A algo más de una hora de Huesca en dirección norte llegamos a la capital de la Comarca del Sobrarbe, Aínsa, la que dicen que es una de las villas o pueblos más bonitos de España. Y no en vano pues, con su origen medieval, cuenta con un bonito casco antiguo datado en el siglo XII que fue declarado, en 1965, conjunto histórico-artístico.
La localidad, situada en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, domina la comarca sobre un cerro de 589 m de altitud y es la puerta de entrada a lugares tan conocidos como el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido,o la Sierra de Guara. Nosotras, gracias a Central de Reservas pudimos conocerla unos meses atrás.
Casi todo el casco antiguo de la
ciudad es peatonal por lo que para realizar la visita lo más conveniente es dejar
el coche en el parking gratuito que hay al lado del castillo y comenzar la ruta
desde allí.
El castillo hoy en día se encuentra
en estado de ruina histórica y sólo se conservan ciertos tramos de muralla y
alguna de sus torres. La parte más antigua es la Torre del Homenaje (del siglo
XI) que ha sido reconvertida en Museo mientras que el resto de construcción
data de los siglos XVI y XVII cuando Felipe II la fortificó para defenderse de
posibles amenazas francesas o del propio Aragón.
Desde allí, en lo alto de las
murallas, se obtiene una estupenda vista de la plaza mayor (del siglo XII), a
la que se puede acceder caminando. Llama la atención su grandeza y los
numerosos soportales que hay en ella, así como observar la disparidad de
tipologías de arcos. Antiguamente en esos mismos soportales se celebraban
ferias o mercados, pero hoy en día es un lugar de paso de turistas y de
terrazas o tiendas de souvenirs.
En uno de los extremos de la
Plaza Mayor, tras el ayuntamiento, se halla la iglesia de Santa María, que en
un sobrio estilo románico fue levantada a finales del siglo XI y declarada
Monumento Nacional Artístico en 1931. Su interior consta de una nave y un
ábside semicircular, existiendo una cripta subterránea bajo éste. De igual
modo, en uno de sus laterales se halla un claustro, que construido entre los
siglos XIII y XIV tiene una curiosa forma irregular. La torre de 5 alturas
(puede visitarse) y fue usada como campanario, torre de vigilancia y tribuna. Al
lado de la iglesia un arco del siglo XII la une con el antiguo hospital de la
villa.
Caminar por sus calles
observando las diversas fachadas de las casas históricas de la villa, con sus
cuidadas portadas (símbolo del prestigio de sus dueños), sus llamadores o sus
pequeñas ventanas con las que se resguardaban del duro clima de la zona es una
auténtica delicia. La calle de Santa Cruz estuvo habitada por artesanos (¡vamos!,
era la zona obrera) mientras que la calle Mayor, o calle de los nobles, se
convierte en un lugar de paso obligado por sus múltiples casas señoriales como
la Casa Fes, la casa Arnal o la Casa Bielsa (dicen que la más bonita de la
villa), con unos miradores “con estilizado parteluz” con los que pretendían
realzar el aspecto de la fachada y así ostentar y remarcar el gran prestigio de
sus propietarios. De hecho, ésta es una de las pocas viviendas del casco que
conservan escudo de armas.
Al final de la calle, podremos
ver una de las dos puertas de acceso a la ciudad que se conservan de las
originales (aunque antaño existían tres).
A mí, personalmente, me encantó
la visita teatralizada que nos hicieron de la ciudad las Encantarias y que, sin
lugar a dudas, os recomiendo… Nos contaron muchas anécdotas, tradiciones y nos
reímos mucho con la forma tan graciosa que tenían de contarnos la historia de
la ciudad.
Una de las historietas que nos
contaron fue la leyenda de la Cruz del Sobrarbe. Según ésta, corría el año 724,
cuando los cristianos, que habían huido del dominio musulmán y habían desistido
de la reconquista de Jaca, se reorganizaban de nuevo para intentar tomar por
sorpresa Ainsa. Cuenta la tradición que, la aparición sobre una carrasca de una
cruz envuelta en llamas, dio las fuerzas necesarias a las tropas, dirigidas por
Garci-Ximeno para recuperar la ciudad. Y aún hoy se conmemora la victoria en las
fiestas bianuales de “La Morisma”, que tienen lugar cada septiembre de los años
impares en la Plaza Mayor.
Así, en una llanura al norte de
Aínsa, en el lugar donde se cree que se libró la batalla, podemos encontrar la
denominada Cruz Cubierta, un monumento que honra la aparición de esta milagrosa
de la Cruz de Sobrarbe. Tal es la importancia de esta historia en la zona que la
cruz sobre la carrasca es el símbolo del Sobrarbe y aparece en uno de los
cuarteles del escudo de Aragón.
Pero no sólo por su casco
histórico es conocida Aínsa, sino que también es una población altamente
relacionada con la naturaleza y el ocio, siendo el centro neurálgico al que
acuden montañeros, geólogos, aficionados a los deportes de aventura, al BTT,
esquiadores, etc. en busca del gran número de actividades que brinda la
magnifica geografía de la zona.
En nuestra visita, nosotras nos
acercamos a conocer la Cueva del Oso, ya que la climatología no acompañaba para
hacer actividades de barranquismo, pero si sois más sedentarios también podéis
descubrir la naturaleza de la zona visitando el Ecomuseo Luis Pallaruelo, una
fundación que muestra la flora y fauna típica, haciendo especial hincapié en el
quebrantahuesos, pero que además cuenta con un recinto dedicado a la
conservación de algunas especies del Pirineo.
Por último, muy ligado a la
localidad, merece una mención especial “las nabatas”. Y es que, en la
antigüedad, el sector de la madera era el sustento de muchas familias; los
árboles de la zona se talaban y eran transportados a través del río Cinca hasta
las serrerías que había a lo largo del río Ebro y en las cercanías del mar
Mediterráneo. Para su traslado los maderos se ataban unos con otros formando una
especie de embarcación que, en Aragón, reciben el nombre de nabatas. Con ellas
también nació un oficio y así los nabateros eran los que se encargaban de talar
los troncos del bosque, bajarlos por los barrancos, montar las plataformas y trasladarlas
a través de los ríos. Sin uniones rígidas (pues no tenían ni tornillos ni
clavos, sólo ramas flexibles) se trataba de una embarcación con una gran navegavilidad,
pero a la vez muy peligrosa y se trataba de un trabajo muy duro. Tras largas
jornadas de navegación a través de bravos ríos (en las que algunos nabateros perdían
la vida) la vuelta a casa la tenían que hacer a pie (en varias jornadas). Se llevaban
a cabo entre mayo y junio, que era cuando se producían las crecidas
primaverales de los ríos por el deshielo. Hoy en día, para no olvidar esta
antigua profesión y a modo de homenaje y fiesta, el penúltimo fin de semana de
mayo se realiza el Descenso de Nabatas entre las localidades de Laspuña y Aínsa
y, debe ser algo curioso de presenciar.
He oído hablar muy bien de Aínsa y tras leerte me he acabado de convencer. Me encantaría hacer una de esas visitas teatralizadas. Además, apenas conozco un par de pueblos de la provincia de Huesca y éste realmente tiene mucho encanto. Habrá que ir a conocerlo. ¡Un saludo!
ResponderEliminarNo había oido hablar de este pueblo y es realmente precioso. Gracias por compartir.
ResponderEliminarUn saludo
Carmen
Que completa te ha quedado la entrada. Ya sabes que somos enamorados de la zona y concretamente de Ainsa. Un pueblo maravilloso y con mucho por ofrecer al viajero.
ResponderEliminarBesos
Nos quedamos con ganas de ir allí el año pasado, y viendo tu post nos morimos de la envidia :P Cómo mola!
ResponderEliminarVisitamos Aínsa casi por casualidad pues hicimos una parada para desayunar cuando íbamos camino del Valle de Chistau. Me quedé con ganas de volver y dedicarle más tiempo porqué es realmente bonito.
ResponderEliminarMe quedé con ganas de ir a Aínsa el año pasado y ahora leyendo tu entrada más aún. La visita teatralizada tiene una pinta estupenda!!!
ResponderEliminarA mi me pasa como a Edu y Eri. Yo también me quedé con las ganas de poder ir, y después de haberos seguido en directo esos días y de leer el post, todavia me da más pena no haber podido ir
ResponderEliminarLa verdad que Ainsa es un pueblo precioso, y todo ese valle y zona del Pirineo es una maravilla. Fui mucho en el pasado y tengo muchas ganas de volver por allí. Esas visitas teratralizadas seguro que le daban un aire mágico al pueblo.
Un abrazo
Un placer haber compartido escapada contigo de nuevo!! Ainsa es un sitio precioso y muy recomendable!!
ResponderEliminarUn pueblo con mucho encanto, sin duda. Apuntado para cuando toque escapadita por la zona.
ResponderEliminarMuy buena pinta tiene el pueblo, pena el estado del castillo, pero la Plaza Mayor y la iglesia de Santa María tienen mucho encanto.
ResponderEliminar¡Saludotes!
¡Madre mía! Perdonad la tardanza en contestar!!
ResponderEliminar- Alícia, pues es un pueblecito precioso, ¡¡pero vamos!! para hacer una visita como Dios manda y pasar un rato estupendo, sin duda haz la ruta con las Encantarias. Lo que nos pudimos reir con su forma de explicar las cosas y encima, aprendimos bastante de la zona
- Carmen O. pues suele salir en las listas de los pueblos más bonitos de España. Si tienes ocasión, escápate a conocerlo
- Libreta Viajera, que bien lo pasamos por allí ¿eh? Es que vaya maravillas tenéis por Aragón!! ;)
- Edu y Eri, desde luego que la zona es preciosa pero, conociéndoos, seguro que pronto os dejáis caer por ahí
- M. Teresa, entonces fue una agradable sorpresa en el camino. Se ve rapidito el pueblo porque es muy pequeño pero, desde luego, tiene mucho encanto
- M. Carmen, no veas lo que me reí con la visita de las Encantarias. Tienen mucha gracia para hacer la ruta amena e interesante
- Carol, yo estuve cerca (por Ordesa) también en mi viaje de estudios de 8º EGB... No veas lo que ha llovido... y, la verdad es que la zona bien merece la pena volver. Todos pueblecitos de la zona son una maravilla
- Xipo, desde luego, estuvo muy bien hacer esta escapada en vuestra compañía. A ver si nos vemos en otra (pero ya sabes, que haya cuevas, que últimamente sólo visito cuevas, jejeje)
- Verónica, eso sí, no te lo dejes pendiente si vas por allí :D
- José Carlos, sí, de la zona del castillo queda muy poco en pie; es una pena, pero pasa en muchos sitios. Lo bueno es todo lo que conserva
Un saludo y todos y perdonad que haya tardado tanto en contestar :hello:
Un pueblo precioso, nos quedó pendiente hacer la visita teatralizada porque llegamos tarde pero tiene muy buena pinta. Tanto Aínsa como los alrededores son una auténtica pasada, ya tengo ganas de volver!!! ;-)
ResponderEliminarUn pueblo a añadir en la lista que tengo de "pueblos preciosos que no me puedo perder", ahí lo dejo apuntado para cuando viaje por la zona, se ve realmente bonito y con mucho encanto. Un saludito :-)
ResponderEliminarHace mucho tiempo que tengo ganas de ir a Ainsa, una vez vi imágenes del pueblo nevado en invierno y me encantaron, aunque veo que en verano es igual de precioso. Viviendo en Madrid me quedaba a 5.5h lo que es mucho para un finde, ahora he reducido 1,5h así que tendré que aprovechar que lo tengo mejor!! :ok: Saludos!!
ResponderEliminarMe lo apunto también, el pueblo se ve precioso en las fotos. Me puedes recomendar algún alojamiento en la zona ? muchas gracias
ResponderEliminarHola Sonia,
EliminarNosotras nos alojamos en el Hotel los Arcos, en plena plaza del pueblo. Puedes leer más en el capítulo de preparativos: http://www.mimaletayyo.com/2013/10/reservingtrip-en-ainsa-huesca.html
Un saludo!!