Después de recorrer Saissac
pusimos rumbo hacia una de las ciudades que baña el río Tarn: Gaillac. Situada
a 50 km de Toulouse y a escasos 25 kilómetros de Albi, la ciudad se formó hace
más de 1000 años entorno a un monasterio benedictino, aunque su fama hoy en día
se debe a la gran calidad de los viñedos que la rodean y a los vinos que allí
se fabrican.
Dadas las horas que eran (ya
cerca de la 13:00 h) lo primero que hicimos tras lograr dejar el coche (que nos
costó lo suyo) fue buscar un sitio para comer. Acabamos en un pequeño
restaurante de la Place du Griffoul.
Ahora sí, con el estómago lleno,
teníamos ya la energía suficiente para recorrer el casco histórico de Gaillac. Aunque
lo cierto es que, pese a que la ciudad es bastante grande, la mayoría de los
lugares de interés de Gaillac se concentran en un área pequeña, en las
cercanías de la abadía (donde también se sitúa la Oficina de Turismo).
Por ese motivo nuestra primera
parada fue la propia Abadía de Saint-Michel, el monumento más importante de la
ciudad. Sus orígenes se remontan al siglo X, cuando una comunidad de monjes
benedictina se asentó allí para explotar los viñedos de la zona y promover su
comercio a través del Tarn. Con las modificaciones que ha sufrido a lo largo de
los años ahora se alza majestuosa en la ribera del río y la postal que se
obtiene de la misma desde la otra orilla del río se ha convertido en la seña de
identidad del municipio.
Al lado de la abadía se encuentra
la “Maison des Vins”, una bodega de degustación que cada semana da a probar 15
vinos distintos de la zona. Hubiera estado bien visitarlo pero nosotras
decidimos resistir la tentación de perdernos en el mundo del vino… sino a ver
quién cogía luego el coche.
Y aunque estos dos son los
lugares más conocidos y visitados de la ciudad, también cuenta con otros
lugares de interés, así que nos dedicamos a descubrirlos dando un pequeño paseo
por el pueblo.
Bordeando la abadía llegamos a la
Place Maurice et Eugénie de Guérin, con bonitas casitas aunque a tope de coches
aparcados. Seguimos nuestra ruta caminando por la Rue du Chateau du Roi para
ver el Hôtel Saint Sauver, un edificio del siglo XVII y el Hôtel de Tonnac (del
siglo XIII aunque reformada en el XVIII), para pasar después a la Rue des Penitents
Blancs y ver el Hôtel Druilhet d'Yversen
y la torre Palmata (del siglo XIII).
Desembocamos de nuevo en la Place
du Griffoul (donde habíamos comido). Allí hay unas bonitas arcadas y edificios
construidos en ladrillo rojo (tal y como los habíamos visto años atrás en Toulouse
y veríamos al acabar el día también en Albi). La plaza es uno de los lugares más
importantes de la ciudad y lleva el nombre de la fuente que hay en su centro, la
fuente Griffoul (del siglo XVI) coronada por un gallo (el emblema de la ciudad)
y con 4 personajes entre los que se encuentran Baco y su maestro, Sileno.
El mercado cubierto que hay en la
plaza se levantó en torno al año 1840.
Dejamos atrás la plaza a través
de la Rue Portal, pasando por la Eglise Saint Pierre, una iglesia del siglo XIII
que fue medio destruida por los protestantes y posteriormente reconstruida
entre los siglos XVII y XVIII y que destaca por su portal de entrada. A su lado
se halla otro edificio histórico, el Hôtel Antoine Portal.
Desde allí nos dirigimos a la Place
de la Libération. La plaza que se levantó sobre los antiguos cimientos de la
ciudad. En su centro preside la plaza una estatua del general Hautpoul con la
palabra “Libertad” escrita en todas las lenguas europeas (incluida el
occitano).
Existen también algunos museos para visitar en la ciudad como el Museo de Bellas Artes (en el Chateau de Foucaud) y el Museo de Historia Natural, pero con la visita que habíamos hecho nosotras decidimos poner punto y final y continuar la ruta hacia Cordes sur Ciel, nuestra siguiente parada.
Hola, una ciudad en Francia que muestre esas características, vino, arquitectura, ríos y cultura, es el perfecto lugar para salir un fin de semana si estas en Europa o si no, coordinar para visitar. Excelentes fotos.
ResponderEliminarNo conocia este lugar pero me recuerda mucho a Albi, me lo apunto para la proxima vez que visite la zona!! La verdad es que Francia tiene lugares preciosos!!! Un abrazo!!! :-)
ResponderEliminarEs increíble la cantidad de lugares preciosos que tiene el sur de Francia. A ver cuándo puedo hacer una escapada larga por allí. Por cierto, bien hecho, muy responsables con lo de vino, luego sino aparte de lo de coger el coche, verías un poco borrosa la ciudad jajaja
ResponderEliminarun abrazo!
¡Hola a todos!
ResponderEliminar- Julio, muchas gracias. La verdad es que me pareció una ciudad muy completa, con ese encanto que desprenden las ciudades francesas...
- Babyboom, la verdad es que la vista desde el río es muy similar, aunque es una ciudad más pequeñita
- Aran, jajajaja, si... hay que llevar cuidado con el vino.
La verdad es que hay ciudades preciosas en Francia en general. Habrá que ir descubriéndolas.
Un saludote ;)