Cuando decimos escaparnos un par de
días a Austria en nuestro viaje del año pasado a Baviera y Salzburgerland, no
éramos conscientes de lo importante que llega a ser la cerveza en el país y
hasta llegar allí, a Salzburgo, cuando hicimos un tour centrado en dicha bebida
espirituosa, no supimos que éste es uno de los países que más cerveza consume
del mundo (en concreto, el segundo, tras la República Checa)… Un paraíso para
mi querida compañera de viaje (@MundoMiope), aunque ¿para qué negarlo? Yo
tampoco le hago ascos… ;-)
Y es que en una ciudad con más de
600 años de historia cervecera no hay nada mejor que dejarse embaucar por ella
y descubrir todo lo que tiene que ofrecer.
Así pues, temprano por la mañana vino
a recogernos al hotel en el que nos hospedábamos, nuestra guía, Martina Gyuroka,
que nos llevó en una ruta de alrededor de tres horas, entre las barrocas calles
de Salzburgo plagadas de edificios históricos y monumentos a conocer la otra
cara de la ciudad: sus cervezas y… ¿cuál fue el primer sitio que visitamos?
Pues ¡¡un cementerio!! (estaba claro, ¿no?): el cementerio de San Sebastián.
Y diréis ¿qué tiene que ver un
cementerio con la temática de nuestro tour…? A priori poco, pero Martina nos
llevó a descubrir alguna tumba interesante… Aparte de las de la familia Mozart
(de las que os hablaré cuando escriba acerca de la ciudad) nos acercamos a ver
la tumba de los Schlammsche, una familia noble que fue una de las pioneras en
la fabricación de cerveza en la ciudad, o la de Teofrasto von Hohenheim “Paracelsus” el médico,
alquimista y filósofo del siglo XV que en el fondo se convirtió en uno de los
fundadores de la industria de la cerveza de Salzburgo.
Salimos del cementerio para adentrarnos por las calles de la ciudad y hacer una primera parada en Alchimiste Belge, un moderno bar que abre sus puertas a partir de las 18:00 h (hasta las 2 de la madrugada) en el que sirven una amplia variedad de cervezas, con especial predilección por las belgas.
Un poquito más adelante descubrimos
el lugar en el que se ubicó la primera cervecería comercial de la ciudad (en
1374) y cuya cerveza fue elaborada originalmente sólo por mujeres, aunque hoy
en día se trata de un bloque de viviendas.
En nuestro caminar alternábamos la
visita a lugares turísticos como los Jardines de Mirabell, la casa Nacimiento
de Dopler o la famosa Calle de los Cereales, con otros menos conocidos como el
Wein Bar Restaurant, un restaurante con una decoración muy cuidada y
pintoresca, un lugar con encanto perfecto para hacer una comida/cena romántica.
Pero… a lo que íbamos: ¡la
cerveza! Al poco llegaba la hora de realizar la primera degustación que venía
incluida en el tour. Zipfer Brau fue el lugar al que nos llevó Martina para probar
nuestra primera cerveza en la ciudad. La cervecería se ubica en una casa con
solera, la “casa Steinhauser”, un edificio construido en el año 1300 en el que vivió
un famoso historiador de Salzburgo, Hofadvokat Jude Thaddeus Zauner, la hermana
de Wolfgang Amadeus Mozart, “Nannerl”, y donde nació en 1902 el musicólogo Erich
Schenk. En el año 1977 pasó a manos de Reinhold Schwarz que fundó un
restaurante / taberna clásica, que ahora está siendo regentada con mucho gusto
por la segunda generación de la familia.
Tras una buena cerveza de litro y
un pretzel (por barba), algo más calientes (jejeje), continuamos con nuestra
ruta. La casa de nacimiento de Mozart, el ayuntamiento, la casa más estrecha de
la ciudad, o la famosa fábrica de bombones First fueron otros lugares por los
que pasamos antes de finalizar nuestra visita en otra cervecería de renombre de
la ciudad: la Kaiser Karl.
Y es que la historia de la
cerveza se remonta a unos 1.200 años atrás, a la época del emperador Carlomagno
y, de las muchas historias que se han creado entorno a su figura, hay una que
se originó en Salzburgo, la leyenda de la "Kaiser Karl en Unterberg".
Ésta cuenta que el emperador no habría muerto, sino que duerme profundamente en
el interior de la montaña “Unterberg” y que así lo hará hasta que los cuervos
dejen de volar sobre su cumbre. Cuentan que el emperador se despierta cada cien
años, para comprobar que los cuervos siguen volando alrededor de ésta, y
después vuelve a dormir tranquilo otro siglo más. Se dice que durante su sueño
su barba va creciendo alrededor de una mesa redonda y, al final de la tercera vuelta,
se sucederá el fin del mundo (de momento, dormid tranquilos, que se ve que
lleva dos vueltas)… Y precisamente de esta historieta proviene el nombre de
esta cervecería / restaurante en la que Karl Reitsammer elabora su propia
cerveza de trigo y que fue donde nosotras decidimos comer.
Durante la ruta y en las
conversaciones que mantuvimos con nuestra guía, entre cerveza y cerveza, Martina
nos habló de otros muchos lugares que tanta fama han dado a la ciudad a nivel
cervecero; lugares tan míticos como Stiegl (que Cintia y yo visitamos poco
después), que comenzó con la elaboración de su cerveza “Salzburger Märzentyp” en
1492. No es ningún secreto que al mismísimo Mozart le encantaba pasar la tarde
degustando una buena Stiegl. La Cervecería Stiegl es, además, la mayor
cervecería privada de Austria y en sus instalaciones (en el museo
Stiegl-Brauwelt) se puede asistir al proceso de elaboración de cerveza en
directo e incluso degustar los hasta 10 tipos de cerveza que preparan en una recién
restaurada sala de fermentación que data del año 1863.
Si la Stiegl es conocida, la
ciudad es la cuna de muchas otras marcas populares, como Trumer Pils (conocida
por su gran creatividad ya que, allí, los visitantes pueden elaborar su propia
cerveza con ayuda de un maestro cervecero), la Edelweiss Weizen, la Brauhaus
Gusswerk, (que con unos innovadores procesos, es la única cervecería del mundo
que elabora auténtica cerveza ecológica certificada con el sello de calidad
Demeter) o la Cervecería Die Weisse que fue la primera fábrica de cerveza que
combinó la fabricación de la misma con la restauración en el país (y que fue precisamente
donde habíamos intentado cenar nosotras la noche anterior, aunque al final no lo
logramos porque estaba hasta los topes).
Pero si hay un lugar de renombre
(a nivel cervecero) en la ciudad se encuentra en la colina Mönchsberg, la
Augustiner Brau, una de las cervecerías más antiguas de Salzburgo. Fue fundada
por monjes agustinos en 1621 y, hoy en día, la fábrica sigue produciendo su cerveza
Märzenbier al estilo tradicional: vertiendo de barriles de madera a jarras de
piedra de medio litro o litro.
Según Martina, Benjamin Franklin
dijo una vez que “La cerveza es prueba de que Dios nos ama y quiere que seamos
felices viviendo” y, viendo lo alegres que estábamos con nuestro ir y venir de
jarras, no seré yo la que rebata su frase.
Así que, si estáis interesados en el mundo de la cerveza y queréis hacer un tour temático por Salzburgo, podéis encontrar información detallada sobre actividades y los acontecimientos que haya en la página web “Salzburger Bierkultur”
diossss que paraiso para mi!!! Yo en alemania me puso las botas de cerveza y sin duda tengo que ir algún día a Salzburgo!! Un abrazo y viva la cerveza!
ResponderEliminarIba a preguntarte en dónde habías conseguido la guía para hacer el tour de la cerveza pero al final nos has puesto la dirección. Genial! si me acerco por allí, la haré seguro!
ResponderEliminarUn abrazo, viajera!
Viva la cerveza Fran y Helena!!! jajaja
ResponderEliminarapuntado queda este tour para un futuro viaje a la ciudad.
Besos
Que bien suena esta ruta cervecera, además es una ciudad que tiene una "pinta" buenísima jejeje, así que apuntado queda!
ResponderEliminarVaya, desconocía esta faceta de Salzburgo, la próxima vez que vaya haré un tour cervecero por la ciudad aunque espero ir antes de que la barba haya dado las tres vueltas, jejejeje. ;-)
ResponderEliminarQué rica la cerveza! a nosotros nos encanta y dimos buena cuenta de ella cuando estuvimos por allí, qué buenos recuerdos me ha traído tu entrada :-)
ResponderEliminarPues yo soy la nota discordante porque a mi la cerveza la verdad es que no me va mucho, pero a Augustiner Brau y a Stiegl creo que iremos seguro, aunque yo me tome una coca cola :-) por lo menos dejaré que Miguel Angel disfrute de la faceta cervecera de la ciudad. Un beso!
ResponderEliminarNo sabía yo que la cerveza tuviera tanta importancia en Salzburgo, pero claro,. nosotros solo pasamos unas horas en esta ciudad y no nos dio tiempo a descubrir tantas cosas!! Por cierto, entre tanta cerveza, ¿cómo acabásteis el tour? jejejeje
ResponderEliminarsaludos
Pues mira, Helena, yo también estoy de acuerdo con Franklin; así que, para el siguiente viaje por esos lares, además de Martina! cuenta conmigo....salud! ciudadana viajera...
ResponderEliminar¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Fran, un duelo entre Martina y tú a cervezas no sé cómo acabaría (aunque en el fondo creo que ella te tumba... jejeje)
- Con autocaravana y sin ella, yo a la visita le añadiría el ver una fábrica por dentro, así sales de allí con una idea completa de la importancia de la cerveza en la ciudad
- Dany, jejeje. La verdad es que sí. "Pintas" para todos gustos y colores
- Babyboom, menudas historietas se cuentan por allí, ¿eh? Sé yo que a Carfot le gustaría hacer un tour de este tipo...
- Calíope, sí, recuerdo que leí todos los posts de tu viaje para planificar el mío (como siempre). Buenas cervecitas se hacen por allí, ¿eh?
- Laura, hay bastante gente a la que la cerveza no le gusta, pero a Stiegl tienes que ir aunque sólo sea por ver el ambiente y las vistas desde la ventana :)
- M. Carmen, desde luego lo acabamos más calientes, jajaja...
- José Manuel, otro aficionado a la cerveza!! Veo que somos unos cuantos por aquí... ;)
¡Un saludo a todos y muchas gracias por vuestros comentarios! :hello:
Hombre, la verdad es que Salzburg es de mis ciudades favoritas, y con el encanto que tiene, no podía ser de otra manera que la cerveza no fuera la leche! Un saludo y nos vamos viendo, nos encanta tu blog!
ResponderEliminarQué buenas cervezas y cervecerías hay en Centroeuropa.
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