Si partimos de que el sobrenombre de Le Touquet es “París-Plage” (es decir, “playa de París”) al llegar allí, uno se encuentra con lo que en un primer momento se imagina: una de las ciudades playeras con más glamour del norte francés. Y… no es para menos, ya que desde el siglo XIX, sus aguas reciben a gran parte de la jet-set parisina, que dejan escapar su tiempo en instalaciones como el casino, el hipódromo, el club náutico o simplemente en sus hoteles.
Los orígenes de la ciudad se
remontan al año 1837, cuando un notario parisino (Alphonse Daloz) quiso crear
en la zona una granja. El proyecto no prosperó, sin embargo, plantó una pinada
que a día de hoy aún llama la atención. Años después, en 1900, un empresario
inglés (John Whitley) vio en la zona el lugar ideal en el que instalar una
estación balnearia de lujo y fue así como poco a poco se levantó esta
ciudad-balneario que, vivió su época dorada en los años 20, cuando la alta
sociedad británica y parisina desfilaba por sus calles y frecuentaba su casino.
Aún a día de hoy, pese a que en la segunda Guerra Mundial sufrió diversos
daños, conserva ese carácter pijillo y de vez en cuando alguna “celebrity” se
deja caer por la zona.
Pero… vamos al lío. Nosotros
apenas estuvimos un día en la ciudad y, en esta ocasión, innovamos y utilizamos
un método algo menos convencional para descubrirla: el Segway. Vamos
a ver cómo fue la cosa…
Visita turística de Le Touquet en Segway
A eso de las 9:30h nos reunimos
con los monitores de la excursión en el “Boulevard de la Plage”, donde nos
explicaron el principio de funcionamiento de este aparato.
El Segway no es más que un modo
de transporte, impulsado eléctricamente, que se equilibra de igual manera a
cómo la hace el cuerpo humano. No tiene ni acelerador, ni freno, simplemente
responde a cambios en la postura del cuerpo; así, si te inclinas hacia delante
éste se moverá hacia delante, si lo haces hacia atrás, irá hacia atrás y si te
pones recto (o en equilibrio) éste se parará. Los giros se hacen mediante el
mando direccional, empujando éste en el sentido hacia el que quieres girar. No
tiene más.
Esto, que parece tan fácil dicho
así puede no serlo tanto llevado a la práctica…Yo nunca había montado en uno,
pero viendo lo bien que se maneja el policía que se pasea por mi barrio,
pensaba que no debía ser complicado y, lo cierto es que mis primeros pasos
fueron algo caóticos, aunque con ayuda del monitor pronto me hice a este nuevo
medio de locomoción. Como a todo, has de pillarle el truco.
Con todo listo y una vez
equipados todos los miembros de la excursión, empezamos nuestro tour circular por
la ciudad, en el que descubrimos su arquitectura y alguno de sus puntos de
interés. Al ser una ciudad bastante nueva, no tiene grandes monumentos
históricos, pero el tipo de construcciones formado por casitas bajas rodeadas de
bonitos jardines le dotan de cierto encanto e hicieron que diéramos un paseo
bastante agradable.
Nuestra ruta, como no podía ser menos, empezó en la playa, casi al final de la enorme explanada de blancas arenas (que llega a medir 12 km y tiene una anchura, en marea baja, de 1 km). Fuimos rodeándola mediante una vía panorámica, que se adentra en dunas repletas de carrizos, hasta llegar al estuario que forma el río Canche en su desembocadura. Poco después llegamos al puerto deportivo y a la base náutica norte de Le Touquet.
Dejamos atrás la costa para
recorrer el interior de la ciudad y nos dirigimos en primer lugar a su Faro. Al
parecer, ya a principios del siglo XIX existían en Le Touquet dos faros, uno en
cada extremo de la desembocadura del Canche, marcando ésta, aunque en la
Segunda Guerra Mundial ambos fueron destruidos. Este nuevo faro, ejecutado en
fábrica de ladrillo y con una altura de casi 58 metros, se levantó entorno al
año 1950 y aún a día hoy sigue en funcionamiento.
Continuamos la ruta hasta llegar
al Hotel Westminster, uno de los más famosos de la ciudad y que ha alojado a
“la creme de la creme” de los visitantes que se han dejado caer por allí (nos
dijeron que incluso a la reina de Inglaterra). En la esquina opuesta, se
levantaba el restaurante “Le Flavio” que, en los años cincuenta, contaba con el
gran pianista Serge Gainsbourg para ambientar el local y que, hoy en día, tiene
fama por sus creativas especialidades, aunque sólo aptas para los bolsillos más
pudientes.
Dejamos atrás estos dos lugares
para acercarnos al Casino, que actualmente también acoge el Palacio de
Congresos. Hombre, las horas no acompañaban (no había un alma por allí), pero
imagino que ya no es el lugar de antaño y que hoy en día acoge a cualquiera que
quiera probar suerte con los juegos de azar.
Bordeando el Parque de Pinos,
llegamos al centro de la ciudad. Allí se congregaban, el ayuntamiento (un
edificio muy bonito con aire antiguo, que a mí me recordó mucho, aunque con
dimensiones más reducidas, al antiguo ayuntamiento de Toronto), la iglesia y un
jardín conocido como d’Ypres.
Desde allí, ya se vislumbraba el Mercado
Cubierto, el símbolo de la ciudad, un caserón de forma semicircular que, los
días de mercado, se llena de puestos, de gente y, según nos contaron, suele
estar muy animado.
