Nos levantamos de nuevo a las 8:00h y nos fuimos a desayunar a uno de los bares existentes en el centro comercial de Victoria Station.
Tras realizar la visita pusimos rumbo a Buckingham Palace. En el camino pasamos por la “The Royal Mews” o las caballerizas reales, los establos y cocheras donde se guardan y cuidan los caballos y carruajes reales.
Continuamos bordeando el palacio hasta llegar al Arco de Wellington, un arco de triunfo erigido para conmemorar la victoria de Gran Bretaña en las Guerras Napoleónicas. Se construyó entre los años 1826 y 1830. En su cima destaca la figura de una cuádriga de bronce que representa al ángel de la paz en el carro de guerra y es la escultura de bronce más grande de Europa.
Continuamos bordeando Green Park. Este parque se diferencia de sus vecinos St Jame’s Park y Hyde Park por ser mucho más tranquilo y pacífico. La gente acude a sus 19 hectáreas para descansar, pasear, hacer footing o de picnic.
Tras bordear el parque llegamos a Buckingham Palace, al hogar de la familia real en Londres y también tienen lugar celebraciones reales, visitas de estado e investiduras. Faltaba media hora para el cambio de guardia y decidimos quedarnos a verlo. En el cambio de guardia participan varios regimientos de infantería. Los soldados van acompañados por una banda de música, que toca canciones muy variadas, desde marchas militares hasta canciones pop pasando por bandas sonoras de películas. No está mal la ceremonia aunque, a mi parecer no merece la espera.
Tras la ceremonia y bordeando el Queen Victoria Memorial, la estatua de mármol de la reina Victoria, salimos por The Mall y atravesamos St. James Park, el más antiguo de los parques reales, hasta llegar a ver en Admiralty Arch la nariz que sale en uno de sus arcos. No se sabe muy bien porqué está ahí, ni lo que significa, unos dicen que es por Eduardo VII que tenía la nariz grande, otros dicen que si es por el Duque de Wellington que también la tenía grande y otros dicen que si es la nariz de Napoleón.
Volvimos sobre nuestros pasos, para llegar a la Horse Guards Parade (por su parte de atrás) y esta vez sí pudimos ver a la guardia real montada.
Seguimos con nuestra ruta pasando frente a las Cabinet War Rooms. Este museo está emplazado en un laberinto de salas subterráneas, desde donde Churchill, su gabinete y sus generales coordinaron la estrategia para derrotar a Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Me hubiera gustado entrar a verlo por dentro, pero se me ha quedado como asignatura pendiente (así tengo una excusa para volver a Londres).
Aunque seguía chispeando partimos rumbo hacia la Torre de Londres. De camino dimos con el Templo de Mithras. Esta reliquia romana salió a la luz debido a una bomba de la 2ª Guerra Mundial y se excavó en 1954. Sólo quedan una ruinas del mismo pero es curioso de ver.
La siguiente parada fue la bolsa, el banco de Inglaterra y La Mansion House (la casa del alcalde de la ciudad). El Banco de Inglaterra nació en 1694, para financiar la guerra contra Francia. Lleva en su emplazamiento actual desde 1734, y se lo conoce como “La vieja dama de Threadneedle Street”. John Soane se encargó de diseñar la estructura original.
Cambio de Guardia en el Palacio de Buckingham
Al salir de allí nos topamos con una mini réplica del Big Ben, pero nuestra primera meta del día era la Westminster Cathedral. Esta Catedral no se terminó por falta de dinero, quedando pendiente, aún a día de hoy, la decoración interior. En la iglesia se mezclan los estilos románico y bizantino utilizando ladrillo rojo y piedras blancas Pórtland. Destaca la torre del campanario, Torre de San Eduardo, con casi 87 metros de altura. Es el principal templo de la iglesia católica de Inglaterra y Gales.Tras realizar la visita pusimos rumbo a Buckingham Palace. En el camino pasamos por la “The Royal Mews” o las caballerizas reales, los establos y cocheras donde se guardan y cuidan los caballos y carruajes reales.
Continuamos bordeando el palacio hasta llegar al Arco de Wellington, un arco de triunfo erigido para conmemorar la victoria de Gran Bretaña en las Guerras Napoleónicas. Se construyó entre los años 1826 y 1830. En su cima destaca la figura de una cuádriga de bronce que representa al ángel de la paz en el carro de guerra y es la escultura de bronce más grande de Europa.
Continuamos bordeando Green Park. Este parque se diferencia de sus vecinos St Jame’s Park y Hyde Park por ser mucho más tranquilo y pacífico. La gente acude a sus 19 hectáreas para descansar, pasear, hacer footing o de picnic.
Tras bordear el parque llegamos a Buckingham Palace, al hogar de la familia real en Londres y también tienen lugar celebraciones reales, visitas de estado e investiduras. Faltaba media hora para el cambio de guardia y decidimos quedarnos a verlo. En el cambio de guardia participan varios regimientos de infantería. Los soldados van acompañados por una banda de música, que toca canciones muy variadas, desde marchas militares hasta canciones pop pasando por bandas sonoras de películas. No está mal la ceremonia aunque, a mi parecer no merece la espera.
Tras la ceremonia y bordeando el Queen Victoria Memorial, la estatua de mármol de la reina Victoria, salimos por The Mall y atravesamos St. James Park, el más antiguo de los parques reales, hasta llegar a ver en Admiralty Arch la nariz que sale en uno de sus arcos. No se sabe muy bien porqué está ahí, ni lo que significa, unos dicen que es por Eduardo VII que tenía la nariz grande, otros dicen que si es por el Duque de Wellington que también la tenía grande y otros dicen que si es la nariz de Napoleón.
Volvimos sobre nuestros pasos, para llegar a la Horse Guards Parade (por su parte de atrás) y esta vez sí pudimos ver a la guardia real montada.
Seguimos con nuestra ruta pasando frente a las Cabinet War Rooms. Este museo está emplazado en un laberinto de salas subterráneas, desde donde Churchill, su gabinete y sus generales coordinaron la estrategia para derrotar a Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Me hubiera gustado entrar a verlo por dentro, pero se me ha quedado como asignatura pendiente (así tengo una excusa para volver a Londres).
Nos vamos a la City
Nos estaba empezando a llover y aún nos quedaba por ver la parte este de la City... Cogimos de nuevo el metro y nos plantamos en la otra parte de la ciudad. Dado que la lluvia estaba cogiendo fuerza aprovechamos para prepararnos unos sándwiches y comer en un soportal, concretamente en el banco de Canadá.Aunque seguía chispeando partimos rumbo hacia la Torre de Londres. De camino dimos con el Templo de Mithras. Esta reliquia romana salió a la luz debido a una bomba de la 2ª Guerra Mundial y se excavó en 1954. Sólo quedan una ruinas del mismo pero es curioso de ver.
La siguiente parada fue la bolsa, el banco de Inglaterra y La Mansion House (la casa del alcalde de la ciudad). El Banco de Inglaterra nació en 1694, para financiar la guerra contra Francia. Lleva en su emplazamiento actual desde 1734, y se lo conoce como “La vieja dama de Threadneedle Street”. John Soane se encargó de diseñar la estructura original.
Continuamos el camino hasta Leadenhall Market, que estaba cerrado porque era festivo. Pese a que el mercado se remonta al siglo XIV, sufrió grandes daños en el incendio de 1666, por lo que la estructura de piedra fue sustituida por hierro forjado y vidrio, se adornó el techo y los pisos se empedraron. Al parecer sale en la película de Harry Potter y la Piedra Filosofal representando al callejón Diagon. Es un mercado muy bonito que en funcionamiento debe ser digno de ver.
Siguiendo la ruta dimos con el Lloyd’s Building. Este edificio es uno de los más importantes de la Gran Bretaña de posguerra. La característica más llamativa es que todos sus servicios (fontanería, calefacción, huecos de ascensor) se exponen en el exterior del edificio. A mí, particularmente, no me gustó nada.
Diagonalmente opuesta a Lloyd's Building y detrás de una iglesia divisamos The Gerkin, edificio, que debido a su diseño, es conocido por los londinenses como "el pepinillo". Esta futurista torre diseñada por Norman Foster tiene 41 pisos de oficinas con una fachada de cristal. Cuando se construyó era la más alta de la ciudad.
Tras unos pasos más llegamos a la Torre de Londres. Nos tomamos un café y entramos. Cogimos la audioguia y empezamos a empaparnos de la historia de esta maravillosa construcción normanda, llena de leyendas y escándalos.
La primera fortificación conocida en el sitio fue romana, construída para proteger la ciudad de Londinium. En torno a 1066, Guillermo de Normandía (Guillermo I el Conquistador) invadió Inglaterra y, con el fin de intimidar a sus enemigos anglosajones, levantó un castillo en este lugar.
Pocos años después se inició la construcción de la White Tower, de 32 x 36 metros en planta y 27 metros de altura, fue completada en los reinados de Guillermo II y Enrique I y para su construcción se utilizó una piedra importada de Francia. En su interior se construyó un comedor de gala, pozos, una sala de reuniones, una cárcel, un pequeño calabozo y una pequeña capilla, la St John’s Chapel. El hecho de haber sido pintada con cal le valió el nombre de Torre Blanca.
Los monarcas subsiguientes agregaron diversas edificaciones: torreones de diversos tamaños, una segunda iglesia, St. Peter Ad Vincula, cárceles, cocinas, fosos, campanarios, murallas, convirtiendo la ciudadela en una de las más inexpugnables de Europa. Por este motivo, en 1303 Eduardo I trae desde Westminster la casa de la moneda y las Joyas de la Corona.
Cuando la corte residía en sus ornamentadas cámaras palaciegas, el rey y su círculo agasajaban a sus amistades con fastuosos banquetes, un trato muy distinto al que se dispensaba a los enemigos del soberano, ya que, en efecto, la torre también ha sido escenario de reclusiones, ejecuciones y asesinatos, como los de Enrique VI, Eduardo V (de 12 años de edad). Aunque lo cierto es que no era una cárcel cualquiera, pues se reservaba para personajes de alto rango, entre los que figuran reyes derrotados, aristócratas, clérigos y convictos de traición.
La mayoría de los criminales comunes eran ejecutados en sitios públicos a la vista de multitudes alborotadoras (entre ellos destaca Tomás Moro, muerto en 1535). Sin embargo, los nobles y, sobre todo, las mujeres, eran ejecutados de forma privada en la Torre Verde, en el interior del complejo, y enterrados en la Capilla Real de San Pedro ad Vincula (como sucedió con Ana Bolena en 1536)
Actualmente la torre está protegido por 40 Yeoman Warders (alabarderos conocidos como Beefeaters) que cuidan a los seis cuervos existentes en la torre, cuya partida, cuenta la leyenda, indicarían la caída de la monarquía en Inglaterra.
Estuvimos aproximadamente 3 horas en su interior y aún nos quedaron cosas por ver. Es un lugar fascinante, al que me encantaría volver.
Tras los pasos de Jack el Destripador
A la salida de la Torre pudimos ver el puente de la torre (uno de los más recientes de Londres), el Ayuntamiento (diseñado por Norman Foster) y el HMS Belfast, uno de los cruceros ligeros más grandes que se ha construido y el único superviviente que estuvo activo durante la Segunda Guerra Mundial. Sirvió a Gran Bretaña durante 32 años, y también participó en la Guerra de Corea.Dado que teníamos que volver a las 21:30 h a la Torre de Londres para presenciar la ceremonia de las llaves, decidimos dar una vuelta por la zona de St. Katherine’s docks y hacer una pequeña ruta por Whitechapel.
Pasamos frente al pub “Hoop and Graves”, al parecer fue uno de los pocos edificios que sobrevivió al gran incendio de Londres en 1666. El fuego se detuvo justo antes de la construcción, que era una casa particular en aquel momento, por lo que es buen lugar para apreciar el tipo de construcción del siglo 17. La fachada del bar es original y se nota cómo su puerta principal se inclina hacia la izquierda. Tras ello continuamos nuestra ruta para explorar el East End de Londres conocido por sus vínculos con Jack el Destripador en la década de 1880.
Al poco llegamos a la Iglesia de Cristo, uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca del Reino Unido. Al lado de la iglesia se encuentra el pub “The Ten Bells”. Allí hicimos una parada para tomamos un buen par de pintas. Este pub era frecuentemente visitado por muchas de las víctimas del Destripador, ya que estaba cerca de donde vivían. Mary Jane Kelly, última víctima del Destripador, estuvo bebiendo aquí la noche de su muerte. El exterior del pub fue reconstruida a finales del 1990, aunque hasta 2002, el interior era muy parecido a como lo fue durante los días de los asesinatos.
Frente al pub se encuentra el Spitafield’s Market, que se encontraba cerrado, dadas las horas que eran.
Siguiendo con la ruta bajamos por Brick Lane hasta Whitechapel Road. Llama la atención la cantidad de restaurantes pakistaníes y bangladesiés existentes en la zona y como asaltan a los turistas para ofrecer un lugar donde cenar… Para terminar con el barrio vimos la East London Mosque y el Royal London Hospital (famoso por haber tratado allí al “hombre elefante”).
Terminamos la noche viendo la Ceremonia de las llaves de la Torre de Londres
Comenzaba a hacerse de noche así que volvimos a la zona de la torre porque teníamos la ceremonia de las llaves, aunque antes pasamos por The Monument la gran columna (de 61 m de altura) que indica el lugar en que se inició donde el Gran Incendio de Londres.Cenamos en un Gourmet Burger London cercano a la Torre y fuimos a la ceremonia de las llaves. Me gustó mucho volver a la Torre de noche y sin apenas gente (salvo los que asistíamos a la ceremonia), le daba un toque de misticismo difícil de olvidar. Os dejo un vídeo de YouTube para que os hagáis una idea:
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