Una visita a la preciosa ciudad
de Cracovia quedaría incompleta sin hacer un pequeño recorrido por este barrio
en el que antaño, y durante más de 500 años, hacía vida una importante
comunidad judía que, tras la II Guerra Mundial, quedó reducida a la mínima
expresión.
El origen de la zona se remonta
al año 1215, cuando el Papa Inocencio III dictó en el IV Concilio de Letrán que
los judíos debían vivir en barrios separados del resto de población Cristiana.
Así, en las cercanías del amurallado Castillo de Wawel, surgía el barrio de Kazimierz
(o Casimi), que separado de Cracovia por unas murallas (ya derruidas), crecería
y se desarrollaría de forma independiente a ella.
Nuestra ruta por el barrio empezaba
en la calle ancha o Szeroka, donde un monumento conmemorativo se alza para
recordar a todos los caídos durante la ocupación nazi. Allí pudimos ver esa
tradición judía (que se repite en cementerios) de depositar piedras para honrar
a sus fallecidos. Según nos comentaron, esta costumbre se fundamenta en tres principios:
- En primer lugar, se utilizan piedras y no flores (como en la tradición cristiana) porque éstas tienen una vida muy larga, se podría decir que eterna, como también lo es, según sus creencias, el alma de las personas
- Por otra parte, se trata de algo que accesible a cualquier persona; tengamos en cuenta que se ponen para rememorar, honrar y recordar a la gente querida que se ha ido
- Y por último, tiene también un matiz bíblico, pues los enterramientos en tiempos de la migración se hacían con piedras para evitar que las tumbas fueran profanadas
Y, es que, el hecho de pensar en
un barrio judío en Polonia (y ya lo veíamos nada más empezar nuestro paseo con
el monumento que se levantaba ante nuestros ojos), inevitablemente trae a la
mente la palabra Holocausto o masacre.
Por exponer algunas cifras, antes de la II Guerra Mundial en Cracovia había 70.000 judíos (lo que suponía el 25% de la población total de la ciudad). En toda Polonia había 3.500.000, que equivalía a un 10% de la población total. Con la ocupación nazi 3 millones de judíos murieron en todo el país y 65.000 lo hicieron en Cracovia. Imaginaos lo que suponen estas cifras. Aunque también lo hicieron otros 3 millones de polacos no judíos. Unos números escalofriantes que nos acercan a la cruda realidad que, no hace tanto tiempo, vivió el país.
Desde marzo de 1941 a marzo de
1943, los nazis controlaban por completo la zona. A la gente que allí habitaba
la deportaron a campos de concentración o al vecino distrito de Podgorze, a la
otra orilla del río Vístula, donde se levantó el gueto. Aún queda en pie, en
aquel barrio, algún edificio original de esa época, como unos pocos restos del
muro que lo rodeaba y la fábrica de Schindler (que saltó a la fama con la
película de Spielberg “La lista de Schlinder”), que hoy en día se ha
reconvertido en el Museo Oskar Schindler.
El 15 de octubre de 1941 se instauró
la pena de muerte para todos aquellos que ayudaran a judíos y cerca de 12.000
polacos desobedecieron las leyes, costándole la vida a 1.500 de ellos. Un
ejemplo de esta lucha lo podemos ver en Irena Sendlerowa que salvó de la muerte a 2.500 niños (en el gueto de Varsovia), mientras que Schlindler,
mucho más famoso, siendo un hombre con más posibilidades y, en un principio,
partidario del régimen nazi, tenía en su lista a 1905 personas.
Independientemente, si lo que nos
gustan son las localizaciones de las películas, allí, sin salir de la calle
ancha, podremos situar un par de ellas, pues uno de los restaurantes de allí sale
en la película “La lista de Schindler” como si fuera una farmacia o la
comisaría de policía hace las veces de hospital en la película.
Os podéis imaginar que tras la II
Guerra Mundial, el Barrio de Kazimierz quedó prácticamente abandonado, y hoy en
día apenas viven allí unos 120 judíos. Sin embargo, la zona está viviendo un
nuevo resurgimiento y, por la historia que tiene a sus espaldas se trata de una
visita obligada, para todo el que, como nosotros, visite Cracovia.
En Casimi, como en todo barrio
judío, confluyen tres tipos de edificaciones:
Por una parte, un cementerio que,
en este caso se encuentra en el interior de la sinagoga Remu.
Un segundo elemento son los baños
probáticos: una piscina con 500 – 800 litros de agua natural que se empleaba para
que los hombres se purificaran (las mujeres lo hacían también pero sólo después
de reglas o partos) y para purificar objetos que no fueran judíos. En la calle
ancha, aún quedan los restos de uno de ellos bajo lo que actualmente es un
restaurante (el Klezmer-Hois)
Y por último las Sinagogas. Actualmente,
en la calle Szeroka, sobreviven 3 sinagogas (antes había 4), mientras que en
todo el barrio judío hay 7. Las que se mantienen actualmente en
pie allí son:
La Sinagoga Remu, es la única que
sigue en activo, aunque se puede visitar en determinados horarios. En su
interior hay un cementerio que fue utilizado hasta el año 1800, momento en que
se quedó pequeño. Durante la ocupación nazi, la sinagoga fue usada como almacén
por lo que, aunque el edificio no sufrió grandes daños, muchas de las lápidas
del cementerio fueron reutilizadas para pavimentar las calles. Al finalizar el
Holocausto, éstas fueron recuperadas y con ellas se levantó un nuevo muro en el
cementerio, que es conocido como el Muro de las Lamentaciones.
La Sinagoga Vieja, es la más
antigua de toda Polonia (Stara), pues data de mitad del siglo XV (aunque fue
reconstruida a mediados del XVI). Al igual que en Remu, ésta fue utilizada en
época nazi como almacén y todos los objetos de valor que tenía, saqueados o
destruidos. Ahora se ha reconvertido en un Museo de la Historia y la Cultura de
los Judíos de Cracovia y en su interior existe una exposición para tratar de
comprender el estilo de vida de los judíos y sus tradiciones y costumbres.
Aunque para ver alguna de esas
tradiciones judías no hay que irse muy lejos y aún hoy se pueden ver en determinadas
fachadas de la calle ancha la “mezuza”, una cápsula de metal, madera u otro
material, en el que se introducen algunos versos de las escrituras santas (o
Tora) y que se colocan en los portales de las casas para protegerlas.
La Sinagoga Poppera, que lleva el
nombre de su fundador Wolf Popper, uno de más ricos miembros de la población
judía del siglo XVII. En la actualidad aloja diversas exhibiciones.
Pero la calle ancha da también
para cosas más banales y quizás os interese saber que, Helena Rubinstein nació allí, precisamente en el edificio anexo a la Sinagoga Poppera.
Hoy en día la zona está viviendo
un resurgimiento y numerosos bares y restaurantes, comienzan a llenar sus
calles, convirtiéndose en un agradable lugar para comer, cenar o para alojarse
(como hicimos nosotros en el Casimi Hotel).
- Cracovia judía: Kazimierz y Podgórze, por De ilusión a recuerdo
Tiene que ser escalofriante pasear por este barrio judío!! A mí el de Praga me gustó muchísimo... aunque no se puede olvidar paseando por sus calles las atrocidades que se cometieron con este pueblo!
ResponderEliminarSaludos
Hola!
ResponderEliminarAntes de leer tu post pensaba que el único cementerio judío que se encontraba en una sinagoga, estaba en Budapest. Ya veo que no ;) y además la historia que tiene detrás pone los pelos de punta.
Saludos!
Un buen resumen de las tradiciones judías!
ResponderEliminarMe ha llamado la atención que aun queden mezuzas en algunas casas.
Un abrazo
Muy interesante! Los barrios judíos siempre tienen algo especial.
ResponderEliminarCracovia tiene muy buena pinta y por supuesto este barrio también. Siempre viene bien recordar las atrocidades de la historia para no volver a repetirlas, aunque no soy muy optimista al respecto, se siguen cometiendo genocidios, en fin…Muy buena entrada. Un besote Helena.
ResponderEliminarLa verdad es que da escalofríos solo de pensar en toda la gente que murió, esperemos que nunca más se vuelva a repetir otra vez!!! Hace poco estuve en Besalú y visité su miqvé, era uno de los tres que se han encontrado en Europa y por lo visto Cracovia tiene otro de ellos!!! La ciudad tiene que ser impresionante, a ver cuando la podemos visitar!!! Un abrazo!!! ;-)
ResponderEliminarHola Helena,
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el post, parecía casi como si estuviera ahí! Sólo he visitado el de Praga y el cementerio me pareció escalofriante.
Lo he incluido en mi blog, en una parte donde hablo de Cracovia. Te dejo el enlace!
http://blog.goeuro.es/unpacking-travel-numero-3/
Un saludo!
Aparte de toda la historia que tiene ese barrio, me gustó ver como se ha ido convirtiendo en un barrio de artistas con propuestas muy alegres. Ha ido resurgiendo de sus cenizas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Otro destino pendiente, igual que te he dicho en Fussen..., y eso que en este caso tuvimos listo el recorrido por el país, aunque al final cambiamos, y hasta hoy. Polonia se nos resiste. Muy interesante el recorrido, en cada ciudad, casi en cada barrio hay una persona, o muchas, que fueron auténticos héroes, y se jugaron la vida para intentar evitar una masacre. Polonia ha sido un territorio muy maltradado por los acontecimientos políticos, con modificaciones continuas de sus fronteras, incluso sufrieron varias veces la práctica desaparición como país. Y el remate, fue la II Guerra Mundial.
ResponderEliminarMuchas ganas de ir, si.
Saludos!
¡Hola a todos!
ResponderEliminar- M.Carmen, ¡hombre! hoy en día está bastante recuperado, pero por lo que vivió la zona se trata de una visita imprescindible si te quieres llevar una visión global de la ciudad
- Iciar, pues me alegro de haberte descubierto un lugar interesante. La verdad es que el pueblo polaco y en concreto el judío sufrió mucho durante la época nazi y, como todo en la historia, conviene no olvidarlo...
- M. Teresa, he intentado poner un poco en situación con las cositas que nos contó nuestra guía. Sin duda, se trata de un lugar interesante pese a que poco queda original en pie por la zona
- Verónica, aquí, como tal no te encuentras con los judíos como en otros lugares pues como ves ahora mismo viven muy pocos por allí, pero por la historia que tiene detrás es una zona de visita obligada
- Calíope ya sabes el dicho, el hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra... ¿qué le vamos a hacer? somos capaces de lo mejor y de lo peor, pero es la naturaleza humana. Aún así, como dices, conviene tener la historia siempre presente
- Babyboom, la verdad es que el pueblo polaco fue castigado muy duramente... en nuestra visita nos contaron historias que ponían los pelos de punta.
Por lo que veo, parece que el miqvé que tú me comentas (que hay en Besalú) son los baños probáticos que nos dijo a nosotros la guía de la ciudad. No los vimos pero nos dio dónde se encontraban
- Ciara pues muchas gracias por incluir el post. Me alegro de que te haya resultado interesante. Yo no conozco Praga aún pero me da la sensación de que los cementerios de allí deben ser aún más sobrecogedores; el de este barrio no dejaban de ser lápidas en una pared...
- Notas de un viajero, sí, por lo visto el barrio quedó totalmente abandonado y prácticamente reducido a la mínima expresión y poco a poco ha ido recobrando fama y el esplendor de antaño... ahora es una buena zona para alojarse o cenar
- Guisante Verde Project, desde luego... nosotros, ingenuos, preguntamos a nuestra guía por la archiconocida fábrica de Schindler y en ese instante nos contó la historia de esta mujer (que pudo ganar un nobel de la paz, aunque al final no se lo dieron). En ese momento te das cuenta de la cantidad de pequeños héroes anónimos que se jugaron la vida (y muchos de ellos la perdieron) por gente a la que, a lo mejor, ni conocían. Sin duda es algo escalofriante...
La historia de Polonia, como decís, tiene tela! Sin duda es un pueblo que ha sido muy maltratado. En fin, ya leeré vuestras historias cuando os dejéis caer por allí :)
Un saludo a todos y muchas gracias por vuestros comentarios :hello:
Unos de mis mejores amigos visitaron Cracovia y me encantó todo lo que me contaron y las fotos que me enseñaron. Como siempre tu nos lo aliñas con curiosidades e historias interesantes.
ResponderEliminarUn abrazo,
Qué curioso lo de dejar piedras en los cementerios... Sin duda es algo bastante razonable, mucho más duraderas y por supuesto asequibles a todo el mundo :)
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Hola!
ResponderEliminar- Libreta Viajera, yo me quedé con ganas de quedarme unos días más (por lo menos uno más). Así que, tengo claro que volveré ;)
- Aran, la verdad es que razón no les falta, más barato no puede ser...
Un besote y gracias por vuestros comentarios :hello:
Debe sobrecoger conocer la cruenta historia que se vivió hace unas décadas por esas calles y comprobar que aún perviven unos cuantos judíos por la zona y que está en auge, uno de los momentos más negros de nuestro reciente pasado y que merece la pena revivirlo con estas visitas.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Como siempre, la historia es importante, para detectar los errores e intentar no volver a caer en ellos... Aunque hoy en día el barrio está cambiado, es interesante hacerle una visita (y también es una buena zona para alojarse)
EliminarUn saludote ;)
Me encanta!!!! :-D
ResponderEliminarULIS!!