Después de pasar la mañana
haciendo un recorrido cervecero por Salzburgo era cuestión de visitar los
sitios de interés que nos habían quedado pendientes tras el tour.
Terminábamos de comer (en la
cervecería Kaiser Karl) y aprovechando que estábamos en el centro y que parecía
que comenzaba a salir el sol decidimos revisitar la ciudad de arriba hacia
abajo; así nuestra primera parada fue en la base del teleférico que nos
trasladaría desde la Calle Festungsgasse hasta la fortaleza de Hohensalzburg, una
de las mayores fortificaciones de la Europa del siglo XI.
Construida en el año 1077 por el Arzobispo Gebhard, en la época de la Guerra de las Investiduras (el conflicto que mantuvieron pontífices y emperadores por la potestad en los nombramientos de la Iglesia, del que ya hablamos en la entrada de Hohenwerfen), fue finalizada durante el mandato de Konrad I (1147-1160) y ampliada más tarde durante el arzobispado de Leonhard von Keutschach (1459-1519), momento en el que se le otorgó el aspecto que hoy en día tiene.
El recinto sirvió durante años
como construcción de defensa y como residencia de alguno de los
príncipe-arzobispos, aunque también fue empleado como cuartel o incluso como
cárcel. Se dice que durante toda la historia de la Fortaleza, jamás fue
conquistada por completo por ningún enemigo.
Con lo que me gustan a mí los castillos y fortalezas, tenía claro que éste era uno de los lugares que tenía que ver de la ciudad. Así que sacamos nuestras SalzburgCard y las activamos para subir a la fortaleza en el teleférico.
Una vez arriba, recorrimos las
salas que lo conformaban, para descubrir la historia del lugar de defensa a
través de diversas exposiciones, y disfrutamos de unas maravillosas vistas
panorámicas de la cuidad y de sus alrededores.
Tras recorrer la fortaleza,
tomamos de nuevo el teleférico para bajar hasta el Barrio del Monasterio de San
Pedro donde se encuentra el cementerio más bonito de la ciudad. Precisamente la
Abadía de San Pedro (fundada en torno al año 700 por San Ruperto) es de las más
antiguas de Salzburgo y no es de extrañar que en las paredes de una de las
caras de los acantilados de Mönchsberg (en el interior del cementerio) existan
unas catacumbas. En ellas, aparte de las 3 cámaras o capillas de las que consta
podemos obtener unas bonitas vistas del cementerio, de la Abadía y de la propia
ciudad, además de ver, en su entrada, la tumba de algunos familiares de Mozart.
Dejamos atrás el cementerio para
adentrarnos en el barrio universitario y descubrir la iglesia Franciscana que, aunque
en su origen (en 1130) pertenecía a las devotas de San Pedro, fue entregada más
tarde (en 1592) a los Franciscanos por decisión de Wolf Dietrich.
Desde allí nos dirigimos hacia la
Catedral, en el centro de la ciudad vieja, que destaca con su enorme cúpula y
su fachada de mármol. Es una de las más antiguas iglesias construidas en estilo
italiano al norte de los Alpes pues, cuando en el año 1598 un incendio destruyó
parte de la iglesia que allí existía, el arzobispo Wolf Dietrich emprendió una profunda
reestructuración no sólo de la iglesia sino también de todo el centro de la
ciudad, creando esas nuevas y amplias plazas que confieren a Salzburgo ese aire
italiano.
En la catedral de Salzburgo fue
donde celebraron su boda los padres de Mozart, y donde éste fue bautizado. Con
los años, se convirtió en organista de la corte y compuso numerosas obras de
música sacra para la catedral de Salzburgo.
Salimos de la catedral para
volver a hacer uso de la Salzburg Card y entrar en la Antigua Residencia de los
príncipes arzobispos. En este Palacio el Arzobispo gobernaba a su principado
eclesiástico y mantenía audiencias. Además entre esas mismas paredes Mozart
ofreció numerosos conciertos como músico de la corte.
La Nueva Residencia (se halla al
otro lado de la plaza) y hoy en día acoge el Museo Provincial de Salzburgo. Sin
embargo nosotras nos dirigimos a ver la casa natal de Mozart, hoy reconvertida
en museo. Y es que entre 1747 y 1773, la familia Mozart habitó la tercera
planta de la "Casa Hagenauer", situada en el número 9 de la Calle
Getreidegasse y allí nació el famoso músico el día 27 de enero de 1756. En el
museo se pueden recorrer sus habitaciones y observar diversos retratos, instrumentos,
documentos y objetos originales que pertenecieron al compositor.
Tras la visita al museo, recorrimos
la Calle Getreidegasse, la famosa calle comercial de la ciudad y cruzamos de
nuevo el Río Salzach para, dejando atrás
la casa de nacimiento de Doppler (en la que simplemente hay una placa
conmemorativa), visitar (aprovechando que con la Salzburg Card lo teníamos incluido)
la segunda casa en la que habitó Mozart.
En 1773 la familia Mozart ocupó un
nuevo domicilio en la calle Makartplatz 8. Wolfgang Amadeus vivió allí hasta
1780 y fue el lugar en el que compuso gran parte de sus sinfonías, serenatas,
conciertos para piano y violín, arias, misas y otras obras de música sacra. La casa fue prácticamente destruida con el
paso del tiempo, pero la Fundación Internacional Mozarteum la reconstruyó
siguiendo los antiguos planos y que en la actualidad se ha convertido en un
museo.
Al salir del Museo decidimos
finalizar nuestra visita a Salzburgo recorriendo a nuestro aire los Jardines
del Palacio Mirabell.
Con esto dimos por finalizada la visita a la ciudad aunque, antes de trasladarnos a Werfen, haríamos una breve parada en el Palacio de Hellbrun.
Vosotras acabasteis el día dónde lo empezamos nosotros. Al castillo subimos a patita, ja ja ja, mucho mejor en el teleférico. Me encantó Salzburgo. Un saludito :)
ResponderEliminarNosotros al pasar apenas unas horas en la ciudad no entramos en algunos de los sitios que visitastéis vosotras. Solo en el castillo que me pareció muy chulo sobre todo por las vistas!
ResponderEliminarPues salvo la Residencia que nos quedó pendiente visitamos los mismos sitios que vosotras. Es preciosa Salzburgo, para mí se ha convertido en una de las ciudades que más me gustan de Europa. Un saludo!
ResponderEliminarHola Helena.
ResponderEliminarEstuve en Salzburgo sólo una tarde noche y la verdad es que me encantó. Curiosamente fue la noche que unos monstruos salían a la calle, los Krampus.
Bonitas fotos.
Abrazos.
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Caliope, desde luego... nosotras somos de subida en teleférico sí o sí... la bajada ya nos lo pensamos, jejeje
- Mari Carmen, las vistas desde el castillo son una pasada. A mí me gustaron especialmente hacia el otro lado (no hacia la ciudad)... esas montañas de la zona y esos campos verdes son una maravilla
- Laura, a mí me gustó mucho la ciudad, aunque he de reconocer que hay otros sitios de Europa que me gustan más... Debe ser la típica ruta por la ciudad. A la Residenz entramos porque estaba incluida en la Card de la ciudad, sino quizás nos la hubiéramos saltado, aunque es bastante chula por dentro
- Antonio, ni idea de eso de los krampus pero tiene que ser muy curioso. Seguro que hace la visita mas bonita...
Un saludote a todos y muchas gracias por vuestros comentarios :hello:
Gracias Helena por todas tus entradas sobre Salzburguerland, pasaremos con los peques una semana en esta zona y me están viniendo muy bien para organizar nuestro viaje! Un saludo!
ResponderEliminar¡Hola Mapani! Pues me alegro mucho de que te sean de utilidad.
EliminarYo, para ir con niños, te recomiendo las minas de sal... me lo pasé pipa!! jajaja.
Ya me contarás tu experiencia.
Un saludote :hello:
Muy bonita toda esa zona, claro ahora estas cerquita
EliminarJajajaja Concha, no te creas que aquí vinimos antes de estar yo por aquí...
EliminarUn saludo :)
:ok: fantástica entrada, me estás ayudando mucho para mi viaje de este verano con la familia. Gracias!!!
ResponderEliminar¡Me alegro mucho! Espero que vaya genial el viaje ;)
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