El paseo en Segway llegaba a su
fin. Nos acercamos de nuevo a la explanada de la playa y, salvo algún percance
menor, dejamos los aparatejos en el mismo lugar que los habíamos tomado.
Pasamos el resto de la mañana dando un paseo a pie por las calles principales
de la ciudad, mucho más concurridas y no aptas para inexpertos segwayeros como
nosotros…
Os pongo un vídeo resumen de nuestro paseo a continuación:
Os pongo un vídeo resumen de nuestro paseo a continuación:
Otras actividades que se pueden realizar en Le Touquet
Pasear por sus calles comerciales:
Tienda tras tienda, boutique tras
boutique… Es la Rue Saint Jean… y allí es inevitable dejarse llevar por ellas y
por sus escaparates.
Aventura a bordo de un Carro a vela:
Pese a que teníamos planificado
disfrutar de esta actividad en nuestra estancia en le Touquet, por exceso de
viento, finalmente fue cancelada. En su lugar, nos dedicamos a pasear por la
playa y sentarnos a ver atardecer.
Pero, cuando la marea baja en la
playa de Le Touquet y las condiciones meteorológicas son propicias, la costa se
llena de estos curiosos artefactos que surcan la arena a gran velocidad
empujados por una vela. La verdad es que tenía pinta de ser la mar de divertido.
Si queréis más información, os remito al relato de una compañera de viaje respecto a esta actividad [aquí]
Si queréis más información, os remito al relato de una compañera de viaje respecto a esta actividad [aquí]
Paseos a caballo en la playa:
Mientras veíamos el sol caer tras
las aguas de la playa, observamos también cómo dos personas paseaban a caballo
por la costa y, pensándolo bien, no se me ocurre mejor manera de terminar el
día.
Como veis, Le Touquet, siendo una
ciudad de reciente creación y sin muchos atractivos históricos, ha sabido jugar
bien sus cartas y se presenta como una ciudad-balneario en la que relajarte,
dejar pasar las horas en su enorme playa o en la que poder disfrutar de
deportes de aventura y soltar adrenalina.
Cuántas alternativas!! Alguna vez he mirado lo del Segway, pero suelen ser bastantes caros, a ver si abaratan el precio y lo pruebo.
ResponderEliminarEsto del segway a mí no me convence demasiado pero a mi marido le chifla.
ResponderEliminarCon o sin segway, Le Touquet me ha parecido un lugar encantador.
Un saludo
Qué chula la visita en segway! Hace tiempo que tengo ganas de probar ese medio de locomoción... pero no sé si sería capaz de manejarme!! Por lo que cuentas es un poco complicado al principio!!
ResponderEliminarPor cierto, bonita ciudad! no la conocía!
Saludos
Como me gusta el segway, desde que lo probé tengo ganas de repetir, encima recuerdo que lo hice en un día que la mañana antes había llovido y los charcos era emocionante de pasarlo :)
ResponderEliminarDe la zona lo que más me ha gustado es el mercado cubierto y como no la playa.
Saludos!
Me hubiera gustado verte con el Segway, jejejeje. Si lo tengo que coger yo creo que acabo buceando con los peces en la playa!!! Una ciudad ideal para pasar un día de playa y juego!!! Un abrazo!!! ;-)
ResponderEliminarAquí dejamos un nuevo comentario para convertirnos oficialmente en los frikis de Bienvenidos al Norte :P Las escenas con los carros a vela de la película son de lo mejorcito, nos ha traído muy buenos recuerdos :)
ResponderEliminarLe Tourquet tiene una pinta estupenda, como todo lo que estás enseñando de Nord Pas de Calais.
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Verónica, no recuerdo cuánto nos dijeron que costaba la excursión pero sí que es verdad que me suena que tenía un precio algo alto. Pero sí que es una cosa curiosa para hacer. Ya me contarás vuestras impresiones si algún día lo probáis...
- M Teresa, como digo, sin tener nada especialmente llamativo es un buen lugar para relajarse o para pasar unos días de playa, porque la playa es una maravilla
- MC es cuestión de equilibrio y al principio yo parecía que estaba en un balancín... pero vamos, un minuto sólo... después ya te haces a ello. Es un aparatejo curioso
- José Carlos, no te quiero imaginar sobre los charcos, jejeje. ¡Vuelta a la niñez!
- Babyboom, sólo fue caótico el primer minuto, después parecía una experta segwayera... No tienes más que verme en el vídeo, segura de mi misma y dándolo todo, jajaja
- Edu y Eri, ¡¡no me digáis que también sale en la peli!!. Me quedé con ganas de probar lo del carro a vela, pero el tiempo no acompañó. Vimos a lo lejos a un grupillo de gente practicándolo, pero se veía que eran profesionales :'(
Hola Helena. Yo de momento no he probado el invento de dos ruedas, pero parece que mola. Como bien dices al final del post, podría estar bien como ciudad balneario. Gracias por mostrarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué sitio más bonito!
ResponderEliminarAdemás debe ser muy divertido moverse por allí en Segway.
La zona se hizo conocida gracias a la película Bienvenidos al Norte y la verdad es que es preciosa
Un sitio precioso el que nos enseñas, del que no había oído hablar, me lo apunto. Lo del vehículo bi-rueda creo que con lo torpe que soy para esos menesteres no sé yo si sería capaz de manejar uno con éxito, será cuestión de probar, a todos se os ve muy sueltos, jeje. Un besote guapa! me encanta como escribes :)
ResponderEliminarfurullo
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