El broche final a nuestro paso por tierras sorianas a bordo del Tren Campos de Castilla llegaba con la visita de la histórica Numancia, la ciudad que (al más puro estilo galo, con Asterix y Obelix a la cabeza) resistió durante décadas el empuje romano.
El yacimiento arqueológico de
Numancia se encuentra a escasos 7 km de Soria, en las cercanías de la población
de Garray y, aunque sólo quedan ruinas allí, el valor histórico y simbólico de
la ciudad va mucho más allá y es muy recomendable una visita.
Al llegar al recinto y comprar la
entrada se accede a una sala de audiovisuales en la que se muestra un documental
explicativo para poner en situación a los visitantes.
¿Qué pasó en Numancia?
Numancia era un importante punto
estratégico. La ciudad, en lo alto de una colina, dominaba el valle de los ríos
Duero, Tera y Merdancho y controlaba la comunicación del valle del Ebro con la
Meseta. Su riqueza ganadera y el suministro de diversos alimentos a través del
río les aseguraba el abastecimiento para pasar el duro invierno soriano.
Roma ansiaba conquistarla para
convertir Hispania en una provincia del imperio, pero la resistencia que opuso
la ciudad a la romanización, nada menos que 20 años de luchas, hizo que su
leyenda y mito crecieran a partes iguales.
11 cónsules fueron derrotados a
las puertas de la ciudad. Pero todo comenzó en el año 153 a.C., cuando los
arévacos de Numancia derrotaron a Nobilior. Se dice que el cónsul romano,
aparte de atacar la ciudad con un enorme ejército de soldados, contaba también con
diez elefantes (traídos de África), pero tal fue el ojo de la defensa numantina
que acertó a dar en la cabeza a uno de los elefantes y asustado o enloquecido
la emprendió contra el propio ejército romano. Seis mil romanos murieron en
aquella batalla y a partir de entonces el día 23 de agosto (día de la masacre)
fue declarado “funesto” o “condenado a salir mal”, para que ningún general
romano librara batalla en el futuro en tal fecha.
Durante los siguientes 20 años, los
ejércitos de otros cónsules posteriores fueron cayendo a manos de los
numantinos (Quinto Pompeyo u Hostilio Mancino entre otros) y tal llegó a ser la
fama de la ciudad entre las tropas que, según cuenta el cronista Apiano, las
mujeres romanas fueron al Senado a pedir que sus hijos y maridos no fueran a
Hispania a librar batalla (porque creían que iban a encontrar una muerte segura).
Pero en las luchas los numantinos
contaban con un aliado, el frío del invierno soriano. Y es que, por aquel
entonces, se declaraban los nuevos cónsules en marzo (que era el primer mes del
año, de ahí que el resto de etimologías para los meses del año como octubre que
era el octavo, noviembre el noveno o diciembre el décimo) así, para cuando tenían
organizado el ejército y llegaban a Hispania se plantaban en invierno, teniendo
que lidiar, aparte de con los rudos guerreros numantinos, con el frío del invierno.
Las cosas cambiaron cuando Escipión
Emiliano, que había sido el destructor de Cartago, se declaró cónsul, ya que lo
hizo en enero (al parecer dio una especie de golpe de estado), adelantando el comienzo
de año y llegando a Numancia todavía con buen tiempo. Además, vino a Hispania con
2 ejércitos consulares (cada uno tenía 30.000 hombres) y cambió la estrategia,
en lugar de atacar la ciudad, lo que hizo fue formar siete campamentos en los
cerros cercanos uniéndolos por murallas (9 km de muralla) con torreones de
vigía, un foso y llegaron a instalar lanzas y rastrillos en el Duero para que
los numantinos no pudiesen escaparse buceando.
Encerrados, la táctica de
Escipión era sencilla: sólo era cuestión de esperar.
Sin arqueros y sitiados, la
situación de Numancia no era muy halagüeña, tan sólo podrían vencer mediante una
batalla a campo abierto pero, pese a las provocaciones de los Numantinos, Escipión
continuó con su táctica, dejarles encerrados y esperar.
Pese a todo, el guerrero Retógenes Caraunios (junto con 10 hombres) consiguió escapar del cerco para pedir ayuda a otras ciudades arévacas. Éstas, por miedo a represalias de los romanos, les negaron la ayuda. Tan sólo Lutia envió un pequeño batallón de 400 hombres a los que, Escipión, al conocer la noticia, mandó apresar y cortarles la mano derecha.
Pese a todo, el guerrero Retógenes Caraunios (junto con 10 hombres) consiguió escapar del cerco para pedir ayuda a otras ciudades arévacas. Éstas, por miedo a represalias de los romanos, les negaron la ayuda. Tan sólo Lutia envió un pequeño batallón de 400 hombres a los que, Escipión, al conocer la noticia, mandó apresar y cortarles la mano derecha.
Tras diez meses de asedio, los
alimentos se habían agotado y ya no quedaba esperanza alguna. Sin comida que
ingerir la gente comenzó a caer muerta… los pocos que aguantaban comenzaron a
comerse a los muertos. Esta situación para los guerreros de la ciudad suponía
una deshonra y muchos pelearon entre ellos hasta la muerte, para morir combatiendo
(aunque no deja de ser una especie de suicidio). Cuando el tiempo de asedio
alcanzaba los 11 meses, en la ciudad sólo quedaban aquellos que aún no habían caído
muertos pero que tampoco se atrevían a suicidarse, que finalmente abrieron las
puertas de la ciudad y se rindieron.
Al llegar Escipión, sólo quedaba muerte
y desolación. Era el verano del 133 a.C. La ciudad había caído por inanición,
siendo vendidos los supervivientes como esclavos. Fue mandada quemar y dejaron
que los aliados romanos se quedaran a vivir en ella, por lo que hoy en día se
ven los restos de dos ciudades superpuestas. La primera celtibérica y la
segunda romana.
La visita del recinto arqueológico
Una vez hemos entendido lo que
pasó en la ciudad, desde el centro de visitantes, comienza la visita del recinto arqueológico. Llaman
la atención, a la entrada, dos monumentos conmemorativos: un obelisco en honor
a D. Ramón Benito Aceña que fue inaugurado en 1905 por el Rey Alfonso XIII y un
segundo monumento, del que sólo está construido el pedestal que comenzó a
levantarse en 1842.
La ciudad romana se edificó sobre
la celtíbera, manteniendo la estructura de ésta, con dos largas calles que la
recorrían de norte a sur, mientras que las múltiples calles que se sucedían de
este a oeste tenían encuentros escalonados para que cortaran los fuertes
vientos de la zona. Así pues no es la típica ciudad romana.
El agua se almacenaba en aljibes
o depósitos, que se llenaban cuando llovía o se traía del río a mano. Éstos o
bien se levantaban en las esquinas de las manzanas para uso público o en los
patios de las casas.
Y, aunque la ciudad se levantó
siguiendo la cuadrícula original de Numancia, sí se introdujeron ciertas
mejoras, como realizar casas de mayores dimensiones. Y esto se entiende muy
bien recorriendo las dos reconstrucciones que se han realizado en el recinto:
una de una casa celtibérica y otra de una ciudad romana.
La vivienda celtibérica era muy
sencilla y pequeña. Con una planta rectangular estaba dividida en tres salas: la
primera que se dedicaba a labores artesanales con una trampilla en el suelo
para acceder a la bodega, la segunda habitación era el lugar de reunión
familiar, con sitio para dormir y comer y la última que era el almacén. Tenía las
paredes y muros de piedra, madera y adobes, con techados de paja.
Por el contrario, las casas
romanas eran más grandes. Tenían un pequeño patio por el que se accedía al
vestíbulo desde el que se podía pasar a la cocina y a las habitaciones. El
corral o granero también se encontraba en el interior de la casa.
La ciudad estaba
rodeada por una muralla de 3 km de perímetro y hasta 6 m de espesor, de la que
se ha reconstruido también unos metros y a la que se puede subir. Tenía la base
de piedra mientras que la parte superior estaba rematada por un murete de adobe y
madera.
Nuestra visita concluyó en la
zona sur del yacimiento, en la que se conservan los restos de lo que eran
viviendas de ciudadanos acomodados.
Allí finalizaba nuestra ruta por esta mítica ciudadela. Un lugar que me resultó muy interesante para gente a la que le guste la arqueología.
A mí, junto la visita a la Laguna Negra, fue una de las cosas que más me gustó! Si es que vamos para Indiana Jones, eh?? jejejeje
ResponderEliminarHe estado un montón de veces en Soria y nunca nos hemos acercado a ver estas ruinas. Seguro que me encantarán por lo que he podido ver en tu entrada.
ResponderEliminarUn besico,
Me encantaría visitar Numancia! Me ha encantado la introducción histórica, sobre todo ahora que me estoy leyendo una novela sobre los Escipiones, jeje
ResponderEliminarQue alegría me da ver un yacimiento limpio y libre de matojos, que lamentablemente es lo común en este país. No he estado por Soria pero cuando vaya no me dejaré detrás Numancia, porque independientemente de los restos es un lugar emblemático en la historia antigua de España que estudiamos desde pequeños, así que es un imprescindible. Muy buena entrada, felicidades! Un abrazo.
ResponderEliminarLa verdad es que no es lo mismo visitar un lugar por tu cuenta que ir con un entendido en la materia, se aprenden muchas cosas. Numancia tiene una gran importancia histórica a pesar de que ahora sus ruinas no la muestren. Está bien que hayan reconstruido algunas casas, por lo menos para que podamos hacernos una idea de como vivían en aquella época. Un buen lugar para visitar en Soria!!! ;-)
ResponderEliminar20 años de lucha, madre mia! Una interesante lección de Historia, la verdad es que poco conocía sobre Numancia.
ResponderEliminarUn saludo
Otro lugar lleno de historia! Y que historia :S además se ve bien y conservado...desde luego, si algún día voy por la zona, será parada obligatoria!.
ResponderEliminarUn saludo ;)
No quería poner esa cara sonrojada U.U
EliminarEsta es una de las visitas que tengo pendiente!!
ResponderEliminarUfff cuanta historia hay en este post.
ResponderEliminarDe cosas que ya ni recordaba y me las refrescó.
Interesante lugar para conocer y también por su valor arqueológico, sin duda.
Saludos
Carlos :)
A mediados de noviembre tengo planificada una escapada a Soria capital. Estando tan cerquita trataré de acercarme a visitar este recinto arqueológico porque parece muy interesante. ¡Un saludo!
ResponderEliminarNo sabia que tenia esta historia de guerras y durante tantos años. Es una visita perfecta para hacer una escapada a Soria.
ResponderEliminarhttp://itsebcblog.blogspot.com
En Soria estuve hace muchísimo tiempo y a parte de la capital, vi la Laguna Negra y poco más. Tengo pendiente volver así es que me vendrán bien tus entradas. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Hola a todos!
ResponderEliminar- M.C. y eso que queda poco en pie... pero es un lugar de mucha importancia arqueológica. a mí también me gustó mucho
- Cool, pues es eso... poco queda de lo que fue pero tiene mucha importancia como yacimiento arqueológico por el tema de las guerras numantinas. Es una visita interesante
- Verónica, entre las series históricas y los libros que te lees... te lo vas a saber todo, jejeje. Me alegro de que te haya parecido interesante la entrada
- Calíope, qué razón llevas. La verdad es que lo tienen bastante cuidado. Es un lugar histórico y que todos hemos estudiado de pequeños (aunque mentes como la mía ya no se acordaran, jejeje)
- Babyboom, la verdad es que con las reconstrucciones te llevas una idea más completa y, con un entendido (o guía) siempre se aprecian detalles que a simple vista pasarían desapercibidos (como las superposiciones de aceras que vimos). Estuvo bien la visita
- M. Teresa, tiene una historia similar al reducto galo de Asterix y Obelix, jejeje... que con muy pocos guerreros, vencían siempre al ejército romano
- Verónica, sí que es un lugar interesante y con una cuidada puesta en valor... Recomendable por lo que fue y lo que pasó allí
- Rubén, pues ya sabes para cuando visites Soria ;)
- Carlos, veo que eres de los míos. También era una historia olvidada para mi hasta nuestra visita... sin duda, interesante
- Alícia, pues si lo haces, ya me comentarás qué te parece el recinto
- Eider, es un lugar histórico español, sin duda. Hay que visitarlo más por lo que fue, que por lo que realmente es hoy en día...
- Con autocaravana y sin ella, yo también dejé cosas pendientes por lo que ambos le debemos una visita, jejeje
Un saludo a todos y muchas gracias por vuestros comentarios :D