Los Lagos de Plitvice (o como los encontraréis en los carteles y señalización croata, Plitvička Jezera): un paraje natural de gran belleza formado por varios lagos, interconectados a través de cascadas y pequeños ríos que se encuentran rodeados de una densa vegetación. Esa era la visita estrella de jornada…. Y no es para menos. Habiendo sido declarados también Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es uno de los lugares indispensables en toda visita a Croacia.
En la entrada de hoy os contaré lo que dio de sí nuestra ruta por esta joya natural y os proporcionaré todos los datos prácticos necesarios para visitarla.
Los Lagos de Plitvice, ¿qué son?
Los Lagos de Plitvice se encuentran en el centro de Croacia, muy cerca de la frontera con Bosnia, conformando el parque natural más grande y antiguo de los ocho parques nacionales con los que cuenta el país. Se extiende sobre una superficie de cerca de 300 km², de los cuales tan sólo unos 8 km² son los que constituyen la zona de lagos en la que se concentra el turismo.
Con el paso de los años el agua, con una preciosa tonalidad turquesa, ha ido disolviendo las rocas formando los característicos diques de travertino que separan los lagos, hasta moldear la situación que vemos hoy en día, con 16 lagos interconectados a través de 92 cascadas tobáceas y ríos, rodeados de un hermoso bosque de hayas, abetos y pinos. La vida se ha ido abriendo paso a su abrigo. Así en el parque existen hasta 75 tipos diferentes de plantas protegidas, pero también peces, anfibios, mariposas, multitud de aves y otros animales algo menos comunes como el oso pardo europeo o el lince (aunque claro, con toda seguridad no los veremos en la zona turística).
Un parque en continuo movimiento, declarado Patrimonio de la UNESCO en 1979, que hoy en día recibe más de 1.200.000 visitantes al año. Su extraordinaria belleza, unida a su facilidad de acceso (debido a los distintos recorridos creados), hace que sea un lugar único al alcance de todos.
Datos prácticos para visitar los Lagos de Plitvice:
¿Cómo llegar?
En coche. Dada su ubicación, lejos de cualquier núcleo urbano o aeropuerto importante, ésta suele ser la forma más cómoda de llegar a Plitvice: en coche de alquiler. Las coordenadas de la entrada norte (o entrada 1) son N 44º 54.473 y E 15º 36.749.
Para saber qué opción nos cuadra mejor o cómo desplazarnos hasta allí en transporte público podemos utilizar páginas webs como Rome2Rio que nos proporciona las diferentes combinaciones que existen para ir desde/hasta cualquier sitio.
Aunque la compañía que lleva la mayor parte de los trayectos en autobús del país es BusCroatia y en su web podremos encontrar también las conexiones necesarias para llegar a los lagos desde ciudades como Zagreb, Zadar, Split o Dubrovnik.
¿Cuándo ir?
Dicen que cada época es diferente y que todas ellas tienen su encanto. Nosotras fuimos en verano y ver el parque con calorcito a la luz del sol no tiene precio; en primavera y otoño es más probable que llueva, mientras que en invierno las temperaturas son bastante bajas, aunque no hay que negar que las fotos del parque cubierto de nieve y con los lagos helados que podemos encontrar en internet son una auténtica maravilla.
¿Qué horarios y qué precio tiene el parque?
El parque tiene 2 entradas, y cada una de ellas cuenta con un aparcamiento de pago.
Está abierto todos los días de 8:00 a 18:00h (más información aquí) aunque conviene ir temprano para minimizar las aglomeraciones de gente que se juntan allí hacia el mediodía.
En cada entrada encontraremos una taquilla para comprar el correspondiente ticket, cuyo precio varía en función de la temporada y el número de días que queremos pasar allí (pues se puede comprar para uno o dos días, aunque a mi modo de ver, con un día es suficiente). El ticket incluye el trayecto en barco por el Lago Kozjak, el tren panorámico de regreso y un seguro.
Para recorrer el parque existen diversas rutas, que podemos ver en su página web o en un enorme panel que encontraremos en la entrada al parque… En función del tiempo del que dispongamos y las ganas que tengamos de dedicarle al senderismo escogeremos una u otra. Todas ellas están bien indicadas mediante carteles a lo largo del recorrido, de forma que resulta imposible perderse. Además, a excepción de tramos de escalones y pequeños caminos de travesaños de madera con pequeñas pendientes, no me pareció una visita complicada (de hecho nos cruzamos con gente de avanzada edad e importantes impedimentos físicos para caminar haciendo la visita).
Por cierto, al contrario que en el Parque Nacional de Krkra, en éste está completamente prohibido el baño.
¿Cómo fue nuestra visita?
Visto lo visto, estaba claro que ésta era la visita estrella de nuestro viaje y uno de los sitos que más ganas tenía yo de recorrer.
Así, temprano por la mañana nos despertábamos en Rovanjska, en el App. Dora puesto que aún nos quedaba una hora de coche de camino y, como no queríamos llegar en hora punta, tocaba salir prontito.
Aparcamos casi por casualidad en la entrada 1, aunque lo cierto es que es desde ésta que me parece que la visita queda más organizada (aunque en el fondo da prácticamente lo mismo entrar por una u otra). Íbamos a dedicarle al parque gran parte del día, aunque al final lo recorrimos en menos tiempo del pensado.
Teníamos en mente hacer la ruta C (de la que se indica que dura entre 4 y 6 horas, aunque creo recordar que a nosotras nos llevó en torno a 4 horas, incluso parando a comer a mitad); eso sí, viendo que se nos había dado mejor de lo que esperábamos, al final nos envalentonamos y acabamos haciendo la H.
Los Lagos de Plitvice se dividen en dos partes: los Lagos Superiores (con 12 lagos) y los Lagos Inferiores (donde hay 4). Un gran lago llamado Kozjak, que normalmente se cruza en barco, los conecta entre ellos.
Empezamos el recorrido por los 4 lagos inferiores (Milanovac, Gavanovac, Kaluđerovac y Brod Novakovic) que son los que tienen ese color azul turquesa tan característico. Allí, nada más empezar la ruta nos encontramos con la cascada Veliki Slap (o “gran cascada”), la más grande de Croacia con 78 m de altura, aunque he de decir que tampoco me pareció especialmente espectacular. Cerca de allí encontramos también la cuevas más famosa del parque, la Šupljara Cave.
Continuamos la ruta por los lagos inferiores a través de las pasarelas de maderas que se han habilitado para proteger el travertino (ya que, al parecer, se daña con relativa facilidad), disfrutando de los contrastes de colores en las aguas, de los rápidos que se formaban entre los lagos y observando las truchas y mariposas que pululaban por allí.
Tras una pequeña caminata de aproximadamente una hora, llegamos al lago Kozjak, el punto de conexión de los lagos inferiores con los superiores y el lugar en el que se ha habilitado un área de descanso, con mesitas tipo picnic, un restaurante y aseos. Decidimos aprovechar para comer algo del restaurante y coger fuerzas para continuar con la visita.
Al acabar nuestro pequeño “break” nos dirigimos al embarcadero y nos montamos en el barco que cruza el lago Kozjak conectando ambas orillas. Desde allí seguimos con el sendero que nos llevaría a través de los lagos superiores (Kozjak, Burgeti, Gradinsko, Milino, Galovac, Vir, Little Lake, Big Lake, Batinovac, Okrugljak, Ciginovac y Prošćansko).
La cantidad de pequeñas cascadas, los colores del agua, la vegetación que rodeaba todo este conjunto conformaban estampas dignas de mil postales que yo no he sido capaz de plasmar en ninguna de mis fotografías y de las que me siento incapaz si quiera de comenzar a describir... ¡Impresionante! Un lugar verdaderamente maravilloso, naturaleza paradisíaca en estado puro (si quitamos de la ecuación la ingente cantidad de turismo)…
Una vez alcanzado el último lago, nos dirigimos a la parada de tren que nos llevaría de nuevo casi a la entrada, desde donde dimos por finalizada nuestra visita.
Camino a Istria...
Para acabar el día nos dirigimos hacia Hum, ya en la península de Istria, donde dormiríamos aquella noche.
De camino hicimos una breve parada en Rijeka, la tercera ciudad más grande del país para recuperarme del susto de llevarme otra multa por exceso de velocidad en una carretera al salir de Plitvice por la que no pasaba un alma y que estaba limitada a 50 km/h.
De Rijeka destacan 3 cosas: la fortaleza de Trsat, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, cerrada para las horas a las que llegamos pero que aun así se muestra imponente sobre un acantilado en la entrada a la localidad, sus museos y la animada calle peatonal de Korzo, en la que nosotras nos sentamos a tomar algo mientras tenía lugar un animado mercadillo…
Así, al anochecer nos encaminamos de nuevo hacia Hum, donde acabaríamos la jornada acomodándonos en el App. Dores. Ese sería nuestro punto de partida para recorrer Istria.
Impresionante! Llevo años soñando con Croacia y los lagos Plitvice es uno de los motivos. Genial explicado.
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