Antes de partir hacia Holanda,
cuando aún estábamos preparando el viaje, me mandó Cintia una foto de un
castillo que no pillaba muy lejos de Ámsterdam, a tan sólo media hora en coche, para ver si lo incluíamos en la ruta…
fue verla y decir: ¡ahí tenemos que ir! Se trataba del Castillo De Haar, el
castillo más grande de Holanda.
Situado más o menos a medio
camino entre Ámsterdam y Utrecht, decidimos dejar el último día de nuestra escapada
para recorrer estos dos lugares.
El Castillo De Haar
Así, como es habitual en
nosotras, nos levantamos temprano para exprimir al máximo el día. Desayunamos
en el hotel, empaquetamos las cosas (pues que la jornada acabaría ya en el
aeropuerto) y nos montamos en el coche en dirección al castillo. Cuando
llegamos a su aparcamiento no había un alma… de hecho, parecía incluso que
estuviera cerrado, pero los portones de entrada estaban abiertos. Así que para
allá fuimos.
Cuando entramos a recepción nos
dijeron que iba a tener lugar una carrera que discurriría parcialmente por
los jardines del Castillo y que por ese motivo su visita (la de los jardines)
era gratuita. Como contrapartida, y debido al mismo motivo, no había visitas
guiadas del interior hasta las 11:15h…
Cabe mencionar que su interior no
puede verse por libre y sólo puede visitarse en compañía de un guía que
detalla aspectos de su construcción, de su interior y de la familia ‘Van
Zuylen’ (a la que pertenecía). Las visitas son en inglés, tienen una duración
de alrededor de una hora y, según he leído, no está permitido sacar fotos.
Eran las 9:00 h de la mañana y no
teníamos claro si los jardines daban como para dos horas de paseo, aunque lo iríamos
viendo.
Entramos al recinto y nos
encontramos con 55 hectáreas de jardines, repletos de zonas verdes, parques e
incluso pequeñas áreas boscosas. Esa zona estaba antaño ocupada por una villa, denominada
Haarzuilens, que la familia Van Zuylen decidió trasladar de lugar al adquirir
los terrenos, para alejarla de su propiedad.
En el centro de los jardines se
encontraba el castillo. Era impresionante con sus torreones, almenas, su foso y
puentes levadizos que le daban acceso.
El castillo original fue
construido en el siglo XIV, pero cuatro siglos de abandono le pasaron factura y
su aspecto actual pertenece a las restauraciones llevadas a cabo a finales del
siglo XIX. En esa época el barón Etienne van Zuylen compró la propiedad (que se
encontraba en estado de ruinas) y realizó una importante inversión para
restaurarla. Para ello contó con la mano del arquitecto holandés Pierre Cuypers
(que también diseñó la Estación Central de Utrecht). Así, 20 años de trabajos en
los que se fusionaron partes originales del castillo con nuevas construcciones,
dieron lugar a la fortaleza que ahora vemos, con un marcado carácter medieval. Su
apariencia exterior es de castillo pero su interior cuenta con calefacción
(bajo el suelo de las habitaciones), agua caliente y un generador eléctrico.
Se concibió como casa de veraneo y
lugar de convites y celebración de fiestas de la familia Van Zuylen.
Nosotras nos dedicamos a pasear
por los jardines, construidos de manera análoga a Versalles (con estilo
geométrico), caminando por las sendas que discurren al cobijo de los árboles.
Los jardines tienen diversos
lugares de interés como el jardín romano (que aún no había florecido), algunas fuentes y una capilla. El recinto se completa con
Tuynhuis, un pequeño restaurante de 30 plazas que ofrece una bonita vista del
castillo y el Koethuis de Haar, el establo que el barón Etienne construyó en el
siglo XIX, para acoger los carruajes de la familia.
Como preveíamos, acabamos nuestro
paseo por los jardines mucho tiempo antes de la hora a la que estaba programada
la visita al interior, así que decidimos seguir el plan original y marcharnos a
conocer Utrecht, la ciudad en la que se celebró el tratado por el que España
perdió Gibraltar.
Visita de Utrecht
Aparcamos con relativa facilidad
cerca del centro. Podíamos estar en la ciudad tan sólo lo que nos restaba de
mañana y no había tiempo que perder. Había leído que Utrecht era una de las
ciudades más animadas e importantes de los Países Bajos. Con casi 300.000
habitantes, cuenta con la universidad más grande del país y es conocida por su
ambiente universitario y su carácter comercial. Imagino que cuando nosotras
fuimos todos esos estudiantes estaban durmiendo (o de resaca), ya que no se
veía un alma por la calle. Nos cruzamos con un mercado a medio poner, bares…
sí, había bastantes, pero gran parte de ellos cerrados y los que estaban
abiertos, vacíos… El hecho de que fuera un día festivo y las condiciones
meteorológicas (con llovizna) no ayudaban, desde luego.
Pues bien, al llegar a la ciudad lo
primero que uno ve es su catedral, con la imponente torre Dom de 120 metros de
altura, así que hacia allí empezamos a caminar. No habíamos leído nada de Utrecht
antes del viaje y cuando llegamos a la catedral nos llevamos una sorpresa
mayúscula: ¡su torre está separada del cuerpo de la iglesia! Al parecer la
violencia de un tornado en 1674 hizo que colapsara parte de la nave central de
la iglesia, dejando separado el campanario del resto. Se puede subir a la
torre, si los 465 escalones no te achantan, y las vistas desde arriba deben ser
impresionantes, pero nosotras nos la encontramos cerrada. Al igual que el
Pandhof, el jardín de la torre Dom, que dicen que es uno de los jardines cercados
más bonitos de Holanda y que nos quedamos con ganas de ver.
Seguimos paseando por la ciudad entrando
al conocido como “Museum Quarter”. Utrecht cuenta con 14 museos, algunos
grandes como el Centraal (que alberga cosas tan variadas como pinturas de
artistas holandeses o un barco vikingo del siglo XII), el Speelklok (un museo
musical que acoge relojes de carillón, de viento, de cuco, órganos, cajas de
música, etc.), el de la Universidad (que te hace retroceder en el tiempo hasta
una clase del siglo XIX, muestra material médico y cuenta con un jardín
botánico), el Spoorwegmuseum (centrado en el ferrocarril) y otros más reducidos
como el del Aborigen (dedicado al arte aborigen australiano)…
Pero nosotras queríamos simplemente callejear y recorrer algunos de los rincones de la ciudad, así llegamos al canal Oudegracht, que cruza el centro histórico de Utrecht y que cuenta con multitud de bares y restaurantes en sus orillas.
Pero nosotras queríamos simplemente callejear y recorrer algunos de los rincones de la ciudad, así llegamos al canal Oudegracht, que cruza el centro histórico de Utrecht y que cuenta con multitud de bares y restaurantes en sus orillas.
El centro de Utrecht es peatonal
y no muy grande, por lo que se puede recorrer sin problema a pie (o quizás en
bici) en dos-tres horas.
En nuestro caminar nos
encontramos con el curioso “paseo de la fama de Utrecht”. Al más puro estilo
Hollywoodiense, la calle Vinkenburgstraat acoge diversas baldosas con la
impresión de las manos y firma de los miembros más importantes de la industria
cinematográfica holandesa. He leído que la ciudad acoge cada año (a
finales de septiembre) un importante festival de cine en
el que se entregan los premios “Becerro de Oro” a los mejores actores,
directores, películas, etc. También hay premios especiales a las películas más
taquilleras del año anterior.
Nuestra visita llegaba ya a su
fin... Tras tomar un café en un bar, dimos por zanjada la escapada y pusimos
rumbo al aeropuerto. Sabíamos que nos habíamos dejado cosas pendientes en la
ciudad, como la casa Rietveld – Schöder, Patrimonio Mundial de la Unesco,
que dicen que merece la pena visitar por dentro, pero ya habrá tiempo de
volver.
Así dábamos por finalizada
nuestra escapada de Semana Santa a Holanda.
Qué chulo el castillo de Haar! me lo apunto para la próxima vez que vaya a Holanda porque la verdad es que cuando estuve en Ámsterdam recorrí poco los alrededores.
ResponderEliminarOhh que bonito, cada vez me gustan más los castillos y este es una pasada. Y Utrech la verdad es también se merece una visita. Apuntado queda!
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
Precioso castillo, no lo conocía!
ResponderEliminarPor cierto, veo algún cambio en el blog, no? ;-)
¿Qué te parece el lavado de cara? Aún tengo que indagar y cambiar alguna cosilla que no me termina, pero tenía ganas ya de cambiar de plantilla, jejejeje
EliminarUn saludo :)
¡Hola chicas!
ResponderEliminar- MC, el hecho de habernos tenido que alojar fuera de Amsterdam (por el precio del alojamiento en las fechas que íbamos) y de haber alquilado coche, nos dio mucha libertad para hacer un buen recorrido por los alrededores...
- Carmen, la verdad es que es impresionante el castillo. Me quedé con ganas de verlo por dentro, así que habrá que volver! Jejejeje
Un saludo y gracias por vuestros comentarios :hello:
Pues confieso que no conocía ese castillo tan molón, me lo apunto para cuando vuelva a Ámsterdam, una ciudad que no me enamoró y a la que quiero darle una segunda oportunidad...de camino, recorreré los alrededores. Yo también he notado cambios en el blog, mola mucho!! Un besote :)
ResponderEliminarHola Calíope!! Tiene una pinta estupenda el castillo, ¿eh? Lástima que no lo visitáramos nosotras por dentro tampoco... Ya volveremos, jejeje
EliminarPD: Me alegro que gusten los cambios (había que modernizarse)