El segundo día de estancia en
Berlín nos tomamos las cosas con un poquito más de calma que el primero en el
que prácticamente vimos todos los “must” en un ambicioso recorrido a pie. Este
día lo dedicaríamos principalmente a visitar la cúpula del Parlamento, el
Tiergarten y sus alrededores, la parte de muro que queda intacta en el East Side y el barrio de Nikolaiviertel.
Así, temprano por la mañana
pusimos marcha hacia el Parlamento, donde habíamos reservado visita a la cúpula
a las 9:00 h. Recordad que para visitar el Parlamento se han de pedir las
entradas con antelación (os remito al capítulo de Preparativos) y cuando
nosotras las pedimos o no quedaban o no se podía visitar el interior.
Visita al Reichstag, sede del Parlamento Alemán – [ 2 ]
Había visto fotos únicamente de
la cúpula actual del Reichstag, así que cuando llegamos a su puerta y me
encontré con un edificio de estilo clásico, me sorprendí. Pero lo cierto es que
tiene mucha historia a sus espaldas, pues fue construido entre los años 1841 y
1912 en base a un proyecto de Paul Wallot.
Al principio de su vida albergó las
fuerzas políticas alemanas hasta que, al acabar la I Guerra Mundial, obreros y
soldados ocuparon el edificio, declarando la República de Weimar y creando la
constitución de 1919. En época nazi (concretamente en 1933), el edificio sufrió
un “misterioso” incendio que deterioró enormemente su estado y, más tarde, con
la II Guerra Mundial, el edificio quedó completamente en ruinas. En los años 50 se demolió por completo la
antigua cúpula y se realizó una pequeña reconstrucción del cuerpo principal del
edificio.
Pero no fue hasta la
reunificación alemana cuando el edificio recobró su importancia y el arquitecto
Norman Foster resultó adjudicatario del diseño de la edificación que hoy en día
vemos. Aunque conservó la antiguas fachadas exteriores, rediseñó por completo
todo su interior y optó por una construcción mucho más vanguardista en cristal
y acero para la cúpula.
La visita a la cúpula del Parlamento:
Tras atravesar un control de
seguridad en una caseta a la entrada, seguimos al guía que nos daría paso a la
terraza a través de un ascensor y allí mismo tomamos una audioguía (en español)
que nos iría narrando la visita conforme íbamos avanzando.
La cúpula de cristal se encuentra
situada sobre la Sala de Plenos del Parlamento tratando de representar que
desde la parte superior, el pueblo puede ver cómo los asuntos de Estado son
llevados con transparencia y claridad.
En la base de la cúpula una serie
de fotografías ilustran los momentos más importantes vividos por el edificio,
después una rampa nos permite acceder a la parte superior de la cúpula desde la
que nuestra audioguía nos irá explicando todas las vistas o lugares importantes
de la ciudad, además de la historia del edificio y los detalles de sus
elementos constructivos.
Fue una visita bastante interesante
en la que empleamos en torno a una hora y cuarto o y media.
Al salir del Parlamento, tomamos
el autobús 101 para adentrarnos en el Tiergarten y visitar la famosa Columna de
la Victoria.
Columna de la victoria – [ 3 ]
Este monumento se comenzó a
construir por Heinrich Strack en 1864 para conmemorar la victoria de Prusia (en
alianza con el Imperio austríaco) contra Dinamarca en la Guerra de los Ducados.
Tras 10 años de construcción, Prusia había obtenido otras dos nuevas victorias
contra el Imperio Austriaco y contra el Imperio de Napoleón III, por lo que la
columna pasó a conmemorarlas también. Por este motivo se creó con tres
segmentos y se coronó con una escultura de bronce. Más tarde, durante el Tercer
Reich, la Columna se alargó con un cuarto tambor, que le hizo alcanzar los 67
metros de altura.
Aunque inicialmente fue levantada
frente al Parlamento, en la Königsplatz (ahora la Plaza de la República), en
1938 la columna se trasladó al centro del parque Tiergarten, para permitir la
remodelación de la ciudad.
Tras los daños que sufrió durante
la Guerra, la Columna de la Victoria se restauró a mediados de los 80.
La escultura de bronce, realizada
por Friedrich Drake, con sus 8,3 metros de altura y sus 35 toneladas de peso,
representa a Victoria con una corona de laurel.
Nosotras subimos a la plataforma
panorámica de la columna pues había leído que las vistas eran bastante bonitas,
sin embargo la meteorología no nos sonrió esta vez y apenas pudimos ver la
silueta de la ciudad dibujada en el horizonte.
Tiergarten – [ 3 ]
Al bajar de la columna seguimos
nuestra ruta a pie, dando un paseo por el Tiergarten, el gran parque y pulmón
verde de la ciudad.
Como suele ocurrir, este parque
fue un antiguo coto de caza que, a finales del siglo XVII fue transformado en “parque de ocio”. Con los años el parque fue
sufriendo diversas remodelaciones, aunque la más acusada fue llevada a cabo por
Peter Joseph Lenné, que le hizo adoptar el modelo inglés.
Hoy en día el parque es lugar de
paseo, de picnics, de relax… aunque, como cualquier en parque, leí que no es
una zona muy recomendable al anochecer.
Pero nosotras teníamos la mente ya
en otro lugar, y poco a poco dejamos el parque atrás para adentrarnos de nuevo
en el bullicio de la ciudad.
La Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm y el zoo de Berlín – [ 4 ]
Pasamos frente a la puerta del
zoo para dirigirnos a la Iglesia neorrománica Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche. Según
dicen, la iglesia en sí no tuvo especial importancia hasta que quedó destrozada
por los bombardeos de la II Guerra Mundial. Así, cuando en 1950 se planteó demolerla,
los ciudadanos se negaron y se tomó la decisión de crear un monumento
conmemorativo con los restos de la iglesia.
Su aspecto viejo y ennegrecido logra
alcanzar su objetivo: recordarnos a todos la insensatez de la guerra. En el
interior, una pequeña exposición muestra algunas fotos de la época en la que la
iglesia quedó destrozada por los bombardeos y una serie de mosaicos (restaurados)
de los emperadores alemanes.
Frente a la iglesia se construyó
una moderna capilla (llamada Iglesia Nueva) y en la parte trasera de la
iglesia, un edificio octogonal se construyó como campanario en 1960, que actualmente
alberga una tienda de suvenires.
Tras dar un pequeño paseo por la
calle Kurfürstendamm, una de las más importantes de la ciudad, cogimos de nuevo
el metro para ver por dentro la Sinagoga, que se nos había resistido el día
anterior.
La Nueva Sinagoga de Berlín - [ 5 ]
Esta vez sí que la pillamos
abierta y pudimos ver la exposición permanente que allí se muestra: documentos
y diversas piezas que quieren dar idea de cómo era vida judía de Berlín en el
pasado.
A mí personalmente no me dijo
mucho este museo, aunque tenía curiosidad por ver cómo era el interior del
edificio, me pareció una entrada cara para lo pobre de la exposición.
La zona estaba plagada de
restaurantes, así que aprovechamos para comer por las cercanías.
Después decidimos acercarnos a
ver si podíamos hacer un tour por el subsuelo de la ciudad con Berliner
Underwelten.
Berliner Unterwelten - [ 6 ]
Existen varios recorridos en los
que un guía de la empresa Berliner Underwelten, acompaña a los visitantes a través
de alguno de los más de 100 búnkeres que aún existen en las entrañas de la capital alemana. Y es que, cuando
comenzó el declive alemán en la II Guerra Mundial, Hitler mandó construir búnkeres
en sus principales ciudades, especialmente en Berlín (donde llegaron a existir
más de 1.000).
La empresa ofrece tours en varios
idiomas (incluido el español), pero no admite reservas de antemano ni compras
anticipadas. Cuando nosotras llegamos sólo iban a hacer un tour en alemán que
estaba ya completo y el día siguiente nos comentaron que cerraban, por lo que
nos quedamos con las ganas de hacer alguno de esos recorridos bajo tierra.
Quizás (si no hubiéramos tenido la reserva en el parlamento) lo mejor hubiera
sido acercarse a primera hora de la mañana.
En fin, no hubo suerte, por lo
que pusimos rumbo a otro punto de interés: la zona del East Side.
El muro de Berlín en el East Side Gallery - [ 7 ]
Los restos del muro son ya una parte
más de la ciudad y los pudimos encontrar en diversos lugares durante los días
que estuvimos, pero es en el East Side, en la calle Mühlenstraße, donde se
conserva el mayor tramo de Muro de Berlín (con 1,3 kilómetros).
Allí podemos decir que se
encuentra la mayor galería de arte al aire libre del mundo (East Side Gallery).
Cientos de graffitis de artistas de todo el mundo (de 24 países) trataron de
documentar el cambio producido tras la caída del Muro de Berlín, sus protestas
y mensajes de esperanza por un futuro libre y mejor.
Y aunque a lo largo del muro,
encontraremos obras que nos gustarán, son especialmente famosas las pinturas
del líder ruso Leonid Brezhnev besando al líder de la República Democrática
Alemana, Erich Honecker, o la imagen de un Trabant (el coche utilizado en la
alemania oriental) atravesando el muro.
En las cercanías del muro pudimos
ver el estadio O2 World y el Oberbaumbrücke, un bonito puente del siglo XIX, que
fue utilizado como uno de los 8 pasos fronterizos que existían en la ciudad
durante la vigencia del muro.
Tras recorrer la zona tomamos de
nuevo el metro y nos dirigimos a Alexander Platz. El día anterior no habíamos
terminado de recorrer bien sus alrededores y éstos se iban a convertir en la
mejor sorpresa del viaje.
Desde la plaza fuimos callejeando
para ver algunos edificios curiosos como la Franziskaner KlosterKirche (una
iglesia del siglo XIII que muestra claramente las cicatrices de la guerra), la
Parochial-kirche, algunos edificios municipales como el Altes Stadhaus dotado
de una poderosa torre o el propio ayuntamiento… pero la sorpresa vendría
después, al adentrarnos en el pequeño barrio de Nicolás.
Nikolaiviertel - [ 8 ]
Entre el río Spree y el rojo ayuntamiento
se encuentra esta zona residencial, que resulta ser la más antigua de Berlín.
Es un lugar con mucho encanto, con calles peatonales medievales (dotadas de
numerosos restaurantes y pequeñas tiendas) que contrasta con el resto de la
ciudad.
La zona empezó a poblarse
alrededor del año 1200 cuando se terminó la Iglesia de San Nicolás. Así se
crearon dos zonas diferenciadas: Berlín, situada al este del río Spree, y
Cölln, (algo menor) situada justo enfrente, en la orilla occidental.
Hasta la Segunda Guerra Mundial,
el barrio se caracterizaba por sus tiendas, fincas y talleres de artesanía, pero
en 1944 quedó prácticamente destruido por las bombas. Durante mucho tiempo la
zona permaneció abandonada y llena de escombros, pero entre los años 1981 y
1987 una profunda reconstrucción se llevó a cabo bajo la dirección del
arquitecto Günter Stahn, que, siguiendo los modelos históricos, intentó
levantar las casas y calles de la manera más exacta como le fue posible. Así, hoy
en día, en estas calles aún podemos ver una pincelada de lo que fue el antiguo
Berlín.
Allí podemos intuir cómo fueron algunos
de los edificios más antiguos Berlín ya que muchas de estas reconstrucciones se
abren para nosotros en forma de museos:
- Nikolaikirche es la iglesia más antigua de la ciudad en la que aún se pueden ver los cimientos originales, aunque ha sido remodelada varias veces con el paso de los años. Hoy en día ofrece explicaciones acerca a la historia de la iglesia y de sus reconstrucciones
- El knoblauchhaus, un edificio barroco (del 1760) que, expone objetos y mobiliario de los Knoblauch, una adinerada familia de la época que se dedicaba al comercio con telas
- El Ephraim-Palais, un palacio barroco del siglo XVIII convertido en museo con exhibiciones sobre la historia del arte y la cultura en Berlín
- Zille Museum: que muestra las satíricas obras de Heinrich Zille, representando el ambiente del Berlín del siglo XIX
- Hanfmuseum o museo del cáñamo: que explica desde su proceso de producción hasta los usos medicinales,…
Mientras caminábamos por el
barrio se nos hizo de noche, así que regresamos a la zona del hotel para cenar
en un italiano cercano (lo más barato y bueno que hemos encontrado jamás) y nos
fuimos a dormir. Ya sólo nos quedaba medio día en la ciudad.
Me viene genial!! Voy tomando notas para nuestra escapada ;)
ResponderEliminarUn saludo
Que bueno, tengo que volver ya hace unos años estuve, y me quedaron muchas cosas por ver. No dejes de ir museo de tecnologia, es fantastico. Un saludo Roberto
ResponderEliminarPues para querer tomaros este día con calma... no parastéis eh?
ResponderEliminarVeo que ya es posible ver la iglesia memorial. Hace un par de años estaba cubierta por andamios y me quedé decepcionada porque era una de las pocas cosas que recordaba de mi primer viaje a Berlín cuando era pequeña, ya que la ciudad está totalmente renovada y muy viva.
Fantastica información :-D
Un abrazo
Pues nosotros no visitamos la cúpula. No sabíamos si íbamos a tener tiempo y lo dejamos "por si acaso". Cuando estuvimos por allí nos acercamos a las taquillas, pero había una buena cola y tuvimos que dejarlo para otra ocasión
ResponderEliminarMe dio rabia no poder entrar en la sinagoga porque el día que pasamos por allí estaba cerrado por ser fiesta judía..., pero ahora veo que no nos perdimos gran cosa!
ResponderEliminarPor cierto, para mí el barrio de Nicolás fue también una sorpresa agradable!
SAludos
¿Día de calma? pues tela todo lo que visteis.Por cierto con la calor que manejamos ahorrador el sur te veo tan abrigada y me dan los siete males, jajaja. Un saludito.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminar- Verónica, me alegro que te sea de interés el post. Si te puedo ayudar en algo no tienes más que decirlo ;)
- Roberto pues se nos quedó pendiente ese museo. Lo anotamos para otras ocasión que volvamos
- Libreta Viajera, la verdad es que no paramos pero, entre que la sinagoga no nos mató y que luego no pudimos hacer el tour por los bunkers parece que se nos fue el tiempo sin hacer gran cosa...
Imagino que de cuando tú fuiste de jovencica a ahora la ciudad habrá cambiado mucho. Te tiene que chocar, seguro
- Verónica, pues nada, siempre hay que dejar algo pendiente, ¿no? Ya volveréis en otra ocasión, jejeje. A mi me pareció una visita interesante, aunque no la metería dentro de las imprescindibles
- Mari Carmen, la verdad es que había leído muy poco del barrio de San Nicolás y es que parece que de golpe te metas en un cuento. ¡Me encantó!
- Calíope, ya sabes que somos de patear, jejeje (aunque en esta ocasión más bien fue todo en metro).
Aquí en Ginebra hemos pasado unos días malos de calor también, pero afortunadamente empieza a refrescar... no hay nada como dormir tapadica, jejeje.
Un saludo a todos y gracias por vuestros comentarios :hello: