Habíamos llegado la noche anterior a Pula (desde Bale), y ya nos había
dado tiempo a pegarle un primer paseo a la ciudad al anochecer pero, tratándose
de la más importante de Istria y siendo la que más restos romanos tiene, queríamos
dedicarle gran parte de la mañana, para recorrerla a fondo.
Por recordar un poco su historia… Se cree que su origen se
debe a los griegos (que se asentaron en la zona torno al siglo X a.C.) pero no
fue hasta la llegada romana (en el año 177 a.C.) que Pula prosperó. Sin
embargo, poco duró esa bonanza, pues algo más tarde los ostrogodos la
destruyeron casi por completo. Los bizantinos la hicieron resurgir de sus
cenizas entre los siglos VI y VII y poco después (en 1150) quedó bajo control
veneciano… En los años venideros continuó pasando de unas manos a otras: los
venecianos, los Habsburgo, Napoleón, la antigua Yugoslavia, hasta que
finalmente (en 1991) pasó a formar parte de Croacia.
Pero, a lo que vamos…
¿Qué visitas son imprescindible en Pula? ¿qué ruta podemos hacer por la ciudad?
Nuestra primera parada, como no podía ser menos, fue en el
icónico Anfiteatro romano (1).
Es uno de los anfiteatros mejor conservados del mundo y se
trata del sexto mayor en tamaño. Habiendo sido construido entre el 27 a.C. y el
68 d.C., en la época de Augusto y Vespasiano, es del mismo periodo que el
Coliseo de Roma. Fue construido para
acoger luchas de gladiadores, de ahí que todavía hoy se le conozca como Arena,
y tenía un aforo de hasta 23.000 personas.
Sus muros se levantan hasta algo más de 32m, teniendo sobre
ellos un acueducto que recogía el agua de lluvia. También pueden verse las
losas que sostenían las carpas con las que se protegía a los espectadores del
sol.
Cuando nosotras lo visitamos estaban instalando un escenario
ya que en verano se celebran conciertos y proyecciones de cine en su interior
(el conocido como Festival de cine de Pula).
En la cámara inferior hay un pequeño museo dedicado al
cultivo de la oliva que, al parecer, se planta en la provincia desde épocas muy
antiguas. La exposición muestra reconstrucciones de molinos y prensas
utilizados para la producción del aceite de oliva y del vino y de ánforas de
almacenaje.
Cuando acabamos de ver el Museo salimos del anfiteatro, que se
situaba extramuros de la ciudad, para dirigirnos hacia su casco antiguo caminando
por la Vía Flavia, construida también durante el mandato de Vespasiano.
En la Edad Media, la ciudad estaba rodeada por unas potentes
murallas que llegaron a tener hasta diez puertas de entrada. En el siglo XIX,
se decidió derrumbarlas pues coartaban el crecimiento de la ciudad. Tan sólo quedó
en pie un pequeño fragmento situado entre las conocidas como puertas gemelas (8) (llamadas
así por sus dos arcos).
Cerca de ellas se encuentra la Puerta de Hércules (7), con una
talla del mítico héroe en lo alto del arco. Aunque lo más destacado de ella es la
inscripción que, aunque deteriorada, contiene los nombres de los funcionarios (Lucius
Calpurnius Piso y Gaius Cassius Longinus), a los que el senado de Roma les
había encargado la misión de crear una colonia en Pula, por lo que se puede datar
el año de fundación de la ciudad entre el 47 y el 44 a.C. Éste es el monumento
romano más antiguo de la ciudad.
Volviendo a la antigua Vía Flavia, llegamos a la Catedral de
la Asunción de la Virgen María (2) (del año 1640), que se levanta sobre lo que eran
unas antiguas catacumbas. En el año 1885 fue destruido un baptisterio del siglo
V que había junto a ella, aunque aún se conserva un campanario del siglo XVII que
se construyó utilizando bloques del anfiteatro.
Continuamos caminando hasta llegar a lo que era el antiguo Foro
de la ciudad en el que se encuentra el Templo dedicado al emperador Augusto (3).
El templo fue construido entre el 2 a.C. y el 14 d.C, siendo
el único resto visible del antiguo foro romano (que antaño debía tener otros
templos y edificios públicos). Tras la época romana su uso ha variado mucho
pasando a ser también iglesia e incluso un granero pero, desde principios del siglo
XIX, es un Museo Arqueológico. Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial (1944)
lo destruyeron por completo, aunque fue reconstruido entre los años 1945 y 1947
y en su interior podemos ver algunos relieves y esculturas en piedra.
A su lado existía un templo en el mismo estilo, del que solo
pervive su pared trasera, que estaba dedicado a Diana y sobre la que se
construyó el Palacio Comunal (4), la sede del gobierno municipal, función con la
que continúa hoy en día al acoger la alcaldía de la ciudad. Una inscripción en
su fachada señala la fecha de su primera reconstrucción en 1296.
Desde la plaza del antiguo foro nos dirigimos hacia a ver un
mosaico de una casa romana que salió a la luz durante los bombardeos de la
Segunda Guerra Mundial, el del castigo de Dirce (13). Y es que su escena central representa a Aphion y Zeus atando a Dirce a un toro como
castigo por su envidia y crueldad con su madre Antiope. El resto del mosaico está
formado por patrones geométricos. Se cree que el mosaico data
del siglo III.
Cerca del lugar en el que se encuentra el mosaico nos topamos
con la Capilla de Santa María Formosa (5), una de las dos capillas construidas en
el siglo VI como parte de una abadía benedictina demolida en el siglo XVI.
Y desde allí emprendimos la subida hacia la calle circular
superior pasando por la Iglesia y Monasterio de San Francisco (15). La iglesia fue
construida en 1314 en estilo románico tardío. Un imponente edificio de sólidos
muros, pero muy simple, como era propio de la orden franciscana.
Seguimos ascendiendo hacia el Castillo de Pula (9), situado a 32,4
m sobre el mar. La fortaleza fue construida en 1630 por los venecianos en forma
de estrella y dotada con cuatro bastiones para proteger la ciudad y su puerto, que
estaba situada en un importante enclave para el comercio marítimo del Adriático
norte.
El castillo alberga desde 1961 el museo histórico de Istria
que está dividido en tres secciones que tratan de la historia de Pula, de la historia
medieval de Istria y de la historia moderna de Istria. Con una colección de fotografías,
maquinaria naval, uniformes militares, monedas, documentos diversos…
Después de hacer una pequeña visita al museo nos asomamos
por los diversos miradores del antiguo fuerte descubriendo en una de sus
laderas las ruinas de un pequeño teatro romano. Al parecer Pula tuvo dos
teatros durante el período romano (además de la Arena). El más grande (que no ha
pervivido hasta nuestros días), estaba situado fuera de la ciudad en la ladera
del Monte Zaro, al sur de las murallas. El otro conocido como “el teatro romano
pequeño” (12) estaba situado intramuros. Se han reconstruido algunas partes. Junto a
este teatro encontramos el edificio del gimnasio real alemán, reconvertido desde
1930 en el museo arqueológico de Istria.
No quisimos acercarnos de nuevo al Arco del Triunfo de los
Sergios (6), que ya lo habíamos visto la noche anterior. Ésta era otra de las
puertas de entrada a la ciudad, que actualmente da a una concurrida zona
peatonal, y también se la conoce como Puerta de Oro por el dorado de sus
decoraciones. El arco se construyó entre los años 29 y 27 a.C. por la familia
de los Sergios, que fue una importante familia de la región.
Tras haber dado un paseo y haber recorrido los principales
puntos de interés de la ciudad, pusimos punto final a esta visita que nos dejó
como a mitad… quizás teníamos las expectativas muy altas. Si hoy tuviera que
elegir de nuevo dónde dormir, creo que nos hubiéramos quedado mejor en Rovinj,
que nos gustó más. Así, a media mañana
pusimos rumbo hacia Vodnjan.
Qué maravilla! Qué ganas le tengo a Croacia y esto no lo conocía
ResponderEliminarArtabria, ya lo estás añadiendo a la lista, jejejeje ;)
EliminarUn saludote y gracias por pasar por aquí.