Nuestro último día en Alemania amanecíamos en Munich pero,
pese a que el día anterior nos habían quedado algunas cosas pendientes, no
íbamos a regresar a la ciudad sino que íbamos a recorrer algunas poblaciones y
lugares de interés cercanos como el estadio del Bayern, el campo de
concentración de Dachau, Ulm o la ciudad de Memmingem.
El Allianz Arena
Nuestra primera parada fue en el Allianz Arena. Este estadio
despertó mi curiosidad durante la copa del mundo de 2006. Me llamaba la atención
ver el lugar en el que juegan habitualmente el FC Bayern München y el TSV 1860
München, aunque sólo fuera por fuera…
¿Cómo llegar al Allianz Arena?
El Allianz Arena se encuentra en las afueras de Munich, a
unos 10 km del centro de la ciudad. Nosotras llegamos fácilmente introduciendo
las coordenadas que os resumí en la entrada de Preparativos en el gps del móvil. Pero vamos, si se viene a través de la A9 hay que tomar la
salida 73, München-Fröttmaning-Süd, mientras que si se llega a través de la A99
habría que tomar la salida 12b, München-Fröttmaning-Nord.
En transporte público, el estadio está bien comunicado en
metro. Habría que tomar la línea U6 en dirección hacia Garching-Hochbrück y
bajar en la parada Fröttmaning. Desde el centro de la ciudad apenas son 15
minutos de viaje.
Visita al Allianz arena:
Nuestra visita al estadio consistió simplemente en echar una
panorámica visual por fuera aunque, si sois forofos del fútbol, también podéis
hacer una visita como la que tiempo atrás hicimos nosotros en el de Liverpool, o incluso asistir
a un partido de alguno de sus equipos (email de contacto: tickets@fcb.de).
Así, con mi curiosidad saciada, pusimos rumbo hacia la
siguiente visita del día, Dachau, el
primer campo de concentración que veíamos en nuestra vida.
Campo de Concentración de Dachau:
¿Cómo llegar al Campo de concentración de Dachau? y ¿qué horarios tiene?
Nosotras no tuvimos excesivos problemas al ir en coche, con
el gps y con las coordenadas del capítulo de preparativos (aunque nos costó
identificar que las indicaciones de la carretera venían como KZ Dachau).
Para ir en transporte público hay que coger la línea S2 en dirección
a Petershausen y bajar en Dachau; desde allí habría que coger el autobús número
720 o 727, hasta KZ-Gedenkstätte, Dachau. Podéis comprobar horarios y
conexiones desde este enlace.
El campo está abierto todos los días (salvo el 24 de diciembre) de 9:00 h a 17:00 h. [Horarios]
La visita al recinto en sí es gratuita, pero hay que pagar 3
euros por dejar el coche en el parking (si has llegado con tu vehículo) y:
- 3,5 euros si quieres coger una audioguía para realizar la visita, algo totalmente recomendable (que además está en español)
- ó 3,0 euros si quieres hacer una visita con un guía oficial
Para hacer la visita con un guía, nosotras hubiéramos tenido
que esperar 1 hora por lo que optamos por coger unas audioguías y hacerla por
libre.
Contexto y visita del Campo de concentración de Dachau
Dachau fue el primer campo de concentración que se construyó,
de hecho sirvió de modelo o patrón para el resto de campos de concentración que
se crearon a posteriori en Alemania y sus países vecinos. Se construyó en marzo
de 1933, tan sólo un mes después de la llegada de Hitler al poder, y se
convirtió en el único que estuvo en funcionamiento durante todo su mandato y la
posterior guerra hasta que fue liberado por tropas estadounidenses en abril de
1945.
Allí fue donde Hitler desencadenó su barbarie… quería
acallar toda oposición o pensamiento diferente al suyo. Comenzó encerrando a comunistas
o intelectuales que diferían de sus opiniones políticas. Con el tiempo, pasó a
internar también a todo ser humano que se encontraba fuera de sus estándares
sociales: judíos, gitanos, homosexuales, religiosos...
Las cifras son escalofriantes. En los años que estuvo en
funcionamiento pasaron por allí unas 200.000
personas de las que en torno a 41.500 finalmente murieron. Aunque su capacidad
era para 5.000 personas, en su última etapa llegó a contener hacinadas a más de
30.000.
Al entrar al recinto, a los reclusos les recibía el cartel
“Arbeit macht frei” que significa “el trabajo os hará libres”, pero nada más
lejos de la realidad; un pijama a rayas y un número dentro un triángulo de tela
de color (diferente en función del tipo de “tara” que ellos consideraban que
tenían) era lo único que identificaba a esos injustificados “presos”, que
quedaban allí a merced de sus captores y de lo que su resistencia física fuera
capaz de aguantar.
Les esperaban eternas jornadas de trabajo, sin
ningún tipo de pausa o descanso, con una única comida diaria que les provocaba
desnutrición y les dejaba indefensos ante cualquier enfermedad, fatigados hasta
la extenuación, sin condiciones de higiene, pasando frío y donde sólo recibían brutalidad
por parte de sus apresadores...
Y por si eso no fuera poco, en Dachau también se llevaron a
cabo experimentos médicos con algunos de los prisioneros. Los utilizaban como
cobayas humanas para buscar curas a enfermedades infecciosas. Contagiaban a propósito
a reclusos con enfermedades como el paludismo o la tuberculosis para probar medicinas
o les inducían a congelamientos con los que pretendían averiguar la mínima
carga calórica que es capaz de soportar el cuerpo humano antes de fallecer…
Uno de los experimentos que se explicaba en el museo del
recinto, consistía en ver cómo reacciona el cuerpo humano ante una repentina
descompresión (que ellos pretendían utilizar de cara a posibles accidentes de aviación
de los pilotos alemanes). Las fotografías que allí se mostraban encogían el
alma.
Salimos del museo, que antiguamente era el edificio de la
interdencia, sobrecogidas…
Pero todavía quedaba mucho por ver: el búnker en el que
encarcelaban a los prisioneros políticos, la reconstrucción de dos de los barracones
que existían en el campo donde se muestran las pésimas condiciones en las que se
recluía a la gente, las torres de vigilancia y alambrados que rodeaban el campo,
la cámara de gas (aunque en éste campo no llegó a utilizarse para asesinar en
masa a la gente), los hornos crematorios (en Dachau llegaron a existir cuatro)...
La zona que se ha reconstruido del campo y que hoy en día se
puede visitar parece grande, pero las instalaciones que existían antiguamente lo
eran mucho más ya que, donde hoy en día se encuentran las oficinas de la
policía nacional, en la época nazi se hallaban las viviendas de las SS y la
antigua fábrica (a la que muchos reclusos debían acudir a trabajar).
Cuando se reabrió al público el Campo de Concentración se construyó
también una serie de capillas de diferentes religiones y memoriales para
recordar a todos aquellos que fueron apresados, maltratados y/o asesinados sin
motivo alguno.
Aunque las instalaciones originales fueron completamente destruidas
y lo que se muestra en la actualidad sea una reconstrucción, se trata de un
lugar del que nadie, con algo de humanidad, sale indiferente…
Visita de la localidad de Dachau y su Palacio
Después de esta dura visita decidimos acercamos al palacio
que también existe en la localidad de Dachau. Teníamos la entrada incluida en
el pase de los castillos bávaros (ver post de Preparativos) y queríamos darle un último uso.
Desde el año 1182 hasta 1815 la ciudad de Dachau perteneció
a la familia real Wittelsbach (de la que ya habíamos oído hablar el día
anterior en Munich). Así, en torno al año 1200 se ordenó la construcción de una
fortaleza sobre la colina Giglberg, que fue utilizada por los duques sucesores.
Desafortunadamente en 1403 fue destruida y reemplazada durante los años 1546 - 1573
por un Palacio Renacentista con un bonito jardín, que se convirtió en la
principal residencia de verano de los príncipes de Baviera.
Hoy en día el Palacio acoge exhibiciones de cuadros de artistas
de la localidad; quizás por eso, pudimos entrar de forma gratuita.
Una vez visto, bajamos al centro de la población para dar un
paseo a pie (me resultó una ciudad con encanto) mientras buscábamos un lugar en
el que comer. Terminamos en un restaurante griego donde, todo hay que decirlo,
nos pusimos las botas…
Por la tarde, continuaríamos nuestras visitas… pero eso
mejor os lo cuento en otra entrada.
Tengo que tomar buena nota, porque es un viaje pendiente que tengo que hacer pronto. Muy buena entrada. Un saludo.
ResponderEliminarCarmen
De acuerdo Carmen, una muy buena entrada.
EliminarQué bien me viene toda la información que das, en la próxima visita a Alemania quiero pasarme por Dachau, ya que vuelo a Munich y me pilla más o menos bien.
ResponderEliminarMe parecen unas cifras, unos datos y una historia absolutamente escalofriantes :( Aún así, una parte de la historia que conocer y no repetir nunca.
Un abrazo!
Interesantísima entrada Helena, a la que prometo darle uso pronto, pues a partir de Semana Santa ponen vuelos a Munich directos desde Zaragoza, así que ya no hay excusa!! jeje Saludos
ResponderEliminarCuando visitamos el campo de concentración, se nos hizo tarde para visitar el palacio de Dachau. Es bonito!!
ResponderEliminarDachau impresiona mucho! Y es totalmente recomendable utilizar al menos la audioguía! Nosotros también las cogimos, pero no me suena que hubiera guías en español..
estupenda guía de los alrededores de Munich, yo tuve poco tiempo y me dediqué nada más a la capital, pero cuando vuelva visitaré Dachau. El Arena lo vimos de noche y era chulo cuando cambiaba de color. Un saludito.
ResponderEliminarPronto nos vamos a resarcir de nuestro intento de visitar Munich abortado en el último momento. Como dice xipo en primavera tendremos vuelos directos desde Zaragoza y esta espina clavada desaparecerá.
ResponderEliminarMuy buena entrada, como siempre con datos muy útiles para el viajero.
Un beso
Acabo de leer ahora mismo otro post sobre Dachau de Donde me lleven mis pasos y voy a decir lo mismo. Para mi fue una de las visitas más duras que he hecho nunca. Tuve que pararme a tomar aire nada más entrar y tuve que salir corriendo de las cámaras de gas y me puse a llorar. Es algo horrible, pero está bien que se pueda visitar para que nunca nos olvidemos de lo que ha pasado allí.
ResponderEliminarme tira más el campo de concentración, que debe ser acojonante su visita. Si vuelvo por allí tengo que ir a visitarlo y si sobra tiempo al allianz.... un abrazo
ResponderEliminarHelena, cómo me ha quedado el cuerpo al ver las fotos del campo de concentración de Dachau.
ResponderEliminarCuando lo visité me impactó mucho. Una visita difícil de olvidar.
Un saludo
¡Hola a todos!
ResponderEliminar- Carmen, la verdad es que hicimos un buen recorrido por la zona aunque, como siempre pasa, nos quedamos con ganas de ver más sitios ;)
- Muchas gracias, Your Passport Where Your Heart Wants To Go
- Arantxa, si vas hazte con una audioguía o visita guiada... es espeluznante oír todo lo que te van relatando. Sin duda, para no repetir
- Xipo, veo que te plantas allí rápidamente entonces
- Mari Carmen, sí... creo recordar que era en español (o es que tú estabas practicando lenguas... jejeje).
El Palacio es chulo, pero después de todos los que habíamos visto como que se nos quedó pequeño, jejeje
- Calíope, hubiera estado bien ver el Allianz de noche... pero el día anterior acabé para el arrastre de tanto andar. A Dachau le tenía ganas pues era el primer campo de concentración que visitaba
- Libreta Viajera, otra que hace la maleta en menos que canta un gallo,jejeje. Estoy segura de que volveréis por la zona... Ya me contarás cuándo
- Artabria, da reparo entrar en las cámaras de gas, ¿eh? Sin duda creo que es una visita muy instructiva, para no olvidar.
- Fran, una visita muy recomendable el campo... y más teniendo en cuenta que éste fue el primero que se construyó. Los relatos de la audioguía son estremecedores. Para no olvidar.
- Víctor, desde luego... yo tengo algunas fotografías aún grabadas en la cabeza
Saludos a todos y muchas gracias por vuestros comentarios :hello: