Nos despertamos al día siguiente en nuestra cabañita dispuestas a continuar la ruta. Para ese día teníamos pensado recorrer la península de Vatnsnes en busca de unos animalitos que a mí me chiflan: focas.
Recorriendo la península de Tröllskagi
Así que tras recoger todo de la
cabaña y acercarnos a desayunar al restaurante del hotel a la hora a la que
habíamos quedado el día anterior con la dueña, cogimos el coche para continuar
bordeando el Eyjafjörður en dirección hacia Siglufjörður.
Estaba lloviendo y, en ese
estado, las vistas de los fiordos no eran ninguna maravilla, así que fuimos un
poco a piñón fijo… Tomamos el túnel de
Strákagöng que con un único carril y algún sobreancho para permitir el paso a
los vehículos que se acercaran en el otro sentido, atraviesa en apenas 800 m de
longitud el Siglufjardarfjall.
Al poco llegamos a Siglufjörður,
una localidad enclavada en el vértice
más septentrional de la península de Tröllskagi, que tuvo su apogeo en la
década de los 40 por la fiebre del arenque. Con el tiempo, la merma en la
demanda de este pescado provocó una crisis en la ciudad que ha quedado reducida
a una pequeña villa con su puerto de pesca y en el que se ha instalado el
Síldarminujasafn o Museo del Arenque, que rinde homenaje a los años dorados. Nosotras
no teníamos especial interés por verlo así que continuamos con la ruta.
Por el camino vimos un desvío en
la carretera que conducía a una iglesia, Grafarkirkja
y decidimos entrar a verla. Aunque está situada en un terreno privado se puede
visitar de forma pública. Hay una valla en el camino de acceso que se levanta (y
que se ha de cerrar tras el paso) y unos pocos metros después se llega a un
parking donde dejar el coche y continuar a pié.
Se cree que es la iglesia más antigua de Islandia, pero también la más pequeña. Al parecer el edificio en el que se asienta es del siglo XVII aunque anteriormente ya había allí una pequeña ermita.
La iglesia, hecha en madera y con
cubierta vegetal, tiene un interior muy coqueto. Su emplazamiento, el hecho de
visitarla en completa soledad, de tener que abrir y cerrar nosotras mismas las
puertas hizo que fuera una visita que me gustara mucho.
Pero debíamos continuar. Tomamos
de nuevo el coche y al poco tiempo llegábamos a Hofsós uno de los pueblos
comerciales más antiguos de Islandia que data del siglo XVI. Allí, en un
almacén del siglo XVIII, se ha instalado un museo de la naturaleza pero
nosotras no teníamos interés en ver más museos y continuamos la ruta.
Pasamos de largo por Varmahlid y
Blönduós (una localidad grande y bastante comercial situada a orillas del fiordo Húnafjördur)
hasta llegar a nuestra siguiente parada: Thingeyrar,
una de las mayores granjas islandesas.
El lugar tiene bastante importancia
histórica porque allí, se reunían asambleas y en 1133 se construyó un
monasterio. Hoy en día hay una iglesia construida en 1864. Nosotras sacamos el
ticket para visitarla por dentro pero la verdad es que no nos dijo mucho.
Península de Vatnsnes: en busca de focas
Desde allí nos dirigimos ya hacia
la península de Vatnsnes haciendo una primera parada en una fortaleza de la que
nos habló el guía de la iglesia: Borgarvirki.
Al parecer se trata de una estructura basáltica natural (un “cuello volcánico”)
que, según dicen, fue modificada por los vikingos y usada como fortaleza. Y no
es de extrañar ya que desde allí se tenía un control visual absoluto de toda la
zona circundante.
Por si os interesa, comentaré que
un “cuello o tapón volcánico” se forma cuando un volcán se extingue y la roca
fundida que existía en el tubo o cuello se enfría y se convierte en roca ígnea
sólida. Por lo general, ésta roca es mucho más dura que el resto de materiales
de la montaña que el viento, la lluvia y la nieve van erosionando, dejando el
tapón o cuello expuesto.
Desde allí nos dirigimos hacia Ósar y Hvítserkur, que están juntas.
Dejamos el coche en un parking y, aprovechando que había un merendero, nos
hicimos unos bocatas para comer antes de continuar con las visitas.
La primera que hicimos (y la
única que estaba indicada) a Hvítserkur.
A través de un sendero, fuimos a parar a un mirador desde el que se divisaba
esta curiosa formación rocosa (situada a
unos 15 metros de la costa) que surge del mar y que se dice que es un troll que
quedó petrificado por el amanecer cuando intentaba destruir el monasterio
cristiano de Thingeyrar, aunque otros ojos dicen que se asemeja más a un
rinoceronte.
Realmente la formación es el resultado
de la intrusión de material ígneo en una fisura de rocas más antiguas. Con el
tiempo, estos materiales fueron erosionados al formarse la bahía de los fiordos,
quedando Hvítserkur al descubierto.
De vuelta al parking, vimos como
salía otro sendero hacia la playa y decidimos seguirlo pues en la zona debía
haber focas (según indicaban los planos turísticos y carteles informativos de la zona). Allá
íbamos. Yo parecía un niño con zapatos nuevos, en busca de focas… ¡Qué ilusión
me hacía! Cuando llegamos a la orilla de la playa seguimos caminando, pues en
la orilla de enfrente parecían intuirse focas… ¿o eran rocas? No sé. No se veía
nada claro…
Con un buen zoom en la cámara ya
empezamos a distinguirlas. ¡Sí! ¡Son focas!
Estuvimos un ratillo por allí,
haciendo fotos a diestro y siniestro, grabándolas en vídeo e incluso llegamos a
ver alguna más dentro del agua. Al parecer en la zona hay una colonia de
alrededor de 200 focas. Os dejo aquí un pequeño vídeo de nuestro paso por allí aunque, como no tenía trípode, está un poco movido:
Pero era hora de seguir. Retornamos al parking y continuamos bordeando con el coche la península.
No vimos ninguna otra indicación
hasta llegar a Illugastaðir, otro de los puntos desde los que se pueden avistar
focas. Dejamos el coche en un parking que han habilitado dentro de la propiedad
privada de una granja (en la que hay hasta aseos para los visitantes) y
caminamos por un camino bordeando la costa hasta llegar a una caseta en la que
se encontraba el punto de observación.
A lo lejos, pudimos ver alguna
foca tirada, tomando el sol sobre las rocas. En este punto había menos animales
pero, aunque estaban lejos, me parecía que estaban más cerca que en el otro
punto. Os dejo otro vídeo de esta zona:
Tras estar un ratillo allí y yo emocionada a más no poder… volvimos al coche y continuamos la ruta.
Según el plano en Svalbarð había
otro punto de observación de focas, pero no dimos con el lugar.
Continuamos haciendo kilómetros
sin una meta fija… ya habíamos visto todo lo que queríamos ver ese día y lo
único que queríamos era acercarnos lo máximo posible a la zona de Snaefellness,
península que recorreríamos el día siguiente… así que empezamos a echar
kilómetros.
Finalmente cuando llegamos a Buðardalur
decidimos hacer noche en una guesthouse que vimos económica. No había mucho que hacer por allí, así que pasamos el resto de tarde descansando y tomando unas cervecitas en el bar.
El día había dado bastante de sí
y, aunque me quedé con ganas de ver también Kolugljufur, que en el relato de
David y Neus se veía bonito, el día siguiente recorreríamos otra de las zonas de
Islandia que se quedan en la memoria del viajero.
Islandia es un país maravilloso... En el que se pueden vivir las 4 estaciones del año en un solo día :) Y los volcanes son parte intrínseca de su geografía y personalidad. Nosotros no tuvimos ocasión de ver focas pero sí lugares tan llenos de encanto como los que mencionas en el post.
ResponderEliminarEstá claro que había que buscar focas donde fuera... XD Me ha parecido interesante cómo intentan facilitar el acceso de turista en zonas que son privadas. Y el paisaje se me antoja infinito, naturaleza y más naturaleza y con poca gente alrededor, ideal para sacar tomas sin que miles de turistas le quiten protagonismo al entorno.
ResponderEliminarMuy curiosa la iglesia más pequeña y antigua de Islandia, casi parecía la casa de los 7 enanitos, jejeje.
Tiene que ser muy chulo esto de ver focas en su hábitat. Tuvisteis un montón de bonitas experiencias en Islandia, así que va ganando puntos! ;-) Y la iglesia me ha parecido una monada.
ResponderEliminarSaludos!
Increíble, que paisajes tan chulos!!! A mí también me encantan las focas así que si alguna ez voy para allá está claro que este lugar es parada obligada. La roca con forma a mí me parece más un troll que un rinoceronte aunque está claro que si te dicen que es un loro pues al final acabas viéndolo, jejejeje. Un abrazo!!! ;-)
ResponderEliminar¡Hola a todos!
ResponderEliminar- Viajes, Islandia es un país que se queda en la memoria de cualquier visitante, llevas mucha razón. Gracias por pasar por aquí y animarte a comentar.
- Carmen, yo también me quedé alucinada con lo de entrar en una granja privada (para ver focas en la costa) y que tuvieran habilitado para los visitantes hasta baños, que imagino que luego ellos mismos limpiarán. Hicimos visitas muy curiosas este día.
- Anna, lo malo es que estaban lejos, lejos... hay que tener un buen zoom en la cámara. Eso sí, la experiencia es muy bonita. Son unos animales que me encantan...
- Babyboom, pues ya verás los paisajes de la próxima entrada de Islandia, te vas a quedar sin habla. No sé cómo seleccionar fotos...
Yo, parecía la loca de las focas. Todo era obsesión por verlas. Había visto ya una en Jokulsarlon (me tenías que haber visto en el barco gritando "a seal" "a seal") pero el verlas en grupo ahí tiradas me pareció chulísimo. ¿Se nota que me encantan?
Dicen que parece un rinoceronte de perfil bebiendo agua... si lo miras de nuevo seguramente lo identifiques, aunque yo también le veo cara de troll, jejeje.
Un saludote a todos y gracias por vuestros comentarios :hello:
Helena, ya he leído más entradas tuyas de Islandia y me parece increíble... Entran unas ganas terribles de visitar el país. Por cierto, este verano estuve apuntito de ir, pero al final no surgió y me fuí en coche a Francia a la zona de Las Landas...
ResponderEliminarUna entrada genial, y chica yo tampoco veo el rino, pero será, será,...
Un saludo,
Trini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
Ahí sí que disfrutaría! Siempre que hay posibilidad de ver fauna, no lo dejamos perder.
ResponderEliminarIslandia es un país con muchísimos atractivos naturales y ese tipo de viaje me encanta.
A ver, a ver cuando...
Qué majas las focas!! Nosotros cuando estuvimos por allí no tuvimos la suerte de ver ninguna... qué envidia. Aunque a cambio se nos cruzo una manada de caballos, con sus potrillos, y se puso a correr delante de nuestro coche; espectacular.
ResponderEliminarMe están gustando mucho las entradas de Islandia, qué recuerdos.
Un saludo.
Ya sabes que siempre que podemos avistar algún animal en libertad allí que vamos, así que está excursión me ha parecido preciosa. Y la pequeña iglesia, me ha encantado.
ResponderEliminarBesicos
No teníais especial interés en visitar el museo del arenque? Anda que.... jajaj. Vaya experiencia verlas tan de cerca, yo a lo que tengo muchas ganas de ver son a las tortugas. Tu "fijación" por las focas es igual que la mía por las "tortugas" ;-)
ResponderEliminarAnda! cuando leí el título de la entrada pensé que habías visto las focas desde un barco, je je, mola verlas tan cerca y desde tierra, son chulísimas. Me ha gustado la primera iglesia tipo chozo (por la cubierta vegetal), es un tipo de edificio que no es la típica para una iglesia. Una estupenda entrada, Islandia gana puntos, aunque el frío me sigue echando para atrás!! Un besote!
ResponderEliminar¡Hola a todos!
ResponderEliminar- Trini, vaya, entonces seguro que pronto cae el viaje... aunque es un país muy caro y hay que ahorrar bastante para ir.
Seguro que en Las Landas también lo pasasteis de maravilla, yo tengo pendiente esa zona
- M.Teresa, lo malo de la parte norte-noroeste del país es que hay que hacer más kilómetros entre puntos de interés y por eso, mucha gente lo deja aparcado y se centra en el sureste de la isla, pero también tiene mucho que ofrecer... A mí, que las focas me encantan, tenía éste como un punto a visitar sí o sí y, aunque, lejos, muy lejos, las pudimos ver
- Notas de un viajero, sí, esa es otra de las cosas típicas. A nosotras también nos pasó en un par de ocasiones. De hecho, la manada que se ve en la foto que cierra el post poco antes había pasado por nuestro lado. Es lo que tiene el país, naturaleza a raudales...
- Cool, es que cambia mucho de ver los animales en su hábitat, sueltos y libres a verlos en un recinto cerrado. Las focas eran monísimas, ahí tiradas a la bartola tomando el sol...
- Verónica, ¡anda! lo que descubre una... entonces hay que ir a Costa Rica a ver el desove, ¿no?
El museo lo dejamos para otra ocasión :P La verdad es que hay museos curiosos en Islandia. Ya veréis el que visitamos dos días después...
- Calíope, sí, sí... vistas desde tierra, pero gracias a un buen zoom en la cámara, sino sólo las intuyes (y podrían ser rocas).
La iglesia fue una pequeña sorpresa en el camino. No habíamos leído nada de ella y desde luego, no sale en las guías.
Fíjate, yo huía del calor de España ese año y allí estaba en la gloria; aunque el viento de los últimos días era ya demasiado.
Un saludo a todos y gracias por pasar por aquí y comentar :ok:
Que experiencias más guapas! Ver focas al natural... Veo tan difícil escaparme a Islandia que disfruto leyendo tus entradas. Sigo viajando contigo! Un abrazo!
ResponderEliminarLe tengo unas ganas locas a Islandia y poder vivir esta experiencia de las focas, no hace más que acrecentarlas! Qué maravilla!
ResponderEliminarUn besazo!
Fenomenal, Helena! Menuda excursión en busca de focas... Con lo que me gustan a mí las focas... Unas imágenes panorámicas preciosas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que sitio tan chulo! Me encantaria poder ir y ver las focas en persona.
ResponderEliminarhttp://itsebcblog.blogspot.com.es/
Si me dicen que esa iglesia es un granero me lo creo, cualquiera lo diría xDDD
ResponderEliminarQue panchas se ven las focas ahí tumbadas, toda una experiencia verlas tan cerca.
Un saludote!
Qué chulos paisajes!! Y qué curiosa la iglesia Grafarkirkja!! La verdad es que no hubiera imagianado que era una iglesia. Qué suerte poder verla así en soledad! Y lo de ver focas tiene que ser de esas experiencias que nunca se olvidan, no?
ResponderEliminarSaludos
¡Hola a todos!
ResponderEliminar- Con autocaravana y sin ella, no veáis lo que ha dado de sí el viaje, que hace más de un año que fuimos y aún sigo con los posts...
- Moonflower es que son unos animales que me encantan... el verlas ahí, tiradas en su hábitat, es otra de esas experiencias que teníamos ganas de vivir y que pudimos cumplir allí
- Antonio, pues seguro que con tu arte en el manejo de la cámara cuando vayas seré yo la que se quede con la boca abierta...
- Eider, pues nada, ya sabes uno de los lugares en los que encontrarlas, jejeje
- José Carlos, es que hay lugares que no dejan de sorprender. Ahí en medio de la nada, una bonita iglesia que, como dices, podía haber pasado por un granero. Y las focas, monísimas...
- MC, no sé si parará mucha gente en la iglesia porque es un lugar desconocido que no aparece en guías. Tenían un libro de visitas/firmas y allí dejamos nuestra imprenta. Y las focas, sin palabras, me encnantaron (aunque las vimos muy lejos)
Un saludo a todos y muchas gracias por vuestros comentarios :hello: