en cualquier dirección u orientación y con unas
dimensiones descomunales.
De nuevo, el río Jökulsá cruza la zona, y en ambas orillas se divisaban esas espectaculares formaciones de basalto.
Se ve que en esta zona, aunque nosotras no la localizamos, hay una formación conocida como Kirkja (iglesia), en la que un plegamiento le confiere la apariencia de entrada a una cueva o gruta, en la que toda la bóveda se encuentra repleta de formas cristalizadas. Dicen que es espectacular.
Seguimos caminando en dirección a
Rauðhólar (el valle rojo), la otra formación de la zona. Una serie de colinas
de color rojizo que dan nombre al área. Al parecer, Rauðhólar fue creado por un
alineamiento de cráteres volcánicos, que además fueron los responsables de la
aparición de Hljóðaklettar.
Del ir completamente en llano,
comenzamos a ascender… un pequeño repecho que hizo que a Cintia le viniera a la mente nuestra aventura por el glaciar... Así
que, en un punto en el que había una bifurcación para subir a un mirador a
mitad de ladera de una de las colinas o continuar la ruta omitiendo la subida, tiré
para arriba yo sola.
Se ve que antiguamente se podía
subir hasta la cima pero eso estaba degradando la montaña y ahora sólo dejan
ascender hasta la mitad. Aún así la vista desde allí era bastante bonita y
llamativa. Una montaña con vivos colores rojos, tapizada por viejas coladas de
lava, con unas formaciones y pináculos negruzcos en su base y el valle del río,
de color verde a sus pies. Una preciosa instantánea.
No pude sino dejar pasar algo de tiempo admirando las vistas. Cuando ya estaba apunto de emprender la bajada, apareció Cintia por la cima… finalmente se animó a subir… Y, tras hacer las fotos de rigor, continuamos por el camino que anteriormente habíamos dejado atrás.
Al poco llegamos a otro punto, un
segundo mirador completamente espectacular. Si la vista que había tenido antes
era bonita, desde esa zona no os quiero ni contar. Hacia un lado, la pequeña
montaña rojiza que habíamos ascendido momentos antes, hacia el otro la mezcla de
las columnas de Hljóðaklettar; una panorámica impresionante.
Desde allí, se podía acceder a un
pico algo más alejado a través de un pequeño sendero por la cima de la montaña.
Cintia directamente dijo que ella no lo hacía (la verdad es que daba algo de respeto)
y yo, aunque traté de recorrerlo, un tropezón a mitad de camino hizo que me
diera algo de rollo y me volviera sin llegar a ese mirador natural, aún así las
vistas seguramente no diferirían mucho del lugar en el que estábamos.
Sin lugar a dudas una de las
mejores instantáneas del viaje y un recuerdo que quedará grabado en mi memoria.
Ásbyrgi, el oasis islandés
Por el sendero, retornamos al
aparcamiento y tomamos de nuevo el coche para dirigirnos, a través de la 862
(ya en mejor estado, aunque aún sin asfaltar) al cañón de Ásbyrgi, una larga
garganta de 3,5 km
de ancho y con el fondo ciego que, según cuentan las leyendas autóctonas, fue
formada por una pisada de Slaettur, el caballo de Odin.
Y es que, algo curioso es que su
formación a nivel geológico a día de hoy aún no está confirmada. Mientras unos
científicos sugieren que pudo ser genrado por un aluvión glaciar originado por
la violenta erupción del Grímsvötn (volcán situado bajo el Vatnajökull, a más
de 200 km
de allí); otros indican que pudo haberse formado por la repetida anegación por
parte del agua del mar (y parece que esta opción tiene más adeptos).
Al llegar allí, pedimos algo de
información en el centro de visitantes para saber qué ruta sencillita podíamos
hacer y qué había que ver. Nos indicaron que continuáramos con el coche hasta
un segundo aparcamiento (donde había una zona de acampada) casi en pleno centro
del cañón y que camináramos por alguno de los senderos que de allí salían.
La situación de la garganta, ha
favorecido la conservación de una intensa vida animal y vegetal habiendo
abedules, sauces y enebros, entre otros. Algo que llama mucho la atención, dado
lo desértico del país, de repente, un oasis de vida.
Al final del cañón, hacia donde
nos dirigíamos había un pequeño lago con patos con un mirador desde el que
poder admirar los acantilados de 60
m de media. Un poco más adelante había un segundo mirador
en lo alto desde el que se obtiene una estupenda vista de todo el cañón, con la
isla rocosa de Eyjan en el centro.
A dormir, al camping de Myvatn
Con las visitas que queríamos hacer realizadas, tomamos
de nuevo el coche y pusimos rumbo hacia Húsavík, ciudad que visitaríamos unos
días después y emprendimos el regreso por una carretera algo más decente hacia Reykjahlid,
la población situada a orillas del lago Myvatn, en cuyo camping nos alojaríamos
las dos noches siguientes.
El camping, se encontraba en la
misma orilla del lago y tenía unas vistas espectaculares. Eso sí, había moscas
a mansalva, sobre todo al anochecer. El agua caliente de las duchas con un
innegable olor a huevos podridos (sulfuroso)… señal de lo que veríamos días
después, de que algo hervía bajo tierra en la zona.
Tras montar la tienda, cenar y
ver anochecer a orillas del lago, nos fuimos a dormir. El día había sido
superinteresante y al final, salvo alguna gotilla en Vesturdalur, nos habíamos
librado de la lluvia.
Que pasada de paisajes!!! ^_^
ResponderEliminarGracias por matarnos de envidia una vez más. Nos están gustando muchísimo los post de Islandia, cada uno es más doloroso que el anterior :P Vaya pasada las cataratas y menudo camping. Tiene que ser inolvidable despertar en un sitio así :love:
ResponderEliminarLas posibilidades de Islandia no tienen fin!!! Siempre nos sorprendes con nuevas cascadas, rutas, trekking, etc. Un empacho de naturaleza que merece mucho la pena!! ;-)
ResponderEliminarUn abrazo!
Qué valiente conducir por esas carreteras!! Pufff!!! Con lo poco que me gusta conducir, no me habría atrevido a pasar por esos caminos (porque por lo que cuentas, de carreteras tienen poco!). Aunque solo por las vistas y los paisajes, la verdad es que merece la pena.
ResponderEliminarSaludos
Vaya viaje mas chulo
ResponderEliminarultimamente me esta picando el gusanillo de visitar esta zona y eso que soy mas bien de calor pero tiene muy buena pinta
las fotos estupendas
un abrazo
Impresionante naturaleza! Además, parece que lo disfrutasteis en soledad.
ResponderEliminarMuy buenos consejos que nos serán de gran utilidad el día que decidamos viajar a Islandia.
Un abrazo
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Verónica, el país es alucinante a nivel de paisajes
- Edu y Eri, jajaja. Bueno, que vosotros tampoco nos lo hacéis pasar bien... que si Grecia, que si NY, que si Francia,... si no paráis!
El camping era una maravilla, lo único malo: las moscas. Por las noches se llenaba. El primer día no me di cuenta, pero el segundo fue un agobio
- Anna, pues la zona esta de Myvatn es una maravilla. Pasamos tres días por allí y fue fantástico. Ya veréis las próximas entradas de Islandia
- Mari Carmen, tampoco eran tan malas. Carreteras malas, malas, sólo pasamos tres. Imagino que en un 4x4 ni se notará pero yendo con un turismo es inevitable ir en tensión. De todas formas, como habrás visto, y eso que en las fotos no se aprecia igual la belleza y magnitud del lugar, compensa...
- Bleid, pues mientras vayas en verano no hay demasiado problema con el frío... Nosotras fuimos la segunda quincena agosto y ya empezaba a hacer frío, pero los dos primeros días íbamos en manga corta. Los paisajes de allí son de impresión
- M Teresa, había unas cuantas personas sólo... creo que, dado lo complicado del acceso y que no es de las zonas más famosas (pese a ser parque nacional) no mucha gente se deja caer por allí. Pero, sobre todo Vesturdalur, es impresionante
Un saludo a todos y gracias por pasar por aquí :hello:
Vaya pedazo de día Helena!! Yo esa parte me la perdí y me hubiera encantado visitarla pero los pocos días no me dejaron...En coche no hay problema si no te desvias mucho verdad?? y el horro en dormir en tienda supongo que lo notasteis..... Grande Islandia!!!!! Un abrazo
ResponderEliminarMuy hermoso lugar
ResponderEliminarQué ganas nos metes de viajar a Islandia?? Pero voy a tener que ponerme en forma antes de ir o acabaré con unas agujetas impresionantes!
ResponderEliminarMenudo día de naturaleza en estado puro, la envidia me corroe. Espero poder ir algún día y repetir tus experiencias.
ResponderEliminarUn besote !!!
Veo que al final le cogisteis el gustillo a eso de caminar, jejejeje. Lástima que no encontrarais la roca "kirka" porque por lo que cuentas tiene que ser espectacular, menuda calma dormir a orillas del lago, tiene que ser espectacular y relajante!!! Un abrazo!! ;-)
ResponderEliminar¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Fran, la verdad es que a excepción de Dettifoss, el resto de zonas no estaban muy concurridas, o vas muchos días o es un parque que se suele omitir, pero es una zona preciosa.
La carreterita se las traía, pero no tenía categoría "F" y en principio se podía transitar por ella...
- Ricky, sí que lo es, sí. El país en general es espectacular
- Verónica, hay que andar mucho si quieres ver cosas, pero como en cualquier viaje, que tampoco es que hiciéramos un trekking extremo, jejeje
- Carfot, estoy segura de que te encantará y más a ti que te gusta andar y peregrinar ;)
- Babyboom, tampoco es que fuéramos buscándola, no te voy a mentir... pero aunque dicen que hay carteles indicando su situación no los vimos.
El camping está en un entorno único. Ese día no había muchas moscas, pero el segundo fue, más que relajante, un agobio (ya os pondré en la siguiente entrada una foto de cómo me pertreché para evitar que se metieran en alguna cavidad de mi cara...)
Un saludo a todos y gracias por vuestros comentarios :D
Cada día estoy más convencido de que los sitios hay que verlos andando, te dan otra perspectiva, y una idea mucho más real de los países. Esas cataratas tienen una pinta muy buena, y luego en medio ese oásis, es muy curioso. Una entrada super completa, vamos de copiar cuando, a ver cuando, nos damos una vueltecita por allí.
ResponderEliminarMe gusta el slide que has colgado, me lo voy a apuntar porque lo veo útil en los post. :)
Saludos!
Impresionante, vaya coloridos da el basalto en la loma de las montañas.La cáscada preciosa.
ResponderEliminarUn gran viaje, que dan ganas por allá de conocer algún día.
Saludos
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- El Guisante Verde Project, en Islandia no queda otra si quieres ver cosas, es cuestión de andar y ver sus maravillas naturales a base de pateos.
Quería insertar el folleto en pdf, porque como imagen perdía mucha calidad y no se veían bien las rutas. Así los lectores os lo podéis descargar y echarle un vistazo a fondo a lo que se puede hacer en el Parque Natural.
- Carlos, el país es una maravilla. Lo de ver la montaña roja, su base negra y el valle verde, es impresionante... Así es Islandia, un país de contrastes
Un saludo a ambos y gracias por pasar por aquí :hello:
Increible Helena, cada entrada que subes de Islandia es sorprendente, no hay día que no veas paisajes espectaculares. El atardecer desde el camping un regalo para la vista, el olor ya es otra cosa, ja ja ja. ¿el agua de la ducha olía mal?, qué punto. Un besote y estoy pendiente del resto.
ResponderEliminarJajajaja, ¡Calíope eres la única que se ha percatado de lo del agua! Y sí, huele mucho a sulfuro... es sólo en el agua caliente pero ¡¡cómo para no usarla allí!! Eso sí, te deja la piel muy suave. Es algo curioso.
EliminarA nivel de paisajes ya ves que es espectacular. La zona de Myvatn a mí me gustó mucho. Ya iréis viendo en próximas entradas.
Un besete ;)
Buenos días. Estamos siguiendo vuestro blog, porque este año vamos a Islandia, pero en esta entrada no me ha quedado claro si fisteis por el oeste o por el este a ver las cataratas. Las fotos indican que las vísteis desde el oeste, ¿cierto?
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