Volvimos a levantarnos temprano y nos dirigimos con el estómago vacío hacia Downtown. De camino a la parada de metro de Times Square nos topamos con la grabación de un programa estilo “Ana Rosa” y una peluquería donde los trabajadores bailaban en el escaparate para atraer la atención del público.
En la parada de Wall Street, nada más salir, vimos el Trump Building, uno de los edificios más altos de la ciudad y muy popular debido a la carrera de altura que mantuvo con el Chrysler durante su construcción en los años 30.
A Cynthia ya le rugían las tripas y decidimos ir a desayunar al McDonalds por excelencia. Se trata de un local inusual, de lujo, donde hay hasta un piano de cola. La verdad es que el desayuno allí fue completo, económico y encima estaba muy bueno. De camino, nos cruzamos con la Bolsa (NYSE), el mayor mercado de valores (en volumen monetario) del mundo y el primero en número de empresas adscritas, con la Trinity Church, cuya torre de 86 m de altura se divisa desde Wall Street y con el Federal Hall, encabezado por la imponente estatua de George Washington. Este edificio se encuentra emplazado donde se localizó el primer ayuntamiento de la ciudad y es el lugar donde Washington tomó juramento el 30 de abril de 1789 convirtiéndose en el primer mandatario oficial de EEUU.
Al terminar el desayuno, casi nos dimos de frente con St. Paul Chapel y la zona cero, aunque antes visitaríamos el Woolworth Building, el City Hall Park (donde vimos nuestra primera ardilla) y los juzgados.
El Woolworth building fue construido en 1913 y se convirtió en el más alto del mundo hasta que en 1930 se construyó el Chrysler. La forma en que está adornada esta torre de 57 plantas recuerda a la de una catedral, por ello se le bautizó como la catedral del comercio.
St. Paul Church con su pequeña capilla de estilo georgiano es un punto de referencia ya que se trata del edificio público más antiguo de la ciudad y en su cementerio se encuentran las tumbas de los principales fundadores del país. Su interior contiene un memorial acerca de la mayor catástrofe sufrida en la ciudad. Durante los atentados del 11-S esta pequeña iglesia fue uno de los pocos edificios colindantes a la zona cero que no colapsó y en su interior atendieron y refugiaron a alguna de las víctimas. Entrar en su interior es algo sobrecogedor.
Tras ello, rodeamos la zona cero, en ese momento en obras de reconstrucción. Se calcula que para 2012 estará de nuevo lista. Desde las cristaleras del Winter Garden se puede observar el progreso de las obras.
En la parada de Wall Street, nada más salir, vimos el Trump Building, uno de los edificios más altos de la ciudad y muy popular debido a la carrera de altura que mantuvo con el Chrysler durante su construcción en los años 30.
A Cynthia ya le rugían las tripas y decidimos ir a desayunar al McDonalds por excelencia. Se trata de un local inusual, de lujo, donde hay hasta un piano de cola. La verdad es que el desayuno allí fue completo, económico y encima estaba muy bueno. De camino, nos cruzamos con la Bolsa (NYSE), el mayor mercado de valores (en volumen monetario) del mundo y el primero en número de empresas adscritas, con la Trinity Church, cuya torre de 86 m de altura se divisa desde Wall Street y con el Federal Hall, encabezado por la imponente estatua de George Washington. Este edificio se encuentra emplazado donde se localizó el primer ayuntamiento de la ciudad y es el lugar donde Washington tomó juramento el 30 de abril de 1789 convirtiéndose en el primer mandatario oficial de EEUU.
Al terminar el desayuno, casi nos dimos de frente con St. Paul Chapel y la zona cero, aunque antes visitaríamos el Woolworth Building, el City Hall Park (donde vimos nuestra primera ardilla) y los juzgados.
El Woolworth building fue construido en 1913 y se convirtió en el más alto del mundo hasta que en 1930 se construyó el Chrysler. La forma en que está adornada esta torre de 57 plantas recuerda a la de una catedral, por ello se le bautizó como la catedral del comercio.
St. Paul Church con su pequeña capilla de estilo georgiano es un punto de referencia ya que se trata del edificio público más antiguo de la ciudad y en su cementerio se encuentran las tumbas de los principales fundadores del país. Su interior contiene un memorial acerca de la mayor catástrofe sufrida en la ciudad. Durante los atentados del 11-S esta pequeña iglesia fue uno de los pocos edificios colindantes a la zona cero que no colapsó y en su interior atendieron y refugiaron a alguna de las víctimas. Entrar en su interior es algo sobrecogedor.
Tras ello, rodeamos la zona cero, en ese momento en obras de reconstrucción. Se calcula que para 2012 estará de nuevo lista. Desde las cristaleras del Winter Garden se puede observar el progreso de las obras.
Hicimos una breve visita a Trinity Church. Esta antigua iglesia anglicana fue una de las más ricas y prestigiosas del país durante el siglo XVIII, debido a la enorme extensión de terreno que poseía. En el pequeño cementerio cercado en la parte de atrás reposan los restos de algunos personajes relevantes de la historia americana (como Robert Fulton, Alexander Hamilton o Mercedes Acosta).
Era hora de poner rumbo a la Estatua de la libertad, no sin antes posar al lado del Charging Bull, famoso toro que representa las finanzas de la ciudad.
Al llegar a Battery Park para coger el ferry, pudimos ver la esfera que existía en la plaza del World Trade Center y que se ha dispuesto allí, tras recuperarla de los escombros de las Torres Gemelas, a modo de homenaje.
Con las entradas en mano (que llevábamos compradas desde España, para ahorrar colas) partimos en dirección a Liberty Island. Si tienes elección colócate a la derecha, pues no perderás de vista la estatua. Durante el trayecto, el ferry va escoltado por una lancha de U.S. Coast Guard armados con metralletas, algo que me alucinó.
Era hora de poner rumbo a la Estatua de la libertad, no sin antes posar al lado del Charging Bull, famoso toro que representa las finanzas de la ciudad.
Al llegar a Battery Park para coger el ferry, pudimos ver la esfera que existía en la plaza del World Trade Center y que se ha dispuesto allí, tras recuperarla de los escombros de las Torres Gemelas, a modo de homenaje.
Con las entradas en mano (que llevábamos compradas desde España, para ahorrar colas) partimos en dirección a Liberty Island. Si tienes elección colócate a la derecha, pues no perderás de vista la estatua. Durante el trayecto, el ferry va escoltado por una lancha de U.S. Coast Guard armados con metralletas, algo que me alucinó.
Nada más atracar en la isla, cogimos las audioguías que habíamos comprado junto con la entrada (muy recomendable) y tras dar un paseo por la zona, llegamos a la entrada de la estatua. Es obligatorio desprenderte de todas las bolsas que llevas y para ello hay taquillas disponibles. Tras atravesar el control policial más exhaustivo de la ciudad (incluso mayor que en el aeropuerto) se deja de tener cobertura en el móvil y comienza la visita. Se atraviesa un museo previo donde la audioguía nos relataba las fases de la construcción de la estatua, los bocetos de Bartholdi, cómo la estructura metálica fue diseñada por Gustave Eiffel, el traslado de la misma desde Francia, el cambio de antorcha, etc. Tras 168 escalones se llega a la cima del pedestal, donde hay buenas vistas de Manhattan. Nosotras no pudimos subir a la corona porque no existía la posibilidad en las fechas que íbamos.
Tras la visita y habiendo comido en un restaurante de Liberty Island (asediadas por palomas asesinas) cogimos el ferry para realizar un viaje en el tiempo. Aquí es donde la audioguía se convierte en imprescindible. En nuestro destino, Ellis Island, encuentras el relato más emocionante acerca del fenómeno de la inmigración. Para millones de estadounidenses éste fue el primer lugar donde iniciaron su nueva vida americana. En el edificio principal, los llegados desde Europa eran sometidos a controles sanitarios y se les revisaba su situación legal. Tan sólo unos pocos eran rechazados (fundamentalmente criminales y portadores de enfermedades contagiosas). Los relatos y memorias de los inmigrantes que la audioguía te transmite sala por sala consiguen trasladarte a la época en que por allí pasaban 5.000 personas al día, confusas y cansadas, en espera a ser entrevistados por los oficiales y médicos de inmigración.
De vuelta a Battery Park, artistas callejeros nos deleitaron haciendo acrobacias dignas del Circo del Sol. Pero aún quedaba día, así que nos fuimos a Fulton Street, una zona de antiguos pescadores que conserva un encanto especial y donde resulta agradable dar un paseo o tomar un refresco.
Ya atardeciendo atravesamos el puente de Brooklyn. El paseo a lo largo de sus 1834 m de longitud proporciona unas vistas de Manhattan espectaculares, que sólo se ven superadas por las que hay desde la vecina Brooklyn.
El cansancio era tal que decidimos irnos a dormir sin cenar si quiera. Mañana sería otro día….
Sólo con ver las fotos, mis pies lloran...
ResponderEliminarEspero las próximas entradas.
Ánimo campeona!!!
Qué recuerdos, ¿eh? La verdad es que este día fue cañero...
ResponderEliminarEspero que (sobre todo a vosotras dos) os vayan gustando los relatos.
Un saludo
That beautiful place is this city, I've been impressed with the Statue of Liberty, how big it is and as seen from above it.
ResponderEliminarThere are many interesting places in the Big Apple, very good article was published here.
Hi Auberge de Jeunesse New York!
ResponderEliminarIt's true! New York is a city that you'll never get enough. There are a lot of places to visit and many beautifull sights, one of them is Liberty Island and the Statue.
I'm glad that you liked this article and thank's for your comment
Hola Helena! Me acabo de leer esta entrada tuya para volver un rato a las calles de NY. Yo no he subido a la Estatua de la Libertad, pero ya subiré! Me ha hecho gracia que cuando fuísteis se preveía que en 2012 estaría terminada la Zona Cero, en todas partes cuecen habas incumpliendo plazos. He pasado un buen rato, seguiré tu aventura niuyorkera. Un besote :-)
ResponderEliminarHola Helena
ResponderEliminarBien estructurado tu viaje y tus visitas. Un modelo a seguir en un teórico recorrido (digo teórico en caso de ir, claro)
Saludos.
¡Hola chicos!
ResponderEliminar- Calíope no había visto tu comentario... ¡vaya tela! ¡del año pasado!
Seguro que con lo que te gusta a ti NY pronto subes a la estatua. Yo me quedé con ganas de subir hasta la corona, pero no se podía... Un besete
- Viajero Impresionista, la verdad es que pateamos muchísimo eso día, pero sarna con gusto no pica...
Un saludo chicos!