La semana pasada os hablé de la ciudad de Poitiers, que tuve ocasión de recorrer con motivo del TBM, pero la zona es quizás más conocida por albergar uno de los parques temáticos más visitados de Francia (especialmente por los españoles): Futuroscope.
Como ya os comenté en el post-resumen del #TBMPoitiers, Futuroscope es un parque, nacido en el año 1987, en el que las atracciones se basan en lo multimedia y en las últimas tecnologías audiovisuales. A lo largo de 60 hectáreas, más de 30 atracciones ofrecen experiencias de realidad virtual, espectáculos con efectos visuales y proyecciones en 4D o incluso 5D (aunque no tengo muy claro cuál es esta quinta dimensión).
Yo me alojé en las cercanías del parque y además visité la región en mi propio coche por lo que llegar al mismo no fue un gran problema. El parque cuenta con un parking de pago, en el que podremos dejar el coche todo el día por 9€ (o por 4€ si sólo acudimos por la tarde). Ahora bien, acercarnos mediante transporte público, según pude comprobar a través de mis compañeros de viaje, no es tan fácil como cabría suponer ya que la conexión con la ciudad de Poitiers no tiene una gran frecuencia de paso, por lo que conviene verificar los horarios antes de acudir.
Una vez llegamos a Futuroscope, lo primero es hacernos con la entrada. El coste de la entrada general es de 45 euros por día (36 euros para los niños de entre 5 y 16 años). Aunque también existe la opción de ir sólo por la tarde o incluso a partir de las 20h (aunque pocas atracciones se encuentran abiertas a esa hora) y combinarlo con la cena en alguno de los restaurantes del parque.
Si ya sabemos de antemano los días de nuestra visita conviene con nos hagamos con las entradas a través de internet, ya que habitualmente se ofrecen con algún tipo de descuento. También, si la idea es ir varios días, podremos hacernos con alguno de los bonos que ofertan.
Podéis ver todos los tipos de entradas posibles en su página web.
En la entrada al parque existen unas taquillas en la que podremos dejar cosas por 5 u 8 euros (en función del tamaño). Pero, como también se puede entrar y salir del parque las veces que queramos (te ponen un sello en la mano, en plan discoteca), creo que si se va en coche es más práctico dejar las cosas en el coche y en caso de necesidad salir un momento a por ellas. Yo lo hice así un mediodía, con la comida.
También en la entrada al parque podremos hacernos con un mapa en el que viene toda la información necesaria: dónde se encuentra cada una de las atracciones que se encuentran en funcionamiento ese día, con sus horarios (indicando aquellas en las que el espectáculo es a una hora especifica) así como los restaurantes. Como complemento, podemos descargar la aplicación de Futuroscope en el móvil, dónde viene indicado el tiempo de espera aproximado de cada atracción. Además, no nos tendremos que preocupar por el consumo de datos ya que el parque cuenta con wifi gratuita.
Una de las cosas que la gente me preguntó por redes sociales durante mi visita era si la narración de todas las atracciones estaba hecha en francés… y en efecto así es. Pero se puede adquirir una audioguía que hará las veces de traductor en las atracciones en las que es necesario (que apenas son 6). El alquiler del aparato es gratuito (tan sólo has de dejar como garantía el DNI, que te devolverán cuando regreses el equipo) sin embargo, por los cascos (que son del tipo de los que te dan en Renfe) te hacen pagar 3 euros, por lo que conviene traer los propios de casa.
Pero dejando de lado esta zona (en la que yo apenas pasé tiempo), en mi visita al parque fui pasando por las siguientes atracciones:
Dynamic, fue la primera atracción en la que entré. A través de asientos que se mueven de forma sincronizada con una proyección digital, parece que vamos viajando siguiendo a un calamar gigante como aquellos que salían en Matrix.
El Viaje Extraordinario (me atrevería a decir que fue la que más me gustó de todo el parque) es una atracción única en Europa que nos lleva de viaje por medio mundo (pasando por Dubai, India, los fríos picos del Himalaya o el parque de Yellowstone…) gracias a una plataforma que se inclina 90°, dejándonos en posición vertical con los pies colgando en el aire, ante una enorme pantalla curva de 600 metros cuadrados.
Frente a ella encontraremos “La Máquina del tiempo” donde los locos conejos de los videojuegos de Ubisoft, los Rabbids, nos llevarán en un viaje a través de la historia, haciendo alguna trastada de las suyas, y mezclando decorados interactivos, proyecciones en 3D y algunos que otros efectos especiales.
En “la Vienne dinámica” haremos un viaje turístico acompañados de un curioso personaje (Guerliguet) a través de la región en la que se sitúa el parque, mediante asientos que se mueven, llegando a sentir el agua y el viento en nuestro viaje… Nos contaron que es la atracción más antigua del parque (y se nota en las ropas de los protagonistas) pero ha sabido envejecer, ya que las sensaciones del viaje a día de hoy aún sorprenden.
En “Colisiones cósmicas”, una proyección en una cúpula nos hará aprender cómo los impactos cósmicos han modelado el universo y le dan actualmente forma.
Cerca de allí se encuentra la atracción de “Illusio” donde en determinados horarios (muy concretos) se recrea un espectáculo de magia creado por Bertran Lotth. Me hubiera gustado entrar a verlo, pero sólo lo hacían los fines de semana y no coincidió con mi visita. Lo mismo me pasó con la atracción de “los misterios del Kube” donde se lleva a cabo un espectáculo con bailarines haciendo acrobacias en un escenario de 600 m² con vídeo mappings.
Bordeando el lago donde se realiza el espectáculo nocturno, encontraremos el Kinemax, el actual emblema del parque, que nos trae la tecnología IMAX LÁSER 4K gracias a una gigantesca pantalla, donde se puede ver un documental que nos narra la aventura espacial de Thomas Pesquet, el astronauta más joven de la Agencia Espacial Europea. Allí mismo, pero con otros horarios, podremos descubrir la odisea aérea del Solar Impulse, el primer avión en dar la vuelta al mundo únicamente con energía solar.
Cerca de Kinemax se encuentra una de las atracciones más recientes (se estrenó en 2018) la “Sebastien Loeb Racing Xperiencie”. Sentados en un asiento y ataviados de un casco de realidad virtual, jugaremos a ser los copilotos del 9 veces campeón del mundo de rallies en su carrera (a 200 km/h) para salvar el mundo. Se trata de la primera atracción de realidad virtual en 5D.
Por allí también encontraremos el teatro sensorial de “Ice Age: Érase una nuez” donde podremos vivir con los famosos personajes de la película una divertida historia que mezcla efectos sensoriales con el 4D y que me resultó muy graciosa.
Junto a ella se encuentra la atracción “Ojos que no ven” en la que, guiado por un animador invidente, podremos descubrir las sensaciones que, desde la oscuridad, pero oliendo, escuchando y tocando podremos sentir viajando por lugares tan diversos como un pantano de Luisiana, la cima del Himalaya o la bulliciosa Nueva York.
Mi siguiente parada fue en “La Arena” de Futuroscope. Un curioso edificio repleto de actividades relacionadas con la realidad virtual, los deportes, la habilidad y la destreza.
Atravesando el edificio llegamos al famoso Hipercubo de 35 metros de altura, donde se halla la atracción de “Arthur, la Aventura 4D”. Donde partiremos, montándonos en un simulador de movimientos (con forma de mariquita voladora), de viaje con Arthur y sus amigos los Minimoys.
Frente a ella, especialmente dedicada a la gente que busca emociones fuertes, “Baila con los Robots”. Yo entré y, conformé entré, me salí… Llamadme cobarde… pero no me veía bailando dentro del brazo articulado de un robot de 7 metros de altura, por muy pegadiza que fuera la música del DJ Martin Solveig, jejejeje.
Me contó mi amigo José Carlos que además se estaba construyendo ahora mismo la primera montaña rusa del parque que, al parecer se inaugurará en el año 2020, ‘Mission Kepler’.
Mi visita acabó subiendo en Le Gyrotour. Una torre panorámica circular que nos elevará lentamente hasta 45 metros del suelo, desde la que nos llevaremos una buena panorámica del parque y de toda la zona colindante. Con la misma temática podremos subir también al Aerobar (donde podremos tomar una copa a 35 metros de altura con los pies colgando del aire). En ésta yo no me monté, pero os dejo la experiencia de mis amigos de MedioHippie al subir en esta atracción.
Además, todas las atracciones están muy bien conectadas entre sí a través de cuidados caminos en los que hay zonas de picnic, de descanso, cuidados jardines y donde podremos incluso cruzarnos con alguna de las estrellas del parque como los Rabbids o Arthur.
Y si, de tanto andar, nos entra hambre, aunque el parque permite introducir nuestra propia comida, también cuenta con diversos restaurantes y puestos de comida relativamente bien de precio. Yo tuve ocasión de probar les Saveurs-du-Soleil (por mi cuenta) y la Table d’Arthur (en la inauguración del TBM) y ambos me resultaron bastante buenos.
Como guinda final a la visita, cada noche tiene lugar un espectáculo nocturno. Actualmente, desde el año 2016, el espectáculo que se representa es “Forge Aux Étoiles” que ha sido diseñado por la creadora de contenidos de Cirque du Soleil. Una especie de cuento en el que se entremezclan efectos visuales, acuáticos y pirotécnicos. Una gran manera con la que acabar la visita.
Futuroscope es un parque al que, yo, a nivel personal, tengo especial cariño… y es que fue la primera parada que hicimos (cuando yo tenía 11 años) en mi primer viaje al extranjero (que fue a Futuroscope, Paris y castillos del Loira), de la mano de mi papi y hermanos. ¡Qué buenos recuerdos! Aunque de aquel momento sólo recuerdo atracciones relacionadas con la Expo.
¿Qué os parece? ¿Os gusta este tipo de parques, digamos… no tan clásicos?
Como ya os comenté en el post-resumen del #TBMPoitiers, Futuroscope es un parque, nacido en el año 1987, en el que las atracciones se basan en lo multimedia y en las últimas tecnologías audiovisuales. A lo largo de 60 hectáreas, más de 30 atracciones ofrecen experiencias de realidad virtual, espectáculos con efectos visuales y proyecciones en 4D o incluso 5D (aunque no tengo muy claro cuál es esta quinta dimensión).
Yo me alojé en las cercanías del parque y además visité la región en mi propio coche por lo que llegar al mismo no fue un gran problema. El parque cuenta con un parking de pago, en el que podremos dejar el coche todo el día por 9€ (o por 4€ si sólo acudimos por la tarde). Ahora bien, acercarnos mediante transporte público, según pude comprobar a través de mis compañeros de viaje, no es tan fácil como cabría suponer ya que la conexión con la ciudad de Poitiers no tiene una gran frecuencia de paso, por lo que conviene verificar los horarios antes de acudir.
Una vez llegamos a Futuroscope, lo primero es hacernos con la entrada. El coste de la entrada general es de 45 euros por día (36 euros para los niños de entre 5 y 16 años). Aunque también existe la opción de ir sólo por la tarde o incluso a partir de las 20h (aunque pocas atracciones se encuentran abiertas a esa hora) y combinarlo con la cena en alguno de los restaurantes del parque.
Si ya sabemos de antemano los días de nuestra visita conviene con nos hagamos con las entradas a través de internet, ya que habitualmente se ofrecen con algún tipo de descuento. También, si la idea es ir varios días, podremos hacernos con alguno de los bonos que ofertan.
Podéis ver todos los tipos de entradas posibles en su página web.
En la entrada al parque existen unas taquillas en la que podremos dejar cosas por 5 u 8 euros (en función del tamaño). Pero, como también se puede entrar y salir del parque las veces que queramos (te ponen un sello en la mano, en plan discoteca), creo que si se va en coche es más práctico dejar las cosas en el coche y en caso de necesidad salir un momento a por ellas. Yo lo hice así un mediodía, con la comida.
También en la entrada al parque podremos hacernos con un mapa en el que viene toda la información necesaria: dónde se encuentra cada una de las atracciones que se encuentran en funcionamiento ese día, con sus horarios (indicando aquellas en las que el espectáculo es a una hora especifica) así como los restaurantes. Como complemento, podemos descargar la aplicación de Futuroscope en el móvil, dónde viene indicado el tiempo de espera aproximado de cada atracción. Además, no nos tendremos que preocupar por el consumo de datos ya que el parque cuenta con wifi gratuita.
Una de las cosas que la gente me preguntó por redes sociales durante mi visita era si la narración de todas las atracciones estaba hecha en francés… y en efecto así es. Pero se puede adquirir una audioguía que hará las veces de traductor en las atracciones en las que es necesario (que apenas son 6). El alquiler del aparato es gratuito (tan sólo has de dejar como garantía el DNI, que te devolverán cuando regreses el equipo) sin embargo, por los cascos (que son del tipo de los que te dan en Renfe) te hacen pagar 3 euros, por lo que conviene traer los propios de casa.
Mi visita a Futuroscope:
Nada más entrar al parque nos daremos de bruces con Futuropolis: una zona creada recientemente para el disfrute de los más pequeños de la casa. En esta área los peques podrán jugar a ser bomberos, atletas, jefes de obra o salvavidas… Pero también hay muchas atracciones de agua en la que vi a más de un padre pasándoselo incluso mejor que sus hijos…Pero dejando de lado esta zona (en la que yo apenas pasé tiempo), en mi visita al parque fui pasando por las siguientes atracciones:
Dynamic, fue la primera atracción en la que entré. A través de asientos que se mueven de forma sincronizada con una proyección digital, parece que vamos viajando siguiendo a un calamar gigante como aquellos que salían en Matrix.
El Viaje Extraordinario (me atrevería a decir que fue la que más me gustó de todo el parque) es una atracción única en Europa que nos lleva de viaje por medio mundo (pasando por Dubai, India, los fríos picos del Himalaya o el parque de Yellowstone…) gracias a una plataforma que se inclina 90°, dejándonos en posición vertical con los pies colgando en el aire, ante una enorme pantalla curva de 600 metros cuadrados.
Frente a ella encontraremos “La Máquina del tiempo” donde los locos conejos de los videojuegos de Ubisoft, los Rabbids, nos llevarán en un viaje a través de la historia, haciendo alguna trastada de las suyas, y mezclando decorados interactivos, proyecciones en 3D y algunos que otros efectos especiales.
En “la Vienne dinámica” haremos un viaje turístico acompañados de un curioso personaje (Guerliguet) a través de la región en la que se sitúa el parque, mediante asientos que se mueven, llegando a sentir el agua y el viento en nuestro viaje… Nos contaron que es la atracción más antigua del parque (y se nota en las ropas de los protagonistas) pero ha sabido envejecer, ya que las sensaciones del viaje a día de hoy aún sorprenden.
En “Colisiones cósmicas”, una proyección en una cúpula nos hará aprender cómo los impactos cósmicos han modelado el universo y le dan actualmente forma.
Cerca de allí se encuentra la atracción de “Illusio” donde en determinados horarios (muy concretos) se recrea un espectáculo de magia creado por Bertran Lotth. Me hubiera gustado entrar a verlo, pero sólo lo hacían los fines de semana y no coincidió con mi visita. Lo mismo me pasó con la atracción de “los misterios del Kube” donde se lleva a cabo un espectáculo con bailarines haciendo acrobacias en un escenario de 600 m² con vídeo mappings.
Bordeando el lago donde se realiza el espectáculo nocturno, encontraremos el Kinemax, el actual emblema del parque, que nos trae la tecnología IMAX LÁSER 4K gracias a una gigantesca pantalla, donde se puede ver un documental que nos narra la aventura espacial de Thomas Pesquet, el astronauta más joven de la Agencia Espacial Europea. Allí mismo, pero con otros horarios, podremos descubrir la odisea aérea del Solar Impulse, el primer avión en dar la vuelta al mundo únicamente con energía solar.
Cerca de Kinemax se encuentra una de las atracciones más recientes (se estrenó en 2018) la “Sebastien Loeb Racing Xperiencie”. Sentados en un asiento y ataviados de un casco de realidad virtual, jugaremos a ser los copilotos del 9 veces campeón del mundo de rallies en su carrera (a 200 km/h) para salvar el mundo. Se trata de la primera atracción de realidad virtual en 5D.
Por allí también encontraremos el teatro sensorial de “Ice Age: Érase una nuez” donde podremos vivir con los famosos personajes de la película una divertida historia que mezcla efectos sensoriales con el 4D y que me resultó muy graciosa.
Junto a ella se encuentra la atracción “Ojos que no ven” en la que, guiado por un animador invidente, podremos descubrir las sensaciones que, desde la oscuridad, pero oliendo, escuchando y tocando podremos sentir viajando por lugares tan diversos como un pantano de Luisiana, la cima del Himalaya o la bulliciosa Nueva York.
Mi siguiente parada fue en “La Arena” de Futuroscope. Un curioso edificio repleto de actividades relacionadas con la realidad virtual, los deportes, la habilidad y la destreza.
Atravesando el edificio llegamos al famoso Hipercubo de 35 metros de altura, donde se halla la atracción de “Arthur, la Aventura 4D”. Donde partiremos, montándonos en un simulador de movimientos (con forma de mariquita voladora), de viaje con Arthur y sus amigos los Minimoys.
Frente a ella, especialmente dedicada a la gente que busca emociones fuertes, “Baila con los Robots”. Yo entré y, conformé entré, me salí… Llamadme cobarde… pero no me veía bailando dentro del brazo articulado de un robot de 7 metros de altura, por muy pegadiza que fuera la música del DJ Martin Solveig, jejejeje.
Me contó mi amigo José Carlos que además se estaba construyendo ahora mismo la primera montaña rusa del parque que, al parecer se inaugurará en el año 2020, ‘Mission Kepler’.
Mi visita acabó subiendo en Le Gyrotour. Una torre panorámica circular que nos elevará lentamente hasta 45 metros del suelo, desde la que nos llevaremos una buena panorámica del parque y de toda la zona colindante. Con la misma temática podremos subir también al Aerobar (donde podremos tomar una copa a 35 metros de altura con los pies colgando del aire). En ésta yo no me monté, pero os dejo la experiencia de mis amigos de MedioHippie al subir en esta atracción.
Además, todas las atracciones están muy bien conectadas entre sí a través de cuidados caminos en los que hay zonas de picnic, de descanso, cuidados jardines y donde podremos incluso cruzarnos con alguna de las estrellas del parque como los Rabbids o Arthur.
Y si, de tanto andar, nos entra hambre, aunque el parque permite introducir nuestra propia comida, también cuenta con diversos restaurantes y puestos de comida relativamente bien de precio. Yo tuve ocasión de probar les Saveurs-du-Soleil (por mi cuenta) y la Table d’Arthur (en la inauguración del TBM) y ambos me resultaron bastante buenos.
Como guinda final a la visita, cada noche tiene lugar un espectáculo nocturno. Actualmente, desde el año 2016, el espectáculo que se representa es “Forge Aux Étoiles” que ha sido diseñado por la creadora de contenidos de Cirque du Soleil. Una especie de cuento en el que se entremezclan efectos visuales, acuáticos y pirotécnicos. Una gran manera con la que acabar la visita.
Futuroscope es un parque al que, yo, a nivel personal, tengo especial cariño… y es que fue la primera parada que hicimos (cuando yo tenía 11 años) en mi primer viaje al extranjero (que fue a Futuroscope, Paris y castillos del Loira), de la mano de mi papi y hermanos. ¡Qué buenos recuerdos! Aunque de aquel momento sólo recuerdo atracciones relacionadas con la Expo.
¿Qué os parece? ¿Os gusta este tipo de parques, digamos… no tan clásicos?
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