Empezaba nuestro último día en la ciudad eterna. Hoy tocaba día de ruinas (con lo que nos gustan a nosotras….). A la 13:00 h teníamos que estar en el interior del Coliseo pues comenzaba la visita guiada a los subterráneos y el tercer nivel, así que pensábamos dedicar la mañana a la zona del Campidoglio y el Foro.
La plaza del Campidoglio:
Tras desayunar en el apartamento, salimos caminando hacia la plaza del Campidoglio, que estaba a escasos 5 minutos. Ésta colina era en la antigüedad la zona sagrada de la ciudad pues en ella se encontraba el templo de Júpiter (cuyos cimentos aún se pueden admirar desde el interior de los Museos Capitolinos). Al igual que sucedía en Ostia, de ella partían las principales vías de la ciudad. Era la zona cero de la ciudad. Con el paso del tiempo, en la Edad Media , el área se convirtió en la sede del gobierno municipal, de hecho, el Ayuntamiento aún se encuentra allí, en el palacio Senatorio.
Conforme llegábamos a la plaza nos sorprendió en el lateral del monumento a Vittorio Emmanuelle, los restos de una construcción que, según leímos, se trata de una de las pocas “Insulas” (apartamentos de la época imperial) que sobrevive en el casco de Roma.
Lo que sí recordaba a la perfección era la escalinata de subida hacia la Plaza del Campidoglio, conocida como Cordonata y que debemos a Miguel Ángel. En la parte superior, Castor y Pollux, los famosos gemelos nos animaban a subir.
¡Ay! Cómo hemos cambiado...
Una estatua de un político de la Italia del siglo XIV se levanta en el lugar en el que fue asesinado por el pueblo, aproximadamente, a la mitad de la rampa de ascenso. Cola di Rienzo, fue un hombre que consiguió hacerse con el poder municipal durante el exhilio de los Papas a Aviñón… pero que finalmente perdió el beneplácito del pueblo por sus formas dictatoriales, el continuo aumento de impuestos y las fastuosas fiestas personales… (¿a qué me suena esto en Italia?)
En la cima el emperador Marco Aurelio nos recibía a caballo, aunque en realidad la escultura es una copia de otra que se muestra en el interior de los museos capitolinos.
Dudamos un momento si entrar o no a los museos, pero teníamos mucho que ver por la mañana y decidimos dejarlo por si por la tarde nos apetecía volver.
En la parte de atrás de la plaza existe un punto desde el que hay unas preciosas vistas del foro y fue a dónde se encaminaron nuestros pasos.
Pero nos dirigíamos a los foros imperiales, por lo que retrocedimos de nuevo hasta la plaza y tomamos la calle que nos conducía a la Avenida de los Foros Imperiales. De camino, otra famosa estatua (aunque también copia a escala): la loba capitolina, el símbolo de Roma por excelencia. Y es que la leyenda cuenta que la ciudad fue fundada en el año 753 a .C. por Rómulo y Remo, dos hermanos que fueron abandonados de niños y criados por esta loba. Los dos hermanos se propusieron crear su propia ciudad a orillas del río Tiber, sin embargo su falta de acuerdo sobre quién la gobernaría acabaría en tragedia pues Remo fue asesinado por Rómulo, de cuyo nombre proviene el de Roma.
Desde un jardín anexo se obtenían unas bonitas vistas del foro y de los foros imperiales, a los que nosotras nos dirigíamos.
Aunque antes hicimos una parada en la Cárcel Marmertina , un lugar donde eran arrojados los condenados a muerte en época romana. Se dice que en ella murió Vercingetorix, después de ser exhibido en un desfile triunfal que celebró la victoria de Julio César en las Galias.
Los foros imperiales:
Al igual que sucedía en Grecia con el Ágora, desde el comienzo de la república romana, el foro era el centro del comercio, del gobierno y de la cultura. Allí, junto a tribunales de justicia y bibliotecas, se elevaban templos dedicados a dioses como Saturno o Vesta. Pero cuando Roma creció hasta convertirse en la capital del mundo el Foro se había quedado pequeño para la ciudad, que tenía que administrar los territorios conquistados. Julio César decidió agrandarlo, construyendo uno nuevo, conocido como el Foro de César. Más tarde Augusto, el primer emperador, construyó otro, y lo mismo hicieron Vespasiano, Nerva y Trajano, siendo el de Trajano el más espectacular de todos ellos.
Y es que es curiosa la historia de nuestro paisano Trajano. Hasta el año 98 el emperador siempre había sido italiano, pero las victorias en el campo de batalla del general español Trajano, captaron la atención de un ya envejecido Nerva, que al carecer de descendencia adoptó a Trajano como hijo y sucesor. Durante sus primeros años de mandato se concentró en la conquista de la Dacia (actuales Rumania y Hungria) de la que regreso una década después con las arcas llenas de dinero, que empleó en la construcción de un nuevo espacio público que aliviara la congestión del distrito del centro.
El diseño del foro recayó en manos de otro extranjero, el griego Apolodoro de Damasco, que hizo excavar gran parte de la colina Quirinal adyacente al antiguo foro, para poder disponer de un terreno donde construir en el centro de Roma; excavando todo con pico y pala…
El producto final veía la luz en el año 112. Con bibliotecas y estatuas colosales de mármol, una enorme plaza central y una basílica de dos plantas donde se hacían las leyes y procesaban las demandas, la élite de la ciudad tenía un paraíso de lujos al alcance de la mano, pero también la plebe encontraba su lugar en el enorme complejo conocido como el Mercado de Trajano. Apolodoro apuntaló la sección del acantilado que había dejado en la colina adosándole un enorme centro comercial de 6 plantas de altura. Aún hoy se aprecia la forma de hemiciclo de los 3 primeros niveles.
Y aunque el foro fue reducido a escombros por un terremoto en el siglo IX (tras 700 años de vida) la pieza central, la columna de mármol de
Toda esta área arqueológica salió a la luz en 1924, cuando Mussolini emprendió la construcción de la actual Avenida de los Foros Imperiales. Hasta entonces, los Foros Imperiales quedaban ocultos por un entramado de casas medievales y renacentistas.
Nosotras nos limitamos a ver las ruinas desde la Avenida de los Foros Imperiales, ya que la Via Alessandrina se encontraba cerrada.
Odisea para entrar al Foro y Palatino:
Como llevábamos la entrada del coliseo comprada y ésta incluye la visita de Foro y Palatino, al finalizar la vista de los mercados imperiales decidimos entrar al Foro. Yo pensaba que la entrada, comprada por teléfono, la podrían validar independientemente en Foro o Coliseo, pero se ve que allí todavía viven en la Edad Antigua y de informática, redes y facilitar la vida al turista, poco.
Había una pequeña cola en la entrada al Foro, que religiosamente hicimos. Al llegar a taquilla y comentarle a la señora, que teníamos la entrada de la visita a los subterráneos del coliseo y que ésta valía para el foro también, nos dijo que había que teníamos que ir a la taquilla del Coliseo para que nos dieran la entrada y con ella podríamos pasar por el torno para acceder a las ruinas…
Así que, al Coliseo que nos vamos… Aunque la cola que había para recoger las entradas pre-compradas no era la inhumana cola que había para el resto de gente… También había que guardar turno para recogerlas; para colmo, nos equivocamos de taquilla y nos tocó cambiarnos de nuevo al llegar a la taquilla… nueva cola… peleas con un italiano caradura que se quería pasar de su fila a la nuestra, por delante nuestra, claro está… pero, ¡con buenas han topado! No suelo tener mucho carácter, pero cuando me tocan las narices, salto como el que más… Ahí nos ves, aquel que se le veían las intenciones, que al llegar nuestro turno se quería meter delante, así que Cintia le puso el brazo de barrera… No se qué nos venía a decir, pero le replicamos que él hiciera la cola en la que estaba que nosotras ya habíamos hecho la nuestra… Continuó insultando en italiano… y yo le decía, dándome palmadas en la cara, que lo que tenía era mucho morro, como nos decía mi profesor de inglés: too-morrow!!!
Bueno, inconvenientes aparte, tras 45 minutos que perdimos innecesariamente retornamos al foro. Sacamos la audioguía que llevábamos en el e-book de Cintia y a disfrutar de las amplias explicaciones que de las ruinas y los templos nos detallaba.
Hoy queda muy poco en pie de todo lo que aquello fue, y el principal atractivo es poder sentirte parte de la historia caminando por los lugares en los que efectivamente tuvo lugar: los dos arcos de triunfo (de Tito y de Septimo Severo), las basílicas de Julia y Emilia, la curia (donde solía reunirse el senado), la Tribuna de Oradores (donde se expusieron las manos y cabeza de Cicerón), el Templo de Julio César (que aún conserva el altar donde fue incinerado su cuerpo y que incluso hoy en día suele estar adornado con flores), la Casa de las Vestales (las antiguas sacerdotisas romanas)... todos ellos, evocan a una época pasada.
Sin embargo, con la cantidad de tiempo que habíamos perdido para que nos dieran la entrada, apenas nos dio tiempo a hacer una visita de 30 minutos al Palatino. Sin audioguía, nos dejamos llevar por nuestro caminar entre las ruinas: pasamos frente al estadio, la casa de Livia, la casa de Augusto (con una enorme y lenta cola)…Una pena no haber tenido más tiempo para visitarlo en profundidad.
Cuanta piedra por Roma, aunque interesante. Habrá que ir a verlo todo un dia de estos
ResponderEliminarRoma me decepcionó un poco (demasiadas expectativas, quizás), pero tampoco ayudó verla en un día, así que tendré que volver con más tiempo para ver tanta maravilla :-)
ResponderEliminar¿Qué tendrá Roma que siempre tienes ganas de volver?
ResponderEliminarLa plaza del Campidoglio con su escalinata es una maravilla, una de las que más me gustan de la ciudad.
Un abrazo
Machbel, este es el día que mas me gusto de la visita a roma... Todo es animarse a ir! Un saludo
ResponderEliminarArtabria, a mi hay sitios que me han gustado más que roma... Pero también tiene su aquel. A lo mejor te pasó con la ciudad lo mismo que a
mí con el Vaticano, que la situación no ayudaba..
MTTJ, en campidoglio es una de las típicas postales de roma. Una plaza preciosa y monumental.
Un saludo a todos :D
Joder Helena, yo estuve en Roma hace más de 20 años (qué barbaridad) y era demasiado joven para apreciar nada. Mis principales recuerdos son, por este orden:
ResponderEliminarEl terror que me inspiró un paso de peatones frente al coliseo
El calor extremo
El aburrimiento en los museos vaticanos a causa del amontonamiento de obras de arte
La indignación al comprobar que habían sustituido al emperador romano por una estatua de San Pedro en lo alto de la columna trajana (creo)
Me parece que debería darle otra oportunidad a Roma...
Hola Helena!
ResponderEliminarLa bronca con los de la cola, ¡no me extraña!
Cuando estuve yo, los que estaban disfrazados de romanos, no hacían mas que chillar a los que estaban sacando fotos al coliseo (¡y no a ellos!)...me parece que las broncas están a la orden del día en el Coliseo! jejej.
=)
Hola Helena,
ResponderEliminarSi cada vez que leo los post sobre Roma, me doy cuenta de que me dejé muchas cosas en el tintero...vaya !! voy a tener que volver a la ciudad eterna.
Lástima, el tiempo que perdísteis de cola en cola, a veces cuando viajas pasan circunstancias que no dependen de uno y que te trastocan un poco los planes.
Un saludo.
Hola chicos!
ResponderEliminarOscar, mi anterior paso por roma fue hace 14 años (se nota en las fotos, no?) y también recordaba el caótico trafico, que ahora no me ha parecido tan malo, y andar muchísimo... Las cosas con los años se ven de distinta forma! Un saludo.
Non gogoa, han zangoa, ahora cuando fuimos nosotras, entre tanta gente, los centuriones esos, pasaban casi desapercibidos.. Tener broncas en las multitudes está a la orden del día..
Víctor, me alegro de descubrirte nuevos rincones para una nueva visita. Lo de la entrada, en ese momento, me dio rabia porque pudiendo dar una entrada por internet no entiendo por qué se hacen difíciles las cosas sencillas.. Pero bueno, la visita al coliseo compenso los inconvenientes.
Por cierto, que tal por noruega? Me lo puedo imaginar. Dentro de nada a seguir las entradas en el blog.
Un saludo a todos y gracias por vuestros comentarios!
La verdad que os dio tiempo a ver bastantes cosas en este día, hasta tiene doble entrada el día cuatro XD
ResponderEliminarMenudo caradura el italiano, colándose por todo el morro...
Voy a verme la última entrada y ya me pongo al día jeje
Saludos!!!
¡Hola José Carlos!
ResponderEliminarSí, lo hice en dos entradas porque lo veía demasiado tostón para meter todo en una, sobre todo por la visita del Coliseo, que quería explicarla bien ya que fue muy interesante.
Tuvimos varios caraduras en el viaje: en el Castillo de Sant Angelo una pareja también entró sin pagar y colándose. La gente le echa un morro a las cosas que no veas... Yo no tengo ese carácter.
Un saludo
Hola Helena! Que maravillosa cronica y excelentes fotografias... Se ve que has pasado unos dias espectaculares en Roma, me alegro por ti. Yo estuve alli el año pasado, y este año estoy veraneando en algunos hoteles en bariloche, ya que me quede sin presupuesto. Que tristeza! Jaja
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