Después de dormir prácticamente
al lado del monasterio de Ettal estaba claro que nuestra primera visita del día
iba a ser allí.
Poco había leído yo de la abadía
de Ettal salvo que fue construida entre 1330 y 1370 y que, hoy en día, era el hogar
de unos 50 monjes benedictinos. Al parecer actualmente se mantiene por el
trabajo de estos monjes que elaboran y comercializan su propia cerveza (tras
más de 400 años de historia), preparan un famoso licor (que lleva hasta 40
hierbas aromáticas), gestionan varias explotaciones agrarias, un instituto con
internado (sobre el que recae la sombra de pasados abusos a menores y que me
hicieron dudar acerca de si ir o no ir si quiera a visitar el monasterio), una escuela
secundaria benedictina e incluso una editorial.
Al final, pudieron las ganas y
fue nuestra primera visita de la jornada. Llegamos en coche y, a esas tempranas
horas (creo que eran las 8:30 h), no tuvimos ningún problema en dejarlo en una
de las plazas de aparcamiento que hay frente a la entrada principal. De nuevo,
tal y como nos pasó en Wieskirche,
se trataba de un espacio de tipo “zona azul” y nos tocó dejar un ticket en el
salpicadero del coche por un valor mínimo, creo recordar que, de 2 euros, por
apenas media hora de estancia.
Nuestra entrada en el claustro principal del monasterio fue algo tímida. No había un alma por allí y pocas de las tiendas de los alrededores estaban abiertas. Poco a poco fuimos atravesando los jardines del patio interior hasta plantarnos en la entrada a la Basílica, la verdadera joya de la zona. Y es que, con una impresionante decoración de estuco, unos preciosos frescos que representan el cielo benedictino con sus Santos bajo la figura de Santísima Trinidad y una cúpula de 59 m de altura, su valor artístico es innegable.
La entrada es gratuita y he de
decir que a para mí fue una de las grandes sorpresas del viaje (y eso que pocos
días antes aún no sabíamos si visitarlo o no).
Indagando a posteriori he visto
que esta abadía benedictina fue construida en 1330 por el Emperador Ludovico el
Bávaro, dicen que como agradecimiento por su regreso de una pieza de Roma aunque,
se ve que en el fondo, el Rey buscaba más el desarrollo social y económico de
la zona, que mostrar su gratitud con esos tintes religiosos.
Casi cuatro siglos después, en
1744, un gran incendio provocó su casi completa destrucción siendo rediseñada
completamente por Enrico Zucalli (arquitecto de la corte) y Josef Schmutzer de
Wessobrunnn y decorada por Johann Baptist Zimmermann y Johann Georg Üblherr. Lo
cierto es que hicieron muy buen trabajo y la iglesia, sobre todo, la cúpula,
resulta impresionante.
Otra de las cosas que se puede hacer
allí, si vas con tiempo, es visitar la fábrica de cerveza de los monjes que, tras 400 años de historia, debe tener su aquel. Nosotras,
como ya íbamos a hacer un tour relativo a la cerveza en Salzburgo preferimos no
perder más tiempo allí; pero, por si estáis interesados, se pueden hacer
excursiones con guía por la destilería los martes y jueves a las 13:30 h
(siempre que haya más de 10 personas). Aunque, si no estáis en esas fechas /
horas concretas y os interesa la visita podéis probar suerte y contactar con
ellos vía e-mail (brauerei@kloster-ettal.de) a ver si hacen alguna visita fuera
de horario.
Como veis se trata de una visita
bastante corta y que, a mí (personalmente) me gustó bastante. Nosotras, tras visitar
la iglesia, cogimos el coche y partimos de nuevo para dirigirnos hacia nuestra
siguiente parada: el Palacio de Linderhof, pero eso será objeto de una nueva
entrada.
¡Qué maravilla! Solo por ver esa magnífica cúpula ya vale la pena acercarse a conocer esta abadía. Yo todavía no he puesto un pie en Alemania y me apetece mucho descubrir la zona de Baviera. He leído que el Palacio de Linderhof también es espectacular así que estaré pendiente de tus próximas entradas. Un saludo
ResponderEliminarLa verdad es que a mí esta Basílica me gustó mucho. Te diría que incluso más que la iglesia que vimos el día anterior (la de Wies)...
EliminarUn saludote Alícia y gracias por pasarte por aquí ;)
Me ha gustado mucho leer tus comentarios, en próximas fechas estaré por la zona y visitare esta Basílica, lástima que no encontré tu entrada sobre el Palacio de Linderhof, me hubiera gustado saber tus impresiones. Un saludo
ResponderEliminarMaria José
¡Hola María José!
EliminarMe alegro de que te haya resultado útil el post. Nosotras visitamos la abadía de Ettal y después Linderhoff y nos fuimos a comer a Bad Tolz. Todos ellos me gustaron bastante. El palacio de Linderhoff es pequeñito y la visita guiada se realiza muy rápido pero los jardines son enormes y a mí me gustaron mucho.
A ver si escribo pronto de él.
Un saludote y si necesitas cualquier cosa, por aquí nos tienes. :hello: