Salimos un sábado a las 11 de la mañana desde el aeropuerto de Manises. Ese año comenzó a operar el vuelo de Delta “Valencia – Nueva York”. Aunque el avión era más bien pequeño, el vuelo resultó agradable. Disponíamos de pantallas individuales con juegos, películas, música e información a tiempo real del vuelo. Además, nos sirvieron almuerzo y merienda con la bebida gratis (incluso cerveza o vino).
A las 13:55 estábamos aterrizando en el JFK. Pese a que teníamos pensado coger un “Super-shuttle”, cuando preguntamos en información dónde cogerlo, nos recomendaron, al ser 3 personas, ir en taxi pues el precio está pactado de antemano y apenas incrementaba el coste 10$.
Llegamos al hotel en media hora. Tras dejar el equipaje, aún teníamos toda una tarde (por el cambio horario) para comenzar a disfrutar de Nueva York. Nos compramos por 27$ por cabeza un bono-metro para desplazarnos libremente toda una semana. Con el mismo nos dirigimos a Madison Square Garden, el ESTADIO. Así, con mayúsculas. Allí se disputa la liga de basket, de hockey y conciertos musicales que baten récords. Al salir de allí nos dirigimos a la General Post Office un edificio digno de ver por fuera (con una impresionante fachada con columnas neoclásicas) que por dentro es una oficina postal más.
Después de aliviar nuestro estómago con un pretzel (para tres) pusimos rumbo hacia el Empire State. Si las colas de por sí eran considerables, se veían aumentadas por los controles policiales de entrada y los cambios de ascensores, pero el edificio bien merecía la espera. Las vistas desde el piso 86 son espectaculares y te permiten distinguir los “highligts” de Nueva York.
Una vez terminamos de admirar las vistas en el Empire, y dando un paseo, nos acercamos al Fuller Building, más conocido como Flatiron. Este edificio, que resalta por su forma de plancha, fue con sus 20 pisos de altura, el primer rascacielos de Nueva York, ahora ya eclipsado por los nuevos gigantes, pero con su encanto especial. Los fans de la serie Friends lo recordaran por ser el lugar donde trabajaba Rachel. En las cercanías destacaban sobre Madison Square Park el New York Life Insurance Company Building, con su tejado dorado y la Metropolitan Life Insurance Company Tower, cuya iluminación nocturna llamaba la atención.
Estaba anocheciendo y decimos continuar con el planning e ir a cenar a Chelsea, al Empire Diner. Este restaurante sale en la primera secuencia de Manhattan y en diversas películas como Solo en casa 2 o Men in Black 2. Al parecer, recientemente ha sido cerrado. De camino pasamos por delante del Hotel Chelsea, famoso por haber albergado a gente tan variopinta como Mark Twain, Dylan Tomas, Stanley Kubrick, Bob Dylan o Sid Vicious. Sin embargo, con el trajín del día y el cambio de huso horario, el paseo se hizo tremendamente largo. Tras la cena, eso sí, muy buena, regresamos al hotel a dormir.
OOOhhh Nueva York!! Qué recuerdos... es un sitio al que espero volver algún día, se me hizo tan a poco... nosotros no pudimos ir hasta las cataratas (ojalá hubiéramos tenido más tiempo) pero bueno, así ya tenemos la excusa perfecta para volver, no?
ResponderEliminarYa... es un sitio al que le guardo mucho cariño y conforme pasa el tiempo se va acrecentando... Me lo pasé muy bien en compañía de Cintia y Ruth. Ellas hicieron un pacto para volver en unos años. Ya veremos si me apunto...
ResponderEliminarUn saludo
Hola Helena!!! Que buenos recuerdos me traen tus relatos...yo también cené en el Empire Diner y recuerdo perfectamente la escena de Men in Black en que sale.No tenía ni idea de que había cerrado y me acabo de quedar un poco "chafada".Ojala vuelva a abrir porque es uno de esos sitios míticos que me gustaría volver a visitar.Cruzo los dedos!
ResponderEliminar¡Hola María!
ResponderEliminarHace algún tiempo pusieron en la tele "Solo en casa 2" y también sale este restaurante. Me hizo mucha gracia verlo... Además, ¡menudas hamburguesas nos tomamos! (aunque en general todas las de allí saben de una forma especial).
A ver si tenemos suerte y lo abren de nuevo.
Un saludo